¿Está Escocia un paso más cerca de la independencia del Reino Unido?
El brexit fue el detonante para que los escoceses volvieran a pensar en un segundo referendo con el fin de lograr la independencia del Reino Unido.

ESTAMBUL
Las elecciones parlamentarias celebradas en Escocia el pasado 6 de mayo fueron una victoria para dos partidos con tendencias independentistas, el Partido Nacional Escocés (SNP) y los Verdes, que alcanzaron la mayoría absoluta con 72 de los 129 escaños en la Asamblea de Edimburgo.
La primera ministra y líder del SNP, Nicola Sturgeon, calificó el resultado como histórico y extraordinario y nuevamente expresó su determinación para realizar un segundo referéndum independentista para que Escocia abandone el Reino Unido.
Sturgeon anunció que primero se centraría en los problemas económicos y sociales debido a la pandemia de coronavirus (COVID-19) y que luego trabajaría para que los escoceses utilizaran su derecho a la autodeterminación.
La ministra ha señalado que su país está obligado a obtener el permiso del Gobierno del Reino Unido con respecto al referéndum sobre el que dijo que "es un derecho democrático fundamental". Subrayó, a su vez, que el primer ministro británico, Boris Johnson, no tiene una razón válida para limitar la voluntad de los escoceses.
Ver también: Partido Nacional Escocés obtiene 64 escaños con solo uno faltante para conseguir mayoría absoluta
¿Puede Escocia salir del Reino Unido legalmente?
La salida del Reino Unido de la Unión Europea no solo fue un hecho en contra de la voluntad de los votantes escoceses, sino que también podría facilitar legalmente la salida de Escocia del Reino Unido.
Sin duda, uno de los principios fundamentales de las Naciones Unidas (ONU) es el derecho de los pueblos a determinar su propio futuro, pero existe una limitación del derecho internacional a este respecto. Como antes se ha señalado en otros artículos de la Agencia Anadolu sobre los procesos independentistas de Cataluña (España), el ejercicio de este derecho no debe perturbar la unidad nacional.
Al respecto, es importante la resolución 1514 de la Asamblea General de la ONU del 14 de diciembre de 1960 titulada "Declaración de independencia de los pueblos coloniales". Esta decisión, como su nombre indica, se limita esencialmente el derecho a determinar su futuro a los pueblos colonizados.
Concretamente, el artículo 6 estipula que "cualquier intento que tenga como objetivo la ruptura parcial o total de la unidad nacional y la integridad territorial" es contrario al derecho de la ONU.
Hay muchas otras resoluciones de la Asamblea General que confirman este principio básico. Este principio también ha sido adoptado en el Acta Final de los Acuerdos de Helsinki, el Documento de Viena de 1989, la Carta de París de 1990 y el Documento de Moscú de 1991.
Sin embargo, el estatus legal de Escocia es muy diferente al de Cataluña, aunque los nacionalistas catalanes tomen a Escocia como ejemplo.
El estatus de autonomía de Cataluña se deriva del artículo 2 de la Constitución española. Es decir, el citado derecho de autonomía es un derecho transferido unilateralmente desde el Gobierno central español a Cataluña. Por tanto, Cataluña no puede declarar su independencia sin el consentimiento de España.
Por otro lado, no se puede decir lo mismo de Escocia ya que este país es una de las cuatro naciones fundadoras que conforman el Reino Unido.
Escocia es uno de los dos lados del Reino de Gran Bretaña, que se formó como resultado de la aprobación de las Actas de Unión, el acuerdo de unificación firmado con el Reino de Inglaterra en 1706 cuando Escocia era un reino independiente.
Aunque esta unión se concibió como una continuación de la unificación de los tronos entre los dos reinos en 1603 y tenía como objetivo evitar la separación, es obvio que había dos lados soberanos.
Los Estados soberanos pueden unirse y formar una unión, y tienen derecho a romper esta unidad incluso después de siglos. Es por eso que los nacionalistas catalanes y vascos han estado tratando de demostrar que han formado una entidad legal independiente en el pasado para apoyar sus demandas de independencia en España.
El medio francés Le Monde señaló en un artículo titulado "Boris Johnson en la trampa escocesa" [1] que el resultado de las elecciones escocesas va de la mano con el brexit y el acuerdo de última hora que el Reino Unido firmó con la UE, pues todavía quedan problemas sin resolver como los trámites aduaneros y pesqueros.
Le Monde señaló que los aires de separatismo en el Reino Unido no se limitan solo a Escocia, sino que existe una situación similar en Irlanda del Norte.
Lo que realmente incomoda a Johnson es que la ideología nacionalista ahora aboga por la membresía de la UE y el mismo discurso que Jhonshon usó contra la UE ahora se ha movilizado contra el Reino Unido de parte de Escocia e Irlanda del Norte.
Algunos se preguntarán, si el Reino Unido siguiera siendo miembro de la UE, ¿se restringiría más fácilmente el nacionalismo escocés e irlandés?
No es fácil responder a esta pregunta. Pero, como enfatizó Le Monde, hoy la independencia de Escocia del Reino Unido no es algo factible debido a razones políticas y especialmente económicas. Sin embargo, Johnson tampoco tiene una carta de triunfo para resistir el segundo referéndum de independencia durante mucho tiempo porque no existe obligación constitucional al respecto como en España. Así, es posible que Boris Johnson finalmente tenga que permitir el referéndum escocés.
Teniendo en cuenta que la pertenencia a la UE suprimió el deseo de independencia en el primer referéndum y que el brexit alimentó las ideologías nacionalistas no solo en Escocia sino en todas las naciones fundadoras que conforman el Reino Unido, es necesario admitir que la posibilidad de que los partidarios de la independencia en Escocia salgan a las urnas se hace más fuerte ahora.
¿Podría tal situación, que no había ocurrido hasta ahora, ser el comienzo de la creciente división del Reino Unido?
Tal vez es demasiado pronto para dar una respuesta seria a esta pregunta. Pero al igual que el liderazgo mundial del Reino Unido (Pax Britannica), que ha dejado su huella durante más de un siglo desde el Congreso de Viena en 1815, hoy todo puede cambiar a largo plazo. Sin embargo, este podría ser un buen ejemplo para algunos pueblos de nuestro mundo y especialmente para los palestinos que aún experimentan problemas de independencia durante este período.
*Akin OzCer es un escritor turco autor de los libros Agur, ETA ya no existe (diciembre de 2018), España en plural: sistema constitucional y modelo antiterrorista (2006) y EuskalHerria: nacionalismo vasco e historia política española (1999), y es exmiembro del Ministerio de Exteriores turco.
**Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no reflejan necesariamente la postura editorial de la Agencia Anadolu.
***Camilo Hernández contribuyó a la redacción de esta nota.