Cultura

Matrioska: un símbolo de Rusia

Durante años, estas muñecas han sido usadas como método de enseñanza para niños, pero también representan personajes literarios y figuras históricas famosas.

Elena Teslova  | 26.09.2017 - Actualızacıón : 26.09.2017
Matrioska: un símbolo de Rusia Una matrioska tradicional normalmente se hace con tres a nueve muñecas. (​Sefa Karacan - Agencia Anadolu)

MOSCÚ

La matrioska, o muñeca rusa, uno de los objetos más famosos del mundo, inicialmente fue diseñada como un juguete para niños, pero con el paso de los años su significado adquirió una relevancia mucho mayor.

“Hay muchas versiones del origen de la matrioska. Según la más acertada, la muñeca apareció en 1898 en Moscú en el estudio de la familia Mamontov, unos famosos comerciantes y filántropos rusos”, dice Vera Polyakova, curadora del Museo Artístico y Pedagógico de Moscú en diálogo con la Agencia Anadolu.

“En este estudio, el artesano que trabajaba con madera Vasily Zvezdochka y el artista Sergey Malyutin diseñaron el primer modelo del juguete. La primera matrioska tenía ocho figuras”.

Polyakova explica que el juguete recibió originalmente el nombre de matryona, que significa “madre”, pero sonaba tan serio que la gente empezó a usar su diminutivo, “matrioska”.

La figura externa de la primera matrioska era de una niña rusa con un vestido y una pañoleta sosteniendo un gallo y los juguetes del interior retrataban niños campesinos.

Según Darya Baranova, quien lidera el departamento de diseño del Instituto Superior de Artes Folclóricas de la ciudad de Sérgiyev Posad, a principios del siglo XX, el modelo viajó desde Moscú hasta Sérgiyev Posad, a unos 75 kilómetros de distancia al noreste, donde los artesanos locales continuaron con la tradición de la creación de estas muñecas.

En 1904, las muñecas fueron exhibidas en una exposición mundial en París y su fama creció rápidamente, propagándose por todo el mundo y convirtiéndose en un símbolo de Rusia.

“Desde el momento en que las matrioskas se empezaron a hacer en Sérgiyev Posad, esta ciudad ha sido considerada como la cuna de la muñeca rusa”, dijo Baranova.

Juguetes que enseñan

Las matrioskas son consideradas como un juguete de aprendizaje y un suvenir. Incluso ahora, la muñeca es usada como una herramienta para enseñar a los niños más pequeños los colores, los tamaños y las formas.

“Por ejemplo, con este juguete es fácil explicar la diferencia entre pequeño y grande, ya que no hay manera de poner una muñeca grande en una pequeña, por lo que la mayoría de los niños lo entienden muy bien”, dice Baranova.

Al comienzo del siglo XX, los artesanos experimentaron con la forma de las matrioskas, haciéndolas en forma de cono y de casco, y decorándolas para reflejar obras literarias y eventos históricos.

Por ejemplo, en 1912, en el centenario de la invasión francesa a Rusia, se hicieron dos muñecas especiales que representaban a Napoleón y a su enemigo en el campo de batalla, el mariscal ruso Mijaíl Kutúzov, junto con sus lugartenientes.

Y para el centenario del nacimiento del clásico escritor ruso Nikolái Gógol, se hicieron muñecos representando personajes de sus obras literarias, como Almas Muertas y el Inspector General.

Muchas muñecas también se hicieron representando varios grupos étnicos y nacionales con su vestido tradicional.

Para el aniversario de la revolución de octubre de 1917 que llevó a los bolcheviques al poder, se hizo una enorme muñeca de un metro de altura que mostraba a los pueblos de varias repúblicas socialistas soviéticas con su traje tradicional, dos de cada república, un hombre y una mujer.

Pero con el tiempo, los artesanos volvieron a la imagen tradicional de la matrioska como una niña.

La fabricación

Tilia es la mejor madera para hacer matrioskas, ya que es un árbol muy limpio con pocas ramas, y también es lo suficientemente suave para manejarla, dijo a la Agencia Anadolu Elena Kalyonova, que enseña en la Facultad de Artes y Artesanías de la Academia Rusa de Educación, el primer complejo educativo de Moscú.

En la era soviética, incluyendo los años de la Perestroika, hubo esfuerzos para hacer las muñecas de abedul, ya que había una escasez de tilia. Pero el abedul es más rígido y su color es más cálido, por lo que fue dejado de lado –muchos artistas no tiñen la cara de las muñecas– y el color de tilia es mejor que el abedul para representar la piel humana.

Una vez que llega al taller, la madera es tomada por el artista que la cubre con engrudo o pegamento blanco. Esto se hace para asegurarse que la madera no absorberá la pintura y no se desdibujará.

Después de que el iniciador se haya secado, el artista realiza el dibujo del contorno. El centro de cada muñeca está marcado para que coincida con el centro de todas las demás figuras. También se utiliza un lápiz para dibujar la forma de la cara y los artículos principales de la vestimenta.

Posteriormente, se pintan las áreas grandes como los vestidos, los pañuelos y las camisas y enseguida, comienza la cara y la decoración de la ropa. La pintura se envuelve dando volumen a la imagen con la ayuda de sombras.

Finalmente, a la matrioska se le aplica laca para fijar el patrón y darle brillo para un look agradable.

Las versiones clásicas de las muñecas se pintan con rojo, verde, azul, amarillo y naranja, y la aplicación de la pintura depende del tamaño de las muñecas y de la complejidad del diseño, pero en promedio tarda de una a tres horas.

Una matrioska puede consistir en cualquier número de muñecas, con tan pocos como uno o tantos como un centenar, pero normalmente se hacen con tres a nueve muñecas.

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