Análisis

Los palestinos pagarán el precio de la normalización en el Golfo

El reconocimiento de Israel, incluso por los que alguna vez fueron conocidos como sus archienemigos, reducirá aún más la posibilidad de restaurar las fronteras establecidas en 1967 y debilitará aún más la causa palestina.

Hamdullah Baycar  | 25.03.2021 - Actualızacıón : 25.03.2021
Los palestinos pagarán el precio de la normalización en el Golfo Un manifestante ondea la bandera de Palestina (Ali Jadallah - Agencia Anadolu).

ESTAMBUL

*Por Hamdullah Baycar

Mientras la relación entre algunos países árabes del Golfo Pérsico e Israel se volvía más cercana día tras día bajo el liderazgo de los Emiratos Árabes Unidos (EAU), el impulso de normalización se convirtió en una realidad.

EAU se convirtió en el primer país árabe en cambiar a un régimen de viaje sin visa con Israel. Al actuar sobre la premisa de "el enemigo de mi enemigo es mi amigo", Israel y EAU, que definieron a Irán y a la Hermandad Musulmana como enemigos comunes, se posicionaron en las mismas filas en el nuevo orden regional.

Entonces, ¿cómo pasamos de los EAU de 1973, cuando Sheikh Zayed bin Sultan Al Nahyan no dudó en suspender las ventas de petróleo a los países que apoyaban a Tel Aviv durante la guerra árabe-israelí con base en la premisa de “el petróleo árabe no es más valioso que la sangre árabe”, a los EAU que pueden asignar USD 10 mil millones en fondos para inversiones directas en Israel, a pesar de que solo ha pasado un año desde el comienzo de la normalización?

Esta normalización no solo tendrá un impacto en las relaciones bilaterales entre ambos países, sino que tendrá importantes consecuencias para Palestina. Es casi seguro que a los palestinos les costará muy caro, ya que causará aún más división interna y la aislará internacionalmente.

Aunque la muerte en 2004 de Sheikh Zayed se considera como el comienzo del cambio en la política de EAU hacia Israel, en realidad el cambio drástico en el clima regional fue provocado por las invasiones de Estados Unidos a Afganistán e Irak; así como el debilitamiento ideológico y militar de las potencias regionales.

En consecuencia, Abu Dabi ha ganado reconocimiento en la región, ha superado la fragilidad que marcó sus primeros años y cambiado su política exterior pacífica, diplomática y complaciente, a una más intervencionista y agresiva.

Este cambio ha facilitado que EAU abandone su actitud renuente en su trato con Israel. El país del Golfo, que había establecido en secreto una cooperación económica, tecnológica e incluso de inteligencia con Tel Aviv, dio un respiro con el acuerdo de normalización, del que el expresidente estadounidense Donald Trump sirvió como garante.

La imposición de la normalización por parte de Abu Dabi a otras naciones como Bahréin consolidó aún más la relación entre Israel y EAU.

Ver también: Normalización de las relaciones entre Israel y el Golfo genera un cambio de equilibrio en la región.

De diplomacia de puertas cerradas a diplomacia abierta

Es difícil dar una cifra precisa del volumen comercial previo a la normalización entre los dos países, ya que las relaciones entre ellos, que se centraban en la tecnología y la seguridad, se llevaron a cabo con extremo secretismo.

Sin embargo, según los datos filtrados, el volumen comercial anual entre los dos países superaba los USD 300 millones en 2011.

Debido a las restricciones de vuelo recíprocas entre ambos países hasta la normalización, las exportaciones, las importaciones y las inversiones se llevaban a cabo a través de terceros.

Un acuerdo de USD 800 millones firmado oficialmente con AGT, una empresa de seguridad suiza, pero que muy probablemente fue firmado con Tel Aviv, es solo un ejemplo de esta asociación oculta.

El hecho de que Israel sea considerado parte de las cuestiones en materia de seguridad nacional en EEUU, así como la influencia de los grupos de cabildeo judíos lo suficientemente poderosos como para castigar a los que no se ponen de su lado, especialmente en el Congreso estadounidense, aceleró la normalización entre EAU e Israel.

Al recordar incidentes como la obstaculización de la participación de la compañía portuaria oficial del Emirato de Dubái, Dubai Ports World, en una licitación para seis puertos importantes en EEUU en 2006 por considerar que representaba un riesgo para los intereses nacionales estadounidenses, se puede concluir que EAU sentó las bases para la normalización al establecer vínculos con los grupos de cabildeo judíos y llevar a cabo serias campañas públicas para mejorar su imagen en EEUU.

De esta manera, las relaciones entre EAU e Israel comenzaron a florecer en una variedad de áreas, incluidas la diplomacia y los deportes, además de la economía. De hecho, Tel Aviv nombró a un representante de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA), con sede en Abu Dabi, en 2015.

Se reveló además que Israel apoyó a EAU en lugar de Alemania en las reuniones de 2009 sobre dónde debería ubicarse la sede de esta organización. Asimismo, la participación del equipo israelí en el campeonato de ciclismo de Dubái y la invitación enviada a Tel Aviv para la Expo 2020 Dubái, que estaba programada para 2020 pero se pospuso para 2021 debido al coronavirus, son solamente algunos de los ejemplos de cómo las relaciones entre los dos países han salido de las tinieblas.

El primer logro de la normalización fue la divulgación de las actividades comerciales de EAU con Israel, que antes eran "un secreto sabido por todos". Como resultado, la relación económica de Dubái, solo uno de los siete Emiratos Árabes Unidos, con Tel Aviv ha superado los USD 270 millones en solo cinco meses.

Entre los otros logros de EAU en este contexto están el viaje de 40.000 israelíes al país solo en diciembre de 2020 a pesar de la pandemia y la promesa de Israel de apoyar, en lugar de oponerse, a su adquisición de aviones de combate F-35 de EEUU.

Además de la economía y la política, las actividades de relaciones públicas que EAU ha desarrollado durante años también pueden incluirse en su lista de logros, ya que son tan importantes para Abu Dabi como sus intereses económicos, políticos y diplomáticos, así como la construcción de una identidad. Un papa visitando la Península Arábiga por primera vez, la normalización con Israel y su imagen como "un país donde más de 200 nacionalidades conviven en paz" son utilizados como material publicitario en la arena internacional.

Los EAU han estado llevando a cabo esfuerzos concertados para desviar la atención internacional de las violaciones de los derechos humanos en su territorio, al presentarse como un país donde "la tolerancia y el diálogo interreligioso triunfan sobre el extremismo" y declararse el "centro de paz" de la región.

¿Y Palestina?

La causa palestina fue alguna vez el tema más caliente del nacionalismo árabe y encabezó la agenda de todos los países árabes. Sin embargo, la creciente importancia de los Estados-naciones, el cambio en la coyuntura global y regional, la muerte de los líderes árabes carismáticos y la pérdida de popularidad de sus ideologías hizo que la cuestión palestina evolucionara gradualmente en una historia de hermandad basada meramente en la retórica, más que en la acción.

De hecho, Palestina no se tuvo en cuenta ni en el "Acuerdo del Siglo" ni en las medidas de normalización en cuestión. EAU, en particular, no solo ignoró a Palestina al iniciar estos acuerdos, sino que también exacerbaron su fragmentación política.

En este contexto, es bien sabido que EAU ve al palestino Mohammed Dahlan, a quien brindó un apoyo sustancial para desempeñar un papel activo en el proceso de normalización y en el Acuerdo del Siglo, como una alternativa a Mahmoud Abbas, actual presidente de Palestina.

Dahlan, un exmiembro de Fatah que se encuentra exiliado en EAU, es el cerebro detrás de las políticas del país del Golfo hacia Palestina. Abu Dabi está satisfecho con los esfuerzos de Dahlan para socavar la autoridad de Abbas mediante diversas iniciativas.

Cabe recordar que EAU envió a Palestina dos paquetes de ayuda para la pandemia de COVID-19 en dos entregas aéreas diferentes a través del Aeropuerto Internacional Ben Gurion, en Israel, ignorando las autoridades palestinas. El presidente palestino no tuvo más remedio que rechazar los paquetes de ayuda porque fueron enviados a través de las autoridades israelíes. Abu Dabi intentó destruir de esta manera la imagen de Abbas ante los ojos de los palestinos.

Las medidas aparentemente en favor de los palestinos tomadas por EAU sobre la anexión de Cisjordania, que se considera territorio palestino pero que Israel tiene la intención de anexarse, en el marco de la normalización con Tel Aviv no son genuinas. Pese a que Abu Dabi afirma que se han abandonado los planes de anexión, Israel asegura que solo se han pospuesto y que la anexión se llevará a cabo en el futuro.

Los intentos del país del Golfo de encubrir esta verdad mediante el uso de diferentes discursos en los documentos en árabe e inglés de la normalización revelan su falta de sinceridad. Mientras que la frase "...llevó a la suspensión de los planes de Israel para expandir su soberanía" se menciona en el texto en inglés sobre el plan de Cisjordania, el texto en árabe dice "...llevó a la detención de los planes de Israel de anexar territorios palestinos", lo que demuestra la actitud contradictoria de EAU.

El sufrimiento de Palestina no se limita a sus divisiones internas y la falta de sinceridad de Israel en su compromiso de detener la anexión de Cisjordania. Debido a la normalización con Israel iniciada por EAU, seguida poco después por países como Bahréin, Marruecos y Sudán, el último as bajo la manga de los palestinos, el no reconocimiento de Israel por parte de los Estados árabes y el aislamiento de la nación judía en la región, se ha quedado en las polvorientas páginas de la historia.

Esta ola de normalización podría envalentonar a otros países con relaciones secretas con Israel y motivarlos a seguir el mismo camino de EAU. En este sentido, el reconocimiento de Israel, incluso por los árabes, conocidos alguna vez como los archienemigos de Tel Aviv, exacerbará la imposibilidad de restaurar las fronteras de 1967, es decir, establecer una solución de dos Estados, y debilitará aún más la causa palestina.

*El autor es candidato a doctorado en Estudios del Golfo en el Instituto de Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad de Exeter, con sede en Inglaterra.

Las opiniones expresadas en este artículo pertenecen al autor y no reflejan necesariamente la política editorial de la Agencia Anadolu.

**Can Atalay y Aicha Sandoval Alaguna contribuyeron con la redacción de esta nota.

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