Los cinco puntos clave del discurso de Gustavo Petro tras ser elegido presidente de Colombia
Este domingo los colombianos eligieron al candidato de izquierda Gustavo Petro con un 50,44% de los votos frente al ingeniero y exalcalde Rodolfo Hernández, quien obtuvo el 47,31%.
BOGOTÁ, Colombia
El congresista y economista Gustavo Petro, de 62 años, se convertirá el próximo 7 de agosto en el primer presidente de izquierda en gobernar Colombia.
Así lo decidieron los colombianos este 19 de junio en la segunda vuelta de unas reñidas elecciones en las que Petro obtuvo el 50,44% de los votos (11.281.013), mientras que su contrincante, Rodolfo Hernández, obtuvo el 47,31% (10.580.412 votos).
La diferencia fue de tan solo tres puntos porcentuales, lo que significa que Petro tendrá que convencer a los cerca de 10 millones y medio de personas que votaron por Hernández y que no se sienten identificados con su proyecto político.
La campaña, caracterizada por revelaciones y escándalos alrededor de ambas candidaturas, dejó un ambiente político encendido y polarizado, lo que explica que el primer mensaje de Petro tras su victoria fuera precisamente un llamado a la unidad.
“Las elecciones más o menos mostraron dos Colombias, cercanas en términos de votos. Nosotros queremos que Colombia, en medio de su diversidad, sea una Colombia. No dos Colombias”, aseguró el presidente electo ante cientos de personas que se reunieron en el Movistar Arena, uno de los estadios cubiertos y centros de eventos más grandes del país.
“Y para que sea una Colombia -añadió Petro- en esa enorme diversidad multicolor que somos, necesitamos del amor, entendida la política del amor como una política del entendimiento, como una política del diálogo, como una política de comprendernos los unos a los otros”.
Acompañado por su esposa, hijos e hijas, y por su fórmula vicepresidencial, Francia Márquez, así como por otros políticos que lo respaldan, Petro -con una voz desgastada tras siete meses de campaña- se dirigió a los colombianos, a los latinoamericanos y al mundo para exponer cuáles serían los puntos fundamentales de su Gobierno.
1. La política del amor para sanar las heridas del pasado
Petro inició su discurso argumentando que su elección marcaba el inicio de un nuevo capítulo en la historia de Colombia, por lo que calificó este como un día histórico.
“A partir de hoy Colombia cambia, Colombia es otra. Un cambio real que nos conduce a alguno de los planteamientos que habíamos hecho en estas plazas públicas: la política del amor. No es un cambio para vengarnos, no es un cambio para construir más odios. No es un cambio para profundizar el sectarismo en la sociedad colombiana”, aseguró el presidente electo.
“Nuestros padres, nuestros abuelos, nos enseñaron en su propia vida qué significa el sectarismo, qué significa el odio en la historia de Colombia. El cambio consiste precisamente en dejar el odio atrás”, añadió.
Durante su discurso, que antecedió al de Petro, Francia Márquez también hizo una revisión del pasado de violencia y dolor que ha vivido el país.
Luego de agradecer a Dios y a la Virgen, se refirió “a los ancestros y ancestras”, así como a todas las víctimas que han dejado décadas de violencia y que, según ella, lamentablemente contribuyeron para que se pudiera llegar a este momento de cambio.
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“Quiero agradecer a todos los colombianos y colombianas que dieron la vida por este momento. Todos nuestros hermanos y hermanas, líderes sociales que tristemente fueron asesinados en este país. A la juventud que ha sido asesinada y desaparecida. A las mujeres que han sido violentadas y desaparecidas. A todos ellos, que sé que desde algún lugar nos están acompañando en este momento histórico para Colombia, les damos las gracias”, aseguró Francia.
De alguna manera, al hablar de ellos también está hablando de sí misma, ya que Márquez fue desplazada tras recibir amenazas por su trabajo como líder social y defensora del medio ambiente. La vicepresidenta electa marca un hito: se convirtió en la primera mujer afrodescendiente en llegar a dicho cargo.
“Después de 214 años logramos un Gobierno del pueblo, un Gobierno popular, el Gobierno de la gente de las manos callosas, el Gobierno de la gente de a pie, el Gobierno de los nadies y las nadies de Colombia”, aseguró.
Petro continuó en el mismo sentido: “Gracias a esa enorme fuerza, a esa fuerza de atrás, a generaciones que ya no están con nosotros. Somos parte apenas de un acumulado, de una resistencia que ya tiene cinco siglos, diría Francia”.
2. Solicitud de liberación de jóvenes detenidos en el marco de las protestas
Continuando en la misma línea, Petro se preguntó sobre “cuánta gente que murió, cuánta gente que está presa en estos momentos, cuántos jóvenes encadenados, esposados, tratados como bandoleros simplemente porque tenían esperanza, simplemente porque tenían amor”.
Esto, haciendo referencia a jóvenes que fueron detenidos y judicializados por las autoridades en medio de los desmanes ocurridos durante las distintas protestas que se han vivido en el país desde el estallido social de finales de 2019.
“Yo le solicito al fiscal general de la nación que libere a nuestra juventud. Liberen a los jóvenes. Yo le solicito a la procuradora general de la nación que restituya en sus puestos a los alcaldes de elección popular”, muchos de los cuales fueron destituidos por su presunta participación en política, por supuestamente apoyar a Petro durante esta campaña.
Esta solicitud fue criticada desde varios sectores que consideran que excede sus futuras funciones y no respeta la autonomía de la rama judicial.
Más adelante durante el discurso habría de aparecer una madre que resaltaba entre la multitud porque llevaba el retrato de su hijo asesinado: Dilan Cruz, un estudiante bachiller que murió a manos de la Policía durante las protestas y que se convirtió en la víctima más emblemática de los excesos de la fuerza pública.
“Alzo mi voz por mi hijo, porque exijo justicia”, aseguró la mujer, quien dijo estar hablando no solo a nombre de su hijo, sino en nombre de todas las víctimas de los falsos positivos (un resonado fenómeno de ejecuciones extrajudiciales en Colombia).
“En usted está la esperanza de todos nosotros, de los necesitados”, le dijo a Petro, a quien se acercó y le pidió que la dejara hablar.
3. La paz como eje de un 'gran acuerdo nacional'
“No tendría sentido un Gobierno de la vida si no llevamos a la sociedad colombiana a la paz”, dijo Petro en su discurso, mientras subía al escenario Antanas Mockus, uno de los políticos más representativos del país durante los últimos años, reconocido por su lucha contra la corrupción y por la insignia de "no todo vale", y quien lo respaldó en la segunda fase de su campaña.
“Significa que los votantes de Rodolfo Hernández son bienvenidos en este Gobierno. Rodolfo Hernández puede dialogar con nosotros cuando quiera”, añadió Petro.
“No vamos a utilizar el poder en función de destruir al oponente. Significa que nos perdonamos. Significa que la oposición que tendremos, bajo los liderazgos que quieran, sea el de (Álvaro) Uribe, sea el de Federico (Gutiérrez), sea el de Rodolfo (Hernández), sea el de todos juntos, sea el que quieran, será siempre bienvenida en el Palacio de Nariño para dialogar sobre los problemas de Colombia”, añadió.
“Habrá oposición, indudablemente, pero este Gobierno que se inicia nunca habrá persecución política ni persecución jurídica. Solo habrá respeto y diálogo. Es así como podremos construir lo que hace un par de días llamamos el 'gran acuerdo nacional'”, indicó el próximo mandatario.
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Según dijo, se trata de una propuesta a un diálogo nacional “construido a partir de un diálogo regional: significa que los que se decida regionalmente, se vuelve norma”.
La idea es “sobre la base de esos diálogos regionales poder construir las reformas que necesita Colombia para poder convivir en paz”, añadió.
La paz “es que alguien como yo pueda ser presidente o alguien como Francia pueda ser vicepresidenta”. Esto, aludiendo a su pasado como exintegrante de la guerrilla del M-19 y a la situación de Francia, mujer afrodescendiente que antes de convertirse en abogada trabajó como empleada doméstica.
“La paz es que dejemos de matarnos los unos a los otros”, insistió. “Desde el Gobierno que se iniciará el 7 de agosto comenzará la paz integral en Colombia. A partir, primero, del gran diálogo nacional entre la sociedad nacional, toda. Y en segundo lugar, a partir de lograr que las armas dejen de disparar, que las armas dejen de usarse, que las armas dejen de existir por fuera del Estado”.
4. Justicia social sin expropiación
Teniendo en cuenta los temores que surgen alrededor de su futuro Gobierno de izquierda, especialmente sobre el miedo a la expropiación o a que destruya la propiedad privada, Petro afirmó: “De manera franca, aquí les diría lo siguiente: nosotros vamos a desarrollar el capitalismo en Colombia”.
“No porque lo adoremos -aclaró-, sino porque tenemos primero que superar la premodernidad en Colombia, el feudalismo”.
Y continuó: “Tenemos que superar mentalidades atávicas ligadas a ese mundo de siervos, a ese mundo de esclavos que tenía como contraparte los señores y los dueños esclavistas”.
En ese sentido invitó a la construcción de un pluralismo económico que permita tener una tierra llena de alimentos cultivados con espacio para las comunidades indígenas y a que se fortalezca a través del trabajo solidario y cooperativo, la educación, la tecnología y el crédito barato.
Habló de “transitar de la vieja economía extractivista que mataba el agua y que mataba la vida hacia una nueva economía productiva que pueda hacer crecer en toda Colombia puestos de trabajo, producción, que es la base misma de la riqueza”.
“Solo sobre la base de crecer económicamente, de producir, es que podremos, entonces, redistribuir”, añadió. “Producir en el campo, en la industria, en el turismo. Producir sobre la base del conocimiento, que es como se produce en el siglo XXI”.
5. Colombia como potencia mundial de la vida
El presidente electo aseguró que hay que producir, pero protegiendo la naturaleza. Entonces dejó de dirigirse únicamente a los colombianos para también hablarle al mundo.
“Queremos que Colombia, y será la prioridad de la política diplomática, se coloque al frente en el mundo de la lucha contra el cambio climático. La ciencia nos ha dicho que como especie humana podemos perecer en el corto plazo”, dijo.
Señaló que Colombia no produce grandes cantidades de gases de efecto invernadero, pero sí está al lado de “una de las mayores esponjas” que los consumen: la selva amazónica. “Hoy se impone que Colombia trate de salvar la selva amazónica en función de salvar la humanidad”, aseguró.
“Si allá se emite y acá absorbemos, ¿por qué no dialogamos?”, añadió Petro, haciendo referencia a la enorme cantidad de gases de efecto invernadero que se generan en Estados Unidos.
Entonces lanzó la siguiente propuesta: “Le propongo al Gobierno de Estados Unidos, y a todos los Gobiernos de América, sentarnos a dialogar para acelerar los pasos de la transición energética, los pasos de la construcción de una economía descarbonizada”.
En ese sentido invitó a los colombianos a pensarse como latinoamericanos, “que es lo que somos”, y a los latinoamericanos a dejar de pensar en una economía sustentada “sobre la base de los altos precios de petróleo, del carbón o del gas, porque es insostenible para la existencia humana”.
En cambio propuso una “producción sobre la base del conocimiento y del reencuentro con la naturaleza”. Eso haría parte fundamental de lo que Petro ha denominado su política de “Colombia como potencia mundial de la vida”.
Su último llamado fue una invitación a la libertad, para poder “vivir sabroso”, que ha sido uno de los eslóganes más exitosos de su campaña, aportado por Francia Márquez.
¡Sí se pudo!, gritaba la gente mientras Petro llamaba a la “libertad para que nunca más la masacre anegue el territorio, para que nunca más un Gobierno asesine a sus jóvenes” y se pueda construir una “democracia profunda, multicolor, de los hombres y mujeres libres, verdaderamente libres”.