¿Cuándo acabará la ocupación del Alto Karabaj de Azerbaiyán por parte de Armenia?
El último obstáculo en el camino hacia la liberación del Alto Karabaj no es militar sino geopolítico, e incluye la presencia militar rusa así como las garantías de defensa y protección que el Kremlin asegura a Ereván.
Estambul, Turquía
Por: Can Kasapoglu*
La ocupación del Alto Karabaj (Nagorno Karabaj) por parte de Armenia no va a finalizar, ni tras el actual enfrentamiento ni en un futuro cercano, a pesar del éxito militar de Azerbaiyán. Los enfrentamientos de abril de 2016 y los de septiembre de 2020 han demostrado que la ocupación no va a terminar mañana, pero también han demostrado que tampoco va a durar para siempre.
La factura de la ocupación del Alto Karabaj va a ir en aumento para los contribuyentes armenios. Puede que en los próximos años no sean suficientes 24 meses de servicio militar obligatorio para los jóvenes, sino que este aumente a tres años. Incluso a Armenia no le puede quedar otro remedio que convertir el país entero en una guarnición gigantesca.
Ereván no tiene los recursos ni los medios de Emiratos Árabes Unidos, Israel o Corea del Sur. Su dependencia en materia de defensa la puede convertir en un país satélite en toda regla de Rusia. Al cabo de no mucho tiempo, la administración de Ereván y su elite serán incapaces de ofrecer a su gente algo más que una vida hipotecada a cambio de un territorio que nunca será reconocido legal ni internacionalmente.
La ocupación no terminará mañana, pero el primer ministro de Armenia, Nikol Pashinián, debe abrir los ojos hoy para darse cuenta de ello o arrepentirse mañana cuando los halcones de Ereván lo derroquen.
Respecto a la parte militar, se puede decir que Azerbaiyán se aprovecha de la tecnología avanzada de las aeronaves tripuladas remotamente de Turquía y su munición inteligente, así como de la experiencia que esta ha adquirido durante el uso de sus plataformas en teatros híbridos como los de Siria y Libia.
En este sentido, Turquía no se ha limitado a desarrollar una capacidad técnica, sino que ha desarrollado un concepto de guerra también. Un concepto que su puede resumir en la destrucción de los sistemas de defensa antiaérea del enemigo, así como en la integración entre unidades de apoyo de combate, como la artillería, y plataformas tripuladas remotamente. En los recientes enfrentamientos entre Azerbaiyán y Armenia se ha visto claramente como el primero está implementando esta doctrina.
A la doctrina habría que añadir la publicación de las imágenes que estas plataformas captan durante las operaciones en los medios y el momento adecuados como método para controlar el flujo de la información en el ámbito de la guerra informativa. De esta manera, las plataformas por entrar en servicio como la de Akinci y Aksungur, las tecnologías que permitirán utilizar las plataformas tripuladas remotamente en enjambres y los vehículos terrestres tripulados remotamente concederán el potencial de inclinar la balanza a favor de Turquía y Azerbaiyán en los conflictos a los que se vean involucrados.
No obstante, todo el mundo sabe que el último obstáculo en el camino hacia la liberación del Alto Karabaj no es militar, sino geopolítico. No son los 40.000-50.000 soldados regulares dotados con armamento de la era soviética al mando del Jefe del Estado Mayor de la Defensa de Armenia, el teniente general Onik Gasparyan, el obstáculo; sino la presencia militar rusa en el propio país y en sus alrededores, así como las garantías de defensa y protección que el Kremlin asegura a Ereván.
Tras la derrota de 1990, Azerbaiyán pasó a la ofensiva a partir de 2016. Se tratan de éxitos tácticos logrados sobre el mapa, que a su vez son resultados estratégicos siempre y cuando los principales centros de investigación internacionales se toman en serio la opción militar que Bakú repite en su discurso para liberar su territorio, ya que Azerbaiyán no tiene más que hacer imposible para Ereván y Moscú continuar con la ocupación del Alto Karabaj, en vez de intentar poner fin a la ocupación en sí mismo. Los éxitos tácticos que se repitan cada cierto tiempo son en realidad un medio para conseguir este objetivo estratégico.
*El escritor es el director del programa de investigación de seguridad y defensa del centro de estudios EDAM de Estambul.
Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor y no reflejan necesariamente la política editorial de la Agencia Anadolu.
*Traducido por Daniel Gallego.