¿Quién es Álvaro Uribe Vélez, el hombre más poderoso de Colombia?
El expresidente es investigado por la Corte Suprema por los delitos de fraude procesal y soborno. También indaga su presunta participación en la manipulación de testigos para inculpar al congresista del partido Polo Democrático, Iván Cepeda.

BOGOTÁ, Colombia
Por: Santiago Serna Duque
El pasado 4 de agosto fue un día histórico en Colombia. La Corte Suprema de Justicia ordenó una medida de detención domiciliaria en contra del expresidente y actual senador Álvaro Uribe Vélez, el hombre más poderoso del país en las últimas dos décadas.
Uribe, de 68 años, es investigado por la posible comisión de los delitos de fraude procesal y soborno. La Corte indaga su presunta participación en la manipulación de testigos para inculpar al congresista del partido opositor Polo Democrático, Iván Cepeda, en una serie de delitos que no cometió.
El expresidente niega dichas acusaciones y alega que su detención es el resultado de un complot tramado por sus enemigos políticos, entre los que se encuentran -según Uribe- los miembros de la extinta guerrilla de las Farc y su “nueva generación y (…) aliados”, en referencia directa al Gobierno venezolano.
¿Quién es Álvaro Uribe Vélez?
Uribe Vélez nació en la ciudad de Medellín en 1954. Es hijo del terrateniente y ganadero Alberto Uribe Sierra, quien en 1983 fue asesinado por las Farc. El homicidio de su padre fue el germen de lo que, en sus dos gobiernos presidenciales (2002-2006 y 2006-2010), se conoció como la política de Seguridad Democrática.
En 1976, Uribe comenzó su carrera como jefe de Bienes de las Empresas Públicas de Medellín, después fue secretario General del Ministerio del Trabajo en 1977 (durante la administración de Alfonso López Michelsen).
Entre 1980 y 1982, Uribe trabajó como director de la Aeronáutica Civil. En ese periodo suscribió un acuerdo con la aerolínea Avianca que sirvió para la construcción del terminal Puente Aéreo de Bogotá.
En los 28 meses al frente de este organismo estatal, Uribe fue cuestionado por presuntamente haber entregado licencias de vuelo a personas relacionadas con el narcotráfico.
Su nombre se popularizó en la capital antioqueña cuando el presidente Belisario Betancourt lo nombró como alcalde de Medellín. Aunque su paso fue fugaz, apenas cinco meses, Uribe aprovechó esa posición para sentar las bases de su fortín político.
Tras unos años en el Concejo de Medellín, Uribe Vélez llegó al Senado en 1986. En el Congreso colombiano ocupó una curul hasta 1994.
En el Legislativo apoyó iniciativas como la Ley 71 de 1988, que reformó el sistema pensional y la Ley 16 de 1990, que permitía financiar democráticamente a los clubes de fútbol colombiano. La revista Semana lo eligió como el mejor congresista de 1990.
Su labor parlamentaria y los cargos políticos en Medellín le sirvieron para cultivar un caudal electoral que cosechó en 1994, cuando fue elegido Gobernador de Antioquia.
Desde este cargo, Uribe empezó a perfilar un estilo de Gobierno de 'mano dura' contra la expansión de las Farc en su región. Como gobernador, fortaleció la educación del departamento, llevó a cabo una fuerte inversión en infraestructura y promovió la implementación de las cooperativas de vigilancia y seguridad privada para la defensa agraria (Convivir).
Las Convivir fueron creadas por el presidente César Gaviria como una respuesta estatal para dotar de un nuevo marco legal a la defensa que los terratenientes del país venían ejerciendo sobre sus propias tierras.
A la postre, varias de estas cooperativas sirvieron como fachadas para la expansión de las autodefensas en Antioquia y Colombia. De hecho, el Tribunal de Justicia y Paz de Bogotá señaló que gracias a las Convivir “los grupos paramilitares consolidaron y expandieron sus redes criminales y sus nexos con sectores económicos, políticos y estatales”.
Durante la gobernación de Uribe, Antioquia fue el escenario de sanguinarias masacres como las de El Aro y La Granja.
En octubre de 1997, unos 150 paramilitares ingresaron al corregimiento de El Aro (Ituango) y asesinaron selectivamente a más de 15 campesinos. En este contexto, el excomandante paramilitar Salvatore Mancuso manifestó en versión libre, desde una cárcel en Estados Unidos, que un helicóptero de la Gobernación de Antioquia sobrevoló Ituango mientras se cometían los crímenes y que Uribe tenía conocimiento de los mismos.
Para el 2015, un fallo del Tribunal de Justicia y Paz de Medellín le solicitó a la Comisión de Acusación de la Cámara de Representantes que investigue a Uribe, en su condición de gobernador, por estos hechos.
A su vez, la Corte Suprema de Justicia declaró a la masacre de El Aro como un crimen de lesa humanidad por lo que los asesinatos no prescribirán y podrán ser investigados en cualquier momento.
En 2018, un fallo de la Sala Penal del Tribunal Superior de Medellín pidió abrir otro proceso contra Uribe por la masacre de La Granja, cometida por unos 30 paramilitares en junio de 1996 y donde fueron asesinadas cinco personas.
Ver también: Los expresidentes de Latinoamérica que perdieron su libertad en medio de conocidos casos judiciales
Periodos presidenciales
Tras el fracaso del proceso de paz entre las Farc y el saliente Gobierno de Andrés Pastrana, Uribe fue elegido como presidente de Colombia en el 2002. Con el 53,1% de los votos venció en primera vuelta al candidato del partido Liberal, Horacio Serpa.
Su retórica caló hondamente en buena parte de la sociedad colombiana que, como nunca, veía en Uribe una figura redentora. Su personalismo político, aunado al carísima, le sirvieron para definir una administración que se caracterizó por las fuertes ofensivas militares contra las Farc.
El debilitamiento de esta guerrilla fue fundamental para la recuperación de la inversión nacional y extranjera. También sirvió como punto de partida para que el presidente Juan Manuel Santos (sucesor de Uribe en el 2010) realizara un proceso de paz que culminó con la desmovilización de las Farc en el 2016.
Sumado a esto, en el 2003, el Gobierno de Uribe adelantó en Santa Fe de Ralito (Córdoba) las negociaciones para desmovilizar a las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).
En noviembre de 2005, tras la aprobación del Congreso y la Corte Constitucional de la reelección, Uribe anunció su nueva candidatura para los comicios presidenciales de 2006. Ganó de manera contundente con el 62,2% de los sufragios y consolidó una amplia mayoría parlamentaria.
En su segundo mandato, Uribe fortaleció la política de Seguridad Democrática y ordenó estrategias militares como la Operación Jaque, en la que fueron rescatados 15 secuestrados en poder de las Farc entre los que se encontraban la excandidata presidencial Íngrid Betancourt, tres estadounidenses y 11 soldados colombianos.
Aunque el mundo vivió una fuerte crisis financiera en el 2008, Colombia fue uno de los pocos países de la región que no sintió el coletazo de la recesión. En 2009, la Inversión Extranjera Directa (IED) en el país sobrepasó los USD 8.550 millones.
Pese a los buenos resultados en materia económica y militar, en los mandatos de Uribe ocurrieron graves violaciones de los derechos humanos como los llamados ‘falsos positivos’, una serie de ejecuciones extrajudiciales en las que el Ejército asesinó a miles de civiles haciéndolos pasar como bajas en combate.
Según un informe que la Fiscalía General le entregó a la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) en agosto de 2018, los asesinatos ascienden a más de 10 mil.
En abril de 2008, la congresista Yidis Medina aseveró que vendió su voto a favor de la reelección de Uribe a cambio de aportes económicos que habrían sido ofrecidos por funcionarios del Gobierno.
A esto se sumó el escándalo de Agro Ingreso Seguro (AIS), un programa de Gobierno liderado por el exministro de Agricultura, Andrés Felipe Arias, que benefició a latifundistas adinerados que no necesitaban de los recursos estatales.
Tras culminar su periodo, Uribe apoyó la candidatura de Andrés Felipe Arias en la consulta conservadora y cuando perdió, respaldó a su exministro de Defensa, Juan Manuel Santos, quien salió electo como nuevo presidente.
Después del distanciamiento con Santos por las supuestas “incoherencias en las políticas adoptadas frente a las propuestas en campaña”, Uribe encabezó un movimiento político de oposición que se consolidó con el surgimiento del Centro Democrático en 2014.
En el 2016, Uribe lideró la campaña por el ‘NO’ al Plebiscito por la Paz, alegando “los peligros que un mal acuerdo traería para el país”. El ‘NO’ ganó y forzó la modificación parcial de lo pactado entre el Gobierno Santos y la entonces guerrilla de las Farc en La Habana, Cuba.
Para el 2018, Uribe ejerció un rol fundamental en la elección de Iván Duque como presidente del país. Un triunfo celebrado por más de 10 millones de votantes.
Hoy, Uribe tiene en el presidente Duque a su principal defensor.
Horas después de que fuera anunciada la detención del exmandatario, Duque salió al paso y manifestó en una alocución por redes sociales que: "soy y seré siempre un creyente en la inocencia y honorabilidad de quien con su ejemplo se ha ganado un lugar en la historia de Colombia".
Ver también: Corte Suprema confirma la detención domiciliaria contra el senador y expresidente colombiano Álvaro Uribe
El mandatario añadió que “siempre lo he considerado y lo consideraré un patriota genuino, entregado a servir a Colombia, como consta en una larga carrera de servicio público como director de la Aerocivil, alcalde de Medellín, senador, gobernador y como presidente de Colombia en dos ocasiones".
Según Duque, en los dos Gobiernos de Uribe como presidente (entre el 2002 y el 2010), "nuestro país recuperó la seguridad, se puso Colombia en el ojo de la inversión y se avanzó en la justicia social. Con sentido de legalidad, Álvaro Uribe enfrentó al narcotráfico, al terrorismo y a los regímenes totalitarios de América Latina".
La investigación judicial
Cabe destacar que la investigación contra el expresidente Uribe se relaciona con los supuestos sobornos que habría pagado su abogado, Diego Cadena a paramilitares colombianos para que declararan que el senador Iván Cepeda les había contactado en la cárcel para que afirmaran que Uribe estuvo detrás de la creación de un grupo criminal de autodefensa.
Los exparamilitares, entre los que se encuentran Carlos Enrique Vélez, aceptaron que nunca fueron contactados por Cepeda.
Luego de la declaración de los paramilitares, el caso de Cepeda en la Corte Suprema de Justicia, quien era investigado por los supuestos contactos para inculpar a Uribe, quedó cerrado en 2018.
La investigación contra Uribe, sin embargo, avanzó ante su posible vinculación con los presuntos sobornos pagados por Cadena.
Todo esto produjo un sismo mediático y de opinión pública donde la demagogia es protagonista. Seguidores y detractores de Uribe hablan de una constituyente para reformar la justicia, de una ‘tutelatón’ para defender al exmandatario. Pocas figuras en la historia reciente de Colombia y Latinoamérica han alcanzado tal nivel de aceptación y, al mismo tiempo, de repudio.
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