A pesar de que la relación entre los presidentes de Turquía y los Estados Unidos esté marcada por desacuerdos y una serie de problemas, el interés de los EEUU por las bases militares en suelo turco aún se mantiene, según afirmó el analista de política exterior Oytun Orhan.

El Congreso de los Estados Unidos actualmente está tratando de presionar a Turquía con sanciones debido a una serie de decisiones tomadas por el gobierno turco, incluida la compra de un sistema de defensa antimisiles S-400 ruso, el lanzamiento de su operación antiterrorista Fuente de Paz en el norte de Siria este octubre, el rechazo del reconocimiento del Congreso de las reclamaciones de Armenia sobre los incidentes de 1915 y el apoyo de Estados Unidos al grupo terrorista YPG/PKK en el norte de Siria.

En respuesta a los movimientos de Estados Unidos, Turquía anunció recientemente que "podría" considerar cerrar dos bases militares clave ubicadas en el sureste de Turquía, que juegan un papel importante en las misiones y operaciones de la OTAN y los Estados Unidos en el Medio Oriente.

Ubicada en la provincia turca de Adana, a tan solo 110 kilómetros de la frontera siria, la Base Aérea de Incirlik ha sido un elemento estratégico desde su establecimiento en 1954, ya que desempeñó un papel importante durante la Guerra Fría, la Guerra del Golfo de 1990-1991 y la operación contra Daesh/ISIS en Siria e Irak dirigida por los EEUU.

Por otro lado, Kurecik, una estación radar ubicada en la provincia de Malatya, se utilizó durante tres décadas hasta la desintegración de la Unión Soviética en 1991 por la OTAN para contrarrestar los misiles balísticos. Lo importante de esta base para la OTAN, de la que Turquía ha sido miembro durante casi 70 años, es que el radar AN / TPY-2 (de Vigilancia Transportable del Ejército / Marina) desplegado en Kurecik puede proteger de misiles balísticos disparados desde Rusia e Irán y de esta forma proteger a los miembros de la OTAN.

La tensión política, a menudo atribuida a las rivalidades políticas internas de los Estados Unidos, actualmente domina los lazos entre los dos países, pero esto ha terminado haciendo que Turquía cuestione la presencia militar estadounidense en el país.

En 1974, después de la Operación de Paz de Turquía para salvar a los en la isla de Chipre de la violencia étnica, Estados Unidos impuso sanciones a Turquía. En represalia, Ankara se movió para cortar el acceso de ese país a las bases en su suelo. Incirlik permaneció abierto solo para operaciones de la OTAN, lo que significa que no podría ser utilizado por ningún otro miembro de la alianza, incluidos los EEUU.

En 1978, la base volvió a funcionar después de que el Congreso de los Estados Unidos levantara su embargo sobre Turquía.

Ventajas inigualables

Desde una perspectiva militar, Incirlik, debido a su ubicación geográfica, ofrece dos ventajas significativas para las tropas y los jets estacionados en ese lugar: tiempo y combustible.

La base aérea permite que los aviones de combate utilicen menos combustible para llegar a Irak, Siria e Irán, todos ellos países fronterizos con Turquía. Esto permite que los aviones de combate realicen más maniobras.

Además, la ubicación de la base aérea permite a los elementos de combate actuar de inmediato y atacar objetivos con precisión en poco tiempo, dejando a los enemigos con poco o ningún tiempo para escapar.

Por tal motivo, el cierre de la base podría dañar las relaciones Turquía-EEUU significativamente y provocaría vínculos aún más estrechos entre Turquía y Rusia, que vendió su sistema S-400 a Ankara después de que Estados Unidos se negara a vender su sistema de defensa Patriot.

"La fricción en los acuerdos bilaterales turcos y estadounidenses ha marcado el camino en un período en el que ambas partes se enfrentan con sus cartas de triunfo", afirmó Oytun Orhan, analista político e investigador del Centro de Estudios Estratégicos del Medio Oriente (ORSAM) en la capital turca, Ankara, en declaraciones para la Agencia Anadolu.

Orhan indicó que la campaña antiterrorista de Turquía en el norte de Siria contra el YPG, una rama del grupo terrorista PKK, desencadenó el resentimiento en los Estados Unidos, que luego se transformó en amenazas de sanciones y profundizó la tensión política.

Turquía se ha enfrentado con los EEUU durante mucho tiempo debido a los lazos de Estados Unidos con el YPG/PKK en su lucha contra Daesh, argumentando que usar un grupo terrorista para luchar contra otro no tiene sentido. En su campaña terrorista de más de 30 años contra Turquía, el PKK ha causado la muerte de más de 40,000 personas. El YPG es su rama siria.

El cierre de la base obstaculizaría las operaciones estadounidenses

Orhan enfatizó que Incirlik es uno de los elementos clave de las relaciones bilaterales y, por lo tanto, no espera que la base se cierre a corto plazo debido a lazos políticos profundamente arraigados.

Si cerraran Incirlik "la capacidad operativa de los Estados Unidos en el Medio Oriente se vería fuertemente afectada" afirmó Orhan.

A pesar de que Estados Unidos busca bases aéreas alternativas, estas no tienen las ventajas de Incirlik.

"Las bases militares en Erbil [al norte de Irak] se utilizaron en recientes operaciones, pero están lejos de proporcionar las oportunidades que ofrece la Base Aérea de Incirlik", afirmó Orhan, explicando que estas bases no están lo suficientemente cerca del Mar Mediterráneo y sus capacidades logísticas no tienen el nivel deseado.

Citando una declaración de Estados Unidos, del 23 de diciembre, en la que se indica que las empresas turcas recibieron USD 95 millones para mejorar las instalaciones de Estados Unidos en el país, Orhan afirmó que esto muestra que Washington claramente no ha perdido interés en las bases aéreas turcas.

El analista señaló que el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, advirtió al Congreso que las sanciones socavarían aún más los lazos bilaterales, atribuyendo la actual tensión política a las rivalidades políticas internas en los Estados Unidos, un argumento a menudo resaltado por el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.

En cuanto a las relaciones turco-OTAN, Orhan indicó que Turquía ha criticado la actitud reciente de la OTAN sobre las políticas turcas, y afirmó que no están a la altura del "espíritu de alianza".

"Ningún miembro de la OTAN puede eliminar a otro y no creo que los países miembros renuncien a la disuasión provista por el pacto de defensa", afirmó Orhan, y agregó que la reunión de la OTAN en Londres este mes mostró que los países miembros continuarán trabajando juntos a pesar de la crisis de confianza.

El analista explicó que las serias diferencias de opinión dividen a los pesos pesados de la OTAN, y las relaciones transatlánticas se han enfrentado a tiempos difíciles, con Berlín y París haciendo objeciones a Estados Unidos, el principal proveedor financiero de la alianza.

Es necesario evaluar si la reciente escalada política entre Estados Unidos y Turquía es un problema estructural o periódico, resaltó Orhan, argumentando que la asociación de Estados Unidos con el grupo terrorista PKK/YPG provocó reacciones emocionales tanto en Washington como en Ankara.

Es poco probable que Estados Unidos abandone sus lazos con Turquía, agregó Orhan, ya que esto conduciría a una mayor influencia rusa en el Cáucaso, los Balcanes y el Medio Oriente.

Orhan concluyó afirmando que la política mundial ha visto un cambio en los últimos años tras el fin del orden mundial bipolar.

"El mundo se está moviendo hacia un orden múltiple, con actores regionales que siguen políticas más independientes que ocasionalmente causan enfrentamientos políticos con las potencias globales. No deberíamos esperar un proceso completamente estable como en los viejos tiempos" concluyó el analista.

*Traducido por Camilo Hernández.