Mundo, Economía

Coronavirus: prueba de fuego para la frágil economía de Egipto

Si los problemas económicos actuales se agravan y la propagación del nuevo coronavirus no se maneja de manera transparente, podrían producirse disturbios generalizados y protestas a nivel nacional en Egipto.

Dr. Tankut Öztaş  | 31.03.2020 - Actualızacıón : 01.04.2020
Coronavirus: prueba de fuego para la frágil economía de Egipto RAFAH, GAZA - MARZO 11, 2020: Miembros del Ministerio de Salud palestino en asociación con la Organización Mundial de la Salud (OMS) instalaron carpas al aire libre para un hospital con exámenes médicos preliminares de pacientes sospechosos de coronavirus, en el cruce fronterizo de Rafah con Egipto, en Rafah, Gaza, el 11 de marzo de 2020. (Ashraf Amra - Agencia Anadolu)

ESTAMBUL

Por: Dr. Tankut Oztas

No cabe duda de que la nueva pandemia de coronavirus (COVID-19) pondrá a prueba a muchas economías del mundo. Al igual que con los cuerpos humanos infectados, algunas de estas economías serán mucho más rápidas en superar los desafíos económicos que trae este virus mortal, pero otras pueden necesitar recibir cuidados intensivos para su recuperación.

Los mercados financieros mundiales no muestran hasta ahora ningún signo de estabilidad en respuesta a las medidas extraordinarias adoptadas por los gobiernos. La agitación financiera causada por el brote se ha propagado más rápidamente que el propio virus.

Los expertos creen que es muy probable que se produzca una profunda recesión económica y que ésta afecte a las frágiles economías que carecen de una sólida inmunidad monetaria y de un colchón de seguridad.

La economía de Egipto es una economía frágil. Su estabilidad depende en gran medida de la financiación externa, los ingresos del turismo, los ingresos del Canal de Suez y la extracción de petróleo y gas. La desaceleración económica mundial afectará a todos estos sectores.

Por ejemplo, la rápida caída de los precios de la energía disminuirá aún más la ayuda y las inversiones que Egipto recibe de los países del Golfo, ricos en petróleo. También existe una posibilidad muy real de que los ingresos generados por el Canal de Suez y la producción de hidrocarburos de Egipto disminuyan debido a la desaceleración del comercio internacional.

En particular, las restricciones impuestas a los viajes internacionales tendrán graves consecuencias para el sector turístico de Egipto, que comenzó a recuperarse hace sólo dos años, tras la agitación del levantamiento árabe de 2011 y el derribo de un avión ruso, que mató a 224 pasajeros poco después de despegar del centro turístico de Sharm el-Sheikh en el Mar Rojo.

La Organización Mundial del Turismo de las Naciones Unidas (OMT) informó que el turismo en Egipto generó USD 12.600 millones, eso representa un crecimiento del 28% entre 2018 y 2019. De ahí que el informe subrayara un sólido repunte con un crecimiento de dos dígitos en las llegadas y los ingresos.

En el período 2018-2019, por ejemplo, Egipto recibió 11'346.000 visitantes, frente a los 8,3 millones de 2017-2018. El aumento provino tanto de los mercados tradicionales de Europa occidental ,como de los mercados emergentes de Europa central y oriental, el Oriente Medio y Asia.

Si bien la debilidad de la libra egipcia y los agresivos esfuerzos de promoción desempeñaron un papel crucial en este importante repunte del turismo, se sigue considerando que el principal factor es el retorno de la confianza en el país.

Sin embargo, cuando la crisis económica emergente relacionada con la pandemia de coronavirus se asocie con otros problemas de Egipto, como el aumento de la inflación, los altos niveles de desempleo y el incremento de la desigualdad social, se espera que esta racha de recuperación de la confianza se invierta y la solidez de la economía egipcia se ponga a prueba.

Sobre todo, si Egipto no responde a las circunstancias económicas que están cambiando rápidamente, el costo de la vida seguirá aumentando y se exacerbará la tasa de desigualdad entre los ricos y los pobres. Este deterioro de la situación económica posiblemente creará nuevos desafíos para el orden político del país.

Esto es importante porque las cuestiones económicas siempre se han considerado un motor estructural crucial con un alto potencial para llevar a los egipcios a la contienda política partidista. Si los problemas económicos actuales se agravan y la propagación del nuevo coronavirus no se maneja con transparencia, pueden producirse disturbios generalizados y protestas a nivel nacional en Egipto.

Esto es particularmente evidente si se tienen en cuenta las políticas económicas del actual régimen militar del general Abdel Fattah al-Sisi. Al derrocar al primer presidente civil del país elegido democráticamente, Muhammed Morsi, el régimen afirmó que cumpliría "las exigencias de la revolución".

Sin embargo, el país no ha experimentado hasta ahora un resurgimiento social y económico creíble. En su lugar, Al-Sisi no sólo cesó el proceso de reforma iniciado tras el levantamiento de 2011, sino que volvió a aplicar las mismas políticas conflictivas que habían catalizado la revolución en primer lugar.

También es motivo de preocupación el hecho de que las élites militares hayan aumentado significativamente su cuota de control sobre la economía de Egipto tras el ascenso del presidente Abdel Fattah al-Sisi. Según un informe escrito por Yezid Sayigh, para el Centro Carnegie de Oriente Medio, estas élites ya no operan a puerta cerrada sino que asumen un papel activo como actores autónomos que transforman los mercados y modifican las políticas y estrategias de inversión del gobierno.

La emergente influencia política y económica del Ejército egipcio ha impuesto sin duda una mayor responsabilidad a esta estructura a los ojos de las masas que marcharon a la plaza Tahrir en busca de "pan, libertad y dignidad". Sin embargo, cuestiones económicas fundamentales, como la falta de servicios de bienestar esenciales y de apoyo a las industrias para crear empleo, y la disminución de la igualdad social y el crecimiento económico sostenible siguen sin solución para los egipcios.

Las pesadas cargas de una inminente recesión mundial y el aumento del descontento de los egipcios con respecto a las medidas adoptadas contra la nueva pandemia de coronavirus (COVID-19) pondrán en peligro la durabilidad del régimen.

Esta vez el régimen podría tener que tomar medidas sin precedentes para apaciguar el creciente resentimiento de las masas, lo que podría agravar fácilmente la situación contra su autoridad. Si bien la joven y dinámica población de Egipto ofrece una visión y esperanza de un futuro mejor, las consecuencias del actual brote de coronavirus podrían ser catastróficas para Egipto si no se maneja con rapidez, prudencia y eficacia.

***

*El escritor es investigador del Centro de Investigación Mundial de la TRT. Tiene un doctorado en Economía Política Internacional del King's College de Londres y se especializa en seguridad global, riesgos geopolíticos y la política de asuntos económicos transnacionales.

Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor y no reflejan necesariamente la política editorial de la Agencia Anadolu.

*José Ricardo Báez G. contribuyó con al redacción de este análisis.

El sitio web de la Agencia Anadolu contiene sólo una parte de las historias de noticias ofrecidas a los suscriptores en el Sistema de Difusión de AA News (HAS), y en forma resumida.