Francia: continuador del sistema global de colonialismo
La exrepresentante de la Unión Africana para EEUU, Arikana Chihombori-Quao, fue despedida en 2019 debido a la presión francesa por su discurso crítico hacia las políticas neocoloniales que continúan en África, especialmente el colonialismo francés.
ESTAMBUL
Después de la conquista de Estambul y el colapso del Imperio Bizantino, cuando el camino a la India pasó a manos de los turcos, los europeos colonialistas trabajaron para encontrar una ruta marítima hacia el Oriente.
El proceso que comenzó con exploradores y saqueadores españoles, portugueses y holandeses, continuó más tarde con los colonos franceses, británicos, alemanes y belgas. Los llamados "Descubrimientos Geográficos" son la historia de los europeos ignorantes que aprendían sobre el mundo y explotaron los lugares que encontraron en el camino.
Con las actividades coloniales que comenzaron en la segunda mitad del siglo XV, los europeos colonizaron durante 500 años el territorio que va desde África Occidental hasta China. Los franceses comenzaron el colonialismo en 1624, al establecer centros comerciales y logísticos en Senegal.
El área total de las regiones colonizadas por Francia en África era de 11,8 millones de kilómetros cuadrados. Hoy, en esta área hay 29 países a los que se les impuso por la fuerza el francés y de los cuales 16 aún utilizan el franco, una moneda que ni la misma Francia usa ya. Y mientras que el país europeo debería disculparse con África por los saqueos, el esclavismo y los genocidios que cometió, lo que hace es cobrarle impuestos.
El Palacio Presidencial de Abidjan en la capital de Costa de Marfil sigue siendo propiedad de Francia, por lo que los marfileños deben pagarle el alquiler. La exrepresentante de la Unión Africana para EEUU, Arikana Chihombori-Quao, fue despedida en 2019 debido a la presión francesa por su discurso crítico hacia las políticas neocoloniales que continúan en África, especialmente el colonialismo francés.
El colonialismo salvaje francés
El colonialismo francés tiene un carácter muy salvaje. Formó la tradición y la filosofía del pensamiento africano a través del francés, por lo que los intelectuales africanos están fascinados por la influencia del colonialismo e incluso hoy perciben estudiar en Francia y hablar su idioma como un gran mérito y un signo de superioridad.
De hecho, Francia convenció a los africanos de su necesidad, a pesar de que África es un continente rico y Francia un país pobre. Esa nación no tendría 75% de su electricidad hoy, si no fuera por el uranio que llega de África.
Francia ha tenido éxito en el Norte de África porque ha aprovechado los conflictos internos. Bajo el nombre de la "reforma lingüística y cultural", obligó a los argelinos, que hablaban árabe y bereber, a utilizar el francés.
Este fue un método de colonización y asimilación aplicado en todas las demás colonias de Francia. Cuando París tuvo que reconocer la independencia de Argelia después de matar a alrededor de 1,5 millones de personas, dijo: “Lo que no es mío no es de nadie”, por lo que destruyó la infraestructura y se llevó los archivos y planos de la ciudad. En el texto de reconocimiento de la independencia, Francia dejó por escrito que mantendrían sus bases militares, recibirían concesiones económicas y utilizarían el desierto del Sahara para pruebas nucleares.
A pesar de la explotación, masacre, genocidio y atrocidades francesas en los países del norte de África, el mayor número de estudiantes que van a Francia para estudiar son de estos países. La comprensión del secularismo jacobino en Túnez y Argelia es herencia francesa también. Las mentes de las personas en estos países siguen colonizadas.
El dolor de cabeza de Francia en África
Francia actúa con intereses coloniales tanto en África como en el Mediterráneo. Debido a esto, se enfrenta con Turquía tanto a nivel regional como mundial. Turquía goza de gran aceptación en África debido a que actúa bajo el principio "ganancia-ganancia". Los africanos se alegran de ver que hay países con los que pueden cooperar aparte de Francia.
Esto se debe a que mientras que otros países europeos comparten un pasado colonial en África, Turquía no tiene un pasado con sangre y lágrimas en el continente. Por el contrario, también luchó contra estas potencias coloniales, ya que la Francia que colonizó Argelia, Mali, Níger, Congo y Siria es la misma que ocupó Líbano, Hatay, Antep y Maras.
Hay una lucha sin nombre entre Francia y Turquía en África. A Francia le molestan las actividades turcas en los países africanos, como las ayuda para el desarrollo, la asistencia humanitaria y los trabajos educativos. Además, cada destino abierto por Turkish Airlines (THY) en África es una daga clavada en el corazón de Francia.
Antes, para ir a cualquier parte del mundo desde países como Gabón, Senegal y Burkina Faso, los africanos debían usar Air France o British Airways, ir a París o Londres y luego al país de destino. Hoy, se puede viajar a cualquier parte del mundo desde 60 destinos en el continente africano a través de THY, con una parada en Estambul. El centro ya no es París y Londres, sino Estambul.
Francia evitó que Turquía se dirigiera a África a través de personas que educó en el país eurasiático, burócratas comprados y medios vendidos. Hizo toda clase de esfuerzos para mantener a Turquía alejado de la zona que gobernó tan solo un siglo atrás porque solo cuando los otomanos perdieron su poder y se retiraron de África, Francia pudo ingresar a estas regiones. Debido a esto, piensa que Turquía hará levantar los países africanos.
Otro tema que preocupa a Francia es el fuerte liderazgo del presidente Erdogan. La frase de Macron: "No tenemos ningún problema con el pueblo turco. Nuestro problema es con el presidente Erdogan” es la revelación de cómo utilizan la política de dejar a los países sin líderes para ocuparlos y colonizarlos.
Los franceses debilitan a los líderes que quieren derrocar en África al desacreditarlos a través de su poder mediático. No importa cuán poderoso seas económica y militarmente, si no tienes un líder fuerte, no puedes usar ese potencial. El lema del presidente Erdogan: "El mundo es más grande que cinco" ahora establece la agenda del mundo entero. Turquía, bajo el fuerte liderazgo de Erdogan, sigue siendo una luz de esperanza para los países oprimidos, indefensos y colonizados. Esta esperanza sacude el futuro de Francia en África y Medio Oriente.
[Mustafa Efe es el director del Centro de Estudios Estratégicos de África (AFSAM), con sede en Turquía]
*Aicha Isabel Sandoval contribuyó con la redacción de esta nota.
*Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no reflejan necesariamente la política editorial de la Agencia Anadolu.