¿En qué consiste la compleja y hasta controvertida relación de los estadounidenses con las armas?
Expertos consultados por la Agencia Anadolu explican el vínculo de los estadounidenses con las armas y por qué estas se han convertido en un elemento “esencial” que hace parte de su sentido de identidad.

BOGOTÁ, Colombia
Por: Juan Felipe Vélez Rojas
“Siendo necesaria una milicia bien ordenada para la seguridad de un Estado Libre, no se violará el derecho del pueblo a poseer y portar armas”, esta simple, pero poderosa frase, constituye la Segunda Enmienda a la Constitución de Estados Unidos que ha sido fuente de un polémico debate a lo largo de la historia de la nación, pues protege los derechos de los estadounidenses a portar armas.
Para comprender la intensa y hasta controvertida relación que hay entre las armas y el pueblo estadounidense hay que mirar la historia de la nación, su desarrollo, la política y organizaciones como la Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés).
La Segunda Enmienda se aprobó en 1791 para territorios donde el Estado no se había implementado y cuando los ciudadanos se habían rebelado contra la monarquía británica, una época donde la seguridad de las familias, pueblos y de las colonias era garantizada por milicias. Una época en la que el arma fue fundamental para la supervivencia y llegó a dar una noción particular de poder racial.
Para el sociólogo estadounidense y profesor de la Universidad de Wake Forest en Winston-Salem, Carolina del Norte, David Yamane, en la historia temprana de la nación estadounidense, las armas probablemente eran más prácticas que simbólicas para la mayoría. Eran herramientas necesarias para la caza, la autodefensa y la defensa nacional.
“Pero a medida que la nación se desarrolló, también lo hizo la cultura de las armas estadounidense (…) El historiador estadounidense ganador de premios Richard Hofstader tenía razón cuando escribió: ‘Lo que comenzó como una necesidad de la agricultura y la frontera, se afianzó como deporte y como ingrediente de la imaginación estadounidense’", señaló el académico a la Agencia Anadolu.
Ver también: ¿Por qué les interesa tanto a los estadounidenses armarse en medio del brote de coronavirus?La imagen típica del vaquero americano abriéndose paso en el Lejano Oeste con su revolver Colt Single Action o su rifle Winchester y figuras como el marshal Wyatt Earp y el forajido Jesse James siguen vigentes en varios estadounidenses.
Incluso, varios estudios han señalado que, para varias personas, especialmente en el caso de los hombres, el disparar o poseer un arma fue considerado como un ‘verdadero rito de iniciación’, de llegar a la edad adulta y, en casos más específicos, de masculinidad.
Según datos del Centro de Investigaciones Pew (Pew Research Center), ubicado en Washington, pese a que las armas son usadas tanto por republicanos como por demócratas, los estadounidenses blancos, republicanos y conservadores son más propensos a poseer armas en comparación con los afroamericanos o los latinoamericanos.
Dentro de las razones más comunes para poseer un arma, según el estudio, dos tercios de los encuestados indicaron la protección, seguido por la caza (38%) mientras que tres de cada diez citaron el tiro deportivo. Sin embargo, el Pew Research Center no especificó a que o de quién se protegían los usuarios de armas.
Necesidad de protección
Para Kevin H. Wozniak, profesor asociado de Sociología de la Universidad de Massachusetts Boston, la necesidad de protección podría ser impulsada por la ansiedad generada por los medios de comunicación, especialmente los locales.
Según Wozniak, los medios estadounidenses han dado un cubrimiento más extenso a los llamados tiroteos masivos y no tanto a la violencia armada. Los medios han tendido a informar de forma desproporcionada sobre los delitos violentos.
“Creo que esto les da a muchos estadounidenses la impresión de que el crimen siempre es un problema, incluso cuando objetivamente es más bajo de lo que ha sido en mucho tiempo (…) Creo que despierta la ansiedad de muchos estadounidenses blancos de que ellos o sus hijos puedan ser víctimas de un tiroteo masivo”, destaca Wozniak a la Agencia Anadolu.
Así mismo, según el académico y estudios, las noticias tienden a 'racializar' el crimen, es decir, tienen una probabilidad desproporcionada de retratar a los estadounidenses negros y latinoamericanos como delincuentes violentos muy por encima a su prevalencia real de delitos en la población.
“Las noticias no comunican apropiadamente cuántos estadounidenses blancos están cometiendo crímenes, todo eso exacerba los estereotipos y prejuicios raciales de larga data. En Estados Unidos el crimen es muy racializado”, destaca Wozniak.
Según el estudio ‘Sesgo de raza-género en los estadounidenses blancos, preferencias de disponibilidad de armas’ de Matthew Hayes, David Fortunato y Matthew V. Hibbing, es mucho más probable que los estadounidenses blancos apoyen la disponibilidad de armas para los ciudadanos de su misma raza que para los ciudadanos afroamericanos, de quienes perciben un cierto nivel de amenaza grupal.
Para Yamane el hecho de que la protección o autodefensa sea la principal razón para poseer un arma refleja un cambio en el centro de gravedad de la cultura de las armas estadounidense que se alejó del antiguo énfasis en la caza, el tiro deportivo y la recolección al énfasis contemporáneo en la autodefensa armada, al que el académico llamó un paso de la “cultura de armas 1.0” a la “cultura de armas 2.0”.
Según el Pew, en 2017 al menos dos tercios de la población había vivido en un hogar con un arma en algún momento de sus vidas. Y aproximadamente siete de cada diez, incluido el 55% de los que nunca había tenido un arma, dicen que dispararon una en algún momento.
“Es importante que cualquiera que intente comprender la relación de los estadounidenses con las armas de fuego reconozca que, para una gran parte de la población de EEUU, las armas de fuego son una parte perfectamente normal de la vida. A pesar de las disputas políticas, las armas de fuego son normales para la mayoría de los estadounidenses”, destaca el experto.
Y es que esta “normalidad” también ha contribuido en parte para que muchos estadounidenses vinculen las armas con su sentido de identidad social y de libertad. Y no es para menos si se considera la historia del país que incluye su participación protagónica en la Primera y Segunda Guerra Mundial y numerosas intervenciones militares en las últimas décadas. Es una cultura que, por así decirlo, ha evolucionado con las armas a su lado.
“La identidad de alguien que posee armas y alguien que valora las armas se ha entrelazado cada vez más con todos estos otros aspectos de la identidad de los estadounidenses: lo que somos, la forma como nos miramos unos a los otros a través de esta división partidista, cada vez más enojados entre sí”, detalla Wozniak.
Según el académico, desde los últimos 20 años la política estadounidense se volvió más polarizada. Los demócratas y los republicanos se han distanciado cada vez más. Por primera vez en la historia de Estados Unidos, los pueblos estadounidenses expresan negatividad hacia los miembros del otro partido.
El Pew Research Center también mostró que una gran parte de las armas en EEUU se concentraban en sectores rurales (46%) y en menor medida en los suburbios (28%) y en las áreas urbanas (19 %).
Según datos de la cadena de noticias CNN, los estadounidenses tienen el 48% de los 650 millones de armas en poder de los civiles en el mundo.
Aproximadamente 4,7 millones de estadounidenses pidieron la verificación de sus antecedentes penales para la compra de armas en marzo de este año, un número récord según manifestó la Oficina Federal de Investigaciones de EEUU (FBI).
“Muchos estadounidenses asocian las armas con la libertad porque, desde un punto de vista práctico, las armas permitieron al país obtener su independencia de Inglaterra a fines del siglo XIX (…) Las armas en Estados Unidos están asociadas con la libertad por razones prácticas y simbólicas”, destaca Yamane.
La posesión del arma fue un punto central en la doctrina política estadounidense, en la que la Asociación Nacional del Rifle ha venido jugando un rol central en las últimas décadas.
La NRA surgió en 1871 con el objetivo era fomentar el uso del arma para la caza, pero con el tiempo dio un paso hacia la política, manteniendo una cercanía muy fuerte con republicanos y conservadores.
La Asociación se ha vendido ante la población como el guardián de las libertades constitucionales, razón por la cual ataca a todas las medidas que traten de imponer un límite al derecho de tener armas.
Para Wozniak, la NRA ha enviado el mensaje de que los demócratas siempre han querido arrebatarles este derecho a los estadounidenses. “La NRA ha jugado un papel en estas antipatías políticas que se centran en un arma como símbolo de lo que significa ser un estadounidense autónomo libre” explica el experto, quien ha visto como la retórica de la organización ha girado más hacia la extrema derecha en los últimos 30 años.
“Cuando el presidente Obama estaba en la oficina y ahora, incluso con el presidente Biden, siempre tienden a decir que si los demócratas permanecen en el poder 'van a venir a por ti, se van a llevar todas tus armas, vamos a tomar tus derechos y tus identidades como un buen estadounidense rural trabajador’”, agrega Wozniak.