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La Bahía de Buenaventura y el renacer turístico en el Pacífico, un paraíso de ballenas, reservas naturales y 'brujas'

El Pacífico vallecaucano, la región cargada de magia y color que ha encontrado en el turismo una nueva oportunidad, llevando en cada experiencia una historia enraizada en la cultura de sus habitantes.

Juan Jaiver Torres Padilla  | 06.08.2021 - Actualızacıón : 09.08.2021
La Bahía de Buenaventura y el renacer turístico en el Pacífico, un paraíso de ballenas, reservas naturales y 'brujas' Grupo folclórico del Pacífico da la bienvenida a los turistas en Punta Soldado, Colombia, el 2 de agosto de 2021. (Juancho Torres - Agencia Anadolu)

Colombia

Por: Juancho Torres

Recorrer el Pacífico colombiano es preparar el espíritu para una cascada de experiencias, cultura, aislamiento de todo lo conocido y una estrecha simbiosis con la naturaleza. Aunque por muchos años la violencia lo haya nublado, el territorio es privilegiado con una enorme biodiversidad. Sus aguas cálidas, ballenas jorobadas, su gente y, sin lugar a dudas, su gastronomía, hacen que sea parte de la lista de los lugares que viajeros extranjeros desean frecuentar en el país.

Hoy más que nunca, los habitantes de Buenaventura resisten el ciclo de la violencia con su patrimonio; han querido reconfigurar su pasado, resaltando las maravillosas experiencias que este destino puede exponer ante el mundo. Existen diferentes atractivos turísticos por conocer, cada uno de ellos impregnado de una historia, de la cultura creada por las comunidades que lo habitan.

La región se consolida cada vez más como un ejemplo de turismo comunitario, los locales se capacitan para recibir a los turistas con el mayor conocimiento posible, ofreciendo variedad de ​actividades diferentes al sol, playa y arena, y la experiencia que se vive es única.

La ‘Bahía de Buenaventura’ da el primer paso hacia un turismo con seguridad

La cultura, arte y tradición se vienen promocionando nacional e internacionalmente en el puerto marítimo de Buenaventura, Colombia, el 01 de agosto, 2021. Los habitantes de Buenaventura, una importante ciudad portuaria en el occidente de Colombia, han estado atrapados durante años en un fuego cruzado entre las estructuras del narcotráfico, pero resisten el ciclo de la violencia con su patrimonio cultural inmaterial. Desde el hip-hop hasta la marimba se aporta a la cultura. Además su herencia culinaria, transmitida de generación en generación, hizo que la ciudad fuera incorporada en 2017 a la Red de Ciudades Creativas. Buenaventura es una de las ciudades más grandes de la región. Su población, mayoritariamente afrocolombiana, vive en comunidades pequeñas y dispersas. La mayoría desciende de esclavos llevados por los españoles a partir del Siglo XVII para trabajar en minas de oro.

Por las características de esta región, los viajeros tienen la posibilidad de practicar distintas actividades de ecoturismo de aventura, como buceo en parques naturales, avistamiento de aves, adentrarse en cuevas submarinas donde se esconden diferentes especies de peces, delfines y tortugas; caminatas ecológicas para disfrutar del paisaje con una variedad de fauna y flora.

La idea es ofrecer experiencias únicas, inolvidables, con el respeto al entorno y a las especies en su hábitat. Las ballenas jorobadas o yubartas (Megaptera Novaeangliae), por ejemplo, forman parte de ese círculo de cuidado y preparación de los guías, que llevan al turista a través de una relación íntima con estos enormes cetáceos, que se han convertido en la excusa perfecta para visitar el Pacífico vallecaucano por esta temporada, entre los meses de julio y octubre. Las yubartas convierten a Bahía Málaga, Buenaventura, en su sala de partos, pues es ahí donde arriban para tener a sus ballenatos, para amamantarlos y entrenarlos en el largo recorrido que les espera.

Estos cetáceos ofrecen sin imaginarlo un espectáculo para los miles de turistas que se espera lleguen este año a la zona, quienes se podrán deleitar por apenas vislumbrar un lomo, una aleta, la cola, y si cuentan con suerte, el cuerpo completo.

La inmensidad de la naturaleza se puede sentir al avistar una ballena. El ser humano puede sentirse frágil y pequeño ante el enorme tamaño de este imponente cetáceo, que puede medir hasta 16 metros de largo y alcanzar un peso de alrededor de 36 toneladas.

Entre los meses de julio y noviembre llegan a la costa Pacífica colombiana las ballenas que hacen un recorrido de más de 8.000 kilómetros desde el Polo Sur en Bahía Málaga. (Juancho Torres - Agencia Anadolu)

“Aproximadamente 1000 ballenas llegan cada año a Bahía Málaga a cumplir sus ciclos biológicos. Son mamíferos que salen a respirar, a veces los vemos saltando y otras veces navegando. Los turistas no se pueden ir desanimados porque solamente ven un soplo, lo importante es conocer el lugar donde permanecen, mantener una distancia prudente para no afectar su ambiente, actualmente estamos trabajando para que tanto los lancheros como embarcaciones grandes y pequeñas no afectemos el entorno de estos animales”, asegura Gustavo Adolfo Asprilla Gamboa, guía turístico del Pacífico colombiano.

Una de las experiencias de conexión más directa con la naturaleza se encuentra al observar los cortejos y juegos de estos gigantes del mar; escuchar sus cantos es un espectáculo indescriptible, que año a año se repite durante la temporada de avistamiento. Los visitantes tienen la oportunidad de llevarse uno de los recuerdos más especiales de su vida al entrar en Bahía Málaga, a donde llegan estos animales después de un recorrido de alrededor de 8.500 kilómetros, desde la Antártida hasta las aguas cálidas de esta zona del país.

Bahía Málaga, adicional al avistamiento de ballenas, posee un gran atractivo para los amantes de la naturaleza porque es una de las zonas con más especies de fauna y flora continental marina en el planeta. Llega a albergar alrededor de 1.396 especies, distribuidas entre moluscos, crustáceos, algas marinas, aves, reptiles, anfibios, y mamíferos costeros y acuáticos.

La Reserva Natural San Cipriano, un sitio mágico al que se llega sobre una bruja

La Reserva Natural San Cipriano es un lugar encantador. Para adentrarse en sus caminos naturales, cascadas y pozos hay que subirse en lo que bien puede ser un medio de transporte sacado del realismo mágico de Gabriel García Márquez, las 'brujitas', como les llaman los lugareños.

Estas brujas no salen de un cuento de hadas. Parecen puro cuento, pero existen y son, de hecho, la única manera de llegar a uno de los secretos mejor guardados del Valle del Cauca. Son un medio de transporte creado en la región que es una fusión de motocicletas a las que los locales les adaptaron tablones y ruedas metálicas para que se muevan a través de una antigua vía férrea.

Esta reserva de San Cipriano se encuentra a unos 20 minutos del Océano Pacífico y a unas dos horas y media de la ciudad de Cali, principal ciudad del occidente colombiano. San Cipriano es el lugar perfecto para fundirse con la naturaleza.

La travesía comienza en el corregimiento de San Cipriano, de la mano de cierta desconfianza, y aferrados a las tablas que sostienen. Si bien las 'brujitas' son una clara muestra del ingenio, son medios muy rudimentarios, sin elementos de seguridad y los pasajeros deben sujetarse de la silla o de lo que puedan. Realmente no es algo para alarmarse durante el trayecto: la velocidad es mínima y, hasta la fecha, no se han reportado accidentes de turistas.

La Reserva Natural San Cipriano es un lugar encantador. Para adentrarse en sus caminos naturales, cascadas y pozos hay que subirse en lo que bien puede ser un medio de transporte sacado del realismo mágico de Gabriel García Márquez, las brujitas, como les llaman los lugareños. (Juancho Torres - Agencia Anadolu)

Ya en la reserva natural hay que pagar un bono ecológico, encontrarse con guías turísticos locales, cada cual con su precio, aunque existe la posibilidad de conocer la reserva sin necesidad de pagar. El pasaje en brujita tiene un valor cercano a los COP 10 mil (USD 2,50), ida y vuelta.

El paisaje es increíble, la inmersión en el bosque húmedo tropical inicia entre túneles de árboles, puentes abandonados, casas de madera, rodeadas de un verde intenso que logra darles alegría y un matiz único.

Los cantos del Pacífico y los saberes ancestrales dan la bienvenida a la reactivación de ​Punta Soldado

En ese viaje al interior del Pacífico colombiano se llega a Punta Soldado, que después de más de veinte años de estar cerrado al turismo, vuelve a recibir visitantes. El trabajo conjunto entre la comunidad y la Secretaría de Turismo del distrito de Buenaventura, con apoyo de la Dirección General Marítima (Dimar), la Armada Nacional, entre otros, dieron reapertura a las actividades turísticas de este corregimiento.


El secretario de Turismo de Buenaventura, Nixon Arboleda, en diálogo con la Agencia Anadolu, afirma: "Es un lugar que desde el principio de los años 90 dejó de hacer turismo debido a que una marejada se llevó el pueblo. Hoy, ad portas de cumplir 30 años de lo sucedido, habilitaremos este espacio turístico de la ciudad".

Para hacer realidad esta iniciativa, Arboleda manifiesta que “hemos creado la Agencia de Viajes Punta Soldado; se han constituido restaurantes y cabañas, capacitado y entregado uniformes a los guías, fortalecido a los grupos folclóricos con instrumentos musicales, dictado charlas y capacitaciones a la comunidad, entre otras acciones que permiten hoy su reactivación”.

“Los recorridos turísticos son muy interesantes, es la oportunidad de que los turistas tengan más ofertas en el territorio, con tres atractivos como Playa Cangrejo, Isla del Biólogo y Santa Bárbara, además de las fincas agroturísticas, los cocotales, el ecosistema manglar; aquí se podrán hacer las prácticas de pesca deportiva”, enfatiza Arboleda.

Con esta iniciativa, el funcionario indica que se busca generar más desarrollo, empleo y reactivación económica para la comunidad del sector.

Arboleda afirma con total seguridad que en Punta Soldado reciben a las personas con calidez. Los jóvenes de los grupos de música de la comunidad se preparan con sus trajes típicos, realizan cantos tradicionales mientras los lugareños ofrecen a los visitantes los platos típicos.

Así las cosas, los turistas tienen variedad de opciones para disfrutar de este espectáculo único de viaje, que sin lugar a dudas queda grabado en la memoria del turista ávido de experiencias, si bien no como de cuentos de hadas, sí casi sobrenaturales.

*Invitación del Fondo Nacional de Turismo (Fontur).

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