Análisis

La 'legitimidad' ficticia de Israel

Los recientes ataques de Israel a Palestina y Gaza se basan en un elemento de "legitimidad" fabricado de manera artificial.

Prof. Dr. Ferhat Pirinççi  | 23.05.2021 - Actualızacıón : 24.05.2021
La 'legitimidad' ficticia de Israel CIUDAD DE GAZA, GAZA - 22 DE MAYO: Imágenes de las secuelas que dejó el ataque israelí a la Franja de Gaza después de que se firmara un acuerdo de alto el fuego entre Israel y Hamas, alcanzado con la mediación de Egipto, que puso fin al conflicto de 11 días. Hay al menos 1.800 edificaciones que fueron destruidas y otras 6.800 resultaron parcialmente dañadas en la ciudad de Gaza, el 22 de mayo de 2021. (Ashraf Amra - Agencia Anadolu)

ESTAMBUL

Por: Ferhat Pirincci

Los recientes ataques de Israel contra los palestinos, especialmente aquellos residentes en la Franja de Gaza, tienen como objetivo completar un ciclo más. Este ciclo se basa en una estrategia para encubrir su ocupación de Palestina y todos los efectos colaterales que implica la ocupación, reduciendo y minimizando el problema a Gaza.

Estos ataques atrevidos de Israel a los territorios palestinos ocupados se basan en un elemento de "legitimidad" fabricado de manera artificial. Según esta legitimidad ficticia, Israel no ocupa Palestina. Por el contrario, mantiene una política pacífica y todas sus acciones son en defensa propia. Existen tres factores principales en los que Israel apoya esta legitimidad ficticia: el antisemitismo, el apoyo incondicional de Estados Unidos y los equilibrios regionales.

El tabú del antisemitismo

Este factor se beneficia sobre todo del holocausto durante la Segunda Guerra Mundial. Desde su creación, Israel ha extendido el concepto del antisemitismo para incluir cualquier crítica contra las políticas de la administración de Tel Aviv y sus acciones contra los palestinos, intentando procurar de esta manera una base de legitimidad para sus políticas y acciones.

Lo curioso es que este discurso ha sido adoptado por Estados Unidos y países europeos e incluso es recurrente en estos antes que en la propia Israel, convirtiéndolo en un argumento indiscutible. La reciente violencia en Cisjordania y Gaza contra los palestinos no tiene nada que ver con el antisemitismo. Se trata simplemente de las acciones habituales de una ocupación.

La incapacidad de Occidente de ni siquiera criticar a Israel por sus acciones y su continuo empeño en defenderla a toda costa demuestra que este tabú sigue activo de manera efectiva. A este tabú se podría añadir la creciente islamofobia que últimamente se encuentra en auge en Europa. Actos como la orden del primer ministro de Austria, Sebastián Kurz, de izar la bandera de Israel en el edificio de su oficina o forzar a dimitir a los políticos europeos que apoyan a los palestinos hay que evaluarlos más allá del tabú del antisemitismo.

Ver también: La estrategia de Israel para desplazar a los musulmanes de Jerusalén

El lobby judío y el apoyo incondicional de Estados Unidos

Estados Unidos reconoció el Estado de Israel 11 minutos después de su creación. A continuación, el apoyo militar empezó indirecta y gradualmente. No cabe duda de que este apoyo incondicional por parte de Estados Unidos y el lobby judío son la principal razón por la que Israel actúa con impunidad en su ocupación de Palestina. La seguridad de Israel figura en lo más alto de la propia política de seguridad de Estados Unidos y forma parte de su inquebrantable política en Oriente Medio.

El lobby judío en Estados Unidos no solo tiene influencia sobre el Congreso, sino sobre la opinión pública, los medios de comunicación y los ámbitos académicos también. Este lobby activa un mecanismo de autocensura y control antes y después de cualquier acción de Israel. Como ejemplo se puede mencionar la odisea que los académicos John Mearsheimer y Stephen Walt experimentaron durante cuatro años antes de poder publicar su obra titulada El lobby israelí y la política exterior de Estados Unidos, en la que demuestran cómo este lobby a menudo supone un perjuicio para los intereses de Estados Unidos.

Todas las administraciones estadounidenses, demócratas o republicanas, han apoyado incondicionalmente a Israel con pequeñas diferencias a la hora de hacerlo. Este apoyo alcanzó su cima durante el mandato del expresidente Donald Trump. Su sucesor, Joe Biden, aunque en un principio asegurara que respetaría las instituciones internacionales y los derechos humanos, al contrario de Trump, su postura ante los últimos ataques de Israel a los palestinos y su continuo apoyo al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha demostrado que su política hacia Israel no va a ser diferente de la de Trump. Así mismo, su administración se ha dedicado a calificar de “antisemitismo” cualquier crítica contra la política de ocupación de Israel como la del presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, en apoyo de los palestinos.

Otro medio en manos de Estados Unidos para proteger a Israel es su veto en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas como miembro permanente que es. La mayoría de las veces que Estados Unidos ha utilizado este veto ha sido para proteger las políticas de ocupación de Israel y para vetar cualquier resolución que pudiese frenarlas. En el caso particular de los últimos ataques, Estados Unidos ya no solo se ha negado a condenarlos, sino que se ha opuesto a los proyectos de resolución que invitaban a ambas partes a un alto al fuego.

Ver también: Lobby israelí: ¿El poder en la sombra de la política estadounidense?

Los equilibrios regionales

Estos equilibrios, activos desde las guerras árabe-israelíes, y los diferentes intereses de los actores regionales también juegan un papel importante en permitir a Israel actuar con tanta libertad. Palestina fue ocupada por Israel como consecuencia de los intereses opuestos de los países de la región y su incapacidad de actuar de forma unánime.

En los últimos 10 años, los equilibrios en la región han evolucionado a favor de Israel. Durante los enfrentamientos bélicos surgidos a raíz de la primavera árabe, Israel ha estado manteniendo relaciones encubiertas con los regímenes que intentan salvar el estatus quo antiguo en la región. Esto, y el apoyo de Estados Unidos, le ha permitido seguir con su política de ocupación.

Tras el fallido Acuerdo del Siglo de Trump, los Acuerdos de Abraham, por los que algunos países árabes normalizaron sus relaciones con Israel, supusieron un alivio para esta y su ocupación ilegal. La lucha de influencia y competencia geopolítica entre los diversos actores de la región ha permitido que Israel actúe con más libertad en todo lo relacionado con Palestina. La incapacidad de la Liga Árabe y la Organización para la Cooperación Islámica a la hora de tomar medidas ante la agresión de Israel se debe en parte a estas diferencias y conflictos de intereses.

Un hecho que ha saltado a la vista durante estos últimos ataques de Israel ha sido la violencia y agresión sistemáticas que han sufrido los israelíes de origen árabe y su creciente oposición a las políticas de ocupación de la administración israelí. Queda por ver si las expectativas de Israel se harán realidad o no. Sin embargo, cualquier cambio en al menos uno de estos tres factores, afectará a los siguientes pasos que Israel dé en todo lo relacionado con Palestina. Si esto ocurriera, Israel tendría que empezar a dar cuentas de sus políticas de ocupación.

*Ferhat Pirincci es profesor de relaciones internacionales en la Universidad Uludag de Bursa e investigador sénior en la Dirección de Trabajos sobre la Seguridad en la Fundación para la Investigación en Política, Economía y Sociedad (SETA). Posee trabajos sobre Oriente Próximo y armamentos.

*Traducido por Daniel Gallego.

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