Miles de niños hijos de migrantes venezolanos están naciendo apátridas o con serios riesgos de apatridia en Colombia. 

Es decir, los pequeños nacen sin una nacionalidad definida, lo que conlleva una serie de dificultades adicionales a la situación migratoria de su familia y que podrían ocasionar un “grave impacto humanitario”. 

Así lo advirtió este jueves Juan Ignacio Mondelli, oficial regional de Protección para temas de Apatridia de la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur), durante una charla con periodistas en Bogotá.

Aunque el vocero destaca la labor que ha venido realizando el Gobierno colombiano al respecto, afirma que “es importante abordar la situación para prevenir a futuro que surjan nuevos casos de apatridia o riesgo de apatridia, que de otro modo no van a ser resueltos”.

El derecho internacional dicta que un niño que está en situación o en riesgo de apatridia tiene el derecho de adquirir la nacionalidad del país donde nace, si no puede adquirir la de sus padres.

Las cifras de menores que están en esta situación no son unificadas. Según datos oficiales, habría unos 4 mil casos. Estimaciones hechas por organizaciones de derechos humanos con base en el Registro Administrativo de Migrantes, habla de 8 mil. Pero de acuerdo con el último dato divulgado este miércoles por el ministro colombiano de Relaciones Exteriores, Carlos Holmes Trujillo, la cifra ascendería a 20 mil, “conllevando a una situación crítica y nuevas atenciones para la población infantil”. Y ese número podría aumentar. 

Mondelli afirma que “hay una gran capacidad técnica y un fuerte compromiso de las autoridades colombianas para abordar esta temática” y se mostró confiado en que este asunto pueda tener una resolución pronta, “que tenga el enfoque de prevenir nuevas situaciones y de resolver las existentes”. 

La principal recomendación que hace Mondelli al gobierno colombiano es que se elabore un mecanismo que, más que tener un enfoque caso a caso, pueda ser de alcance general.

Los niños apátridas tienen dificultades en general para acceder a todo tipo de derechos, como ejercer su derecho a la identidad legal, lo que incluye ser registrados, tener un nombre, una nacionalidad; o poder acceder al colegio o servicios de salud. Y a medida que van creciendo, se enfrentan con todo tipo de problemas, como encontrar un empleo u obtener documentos como una licencia de conducir. 

Para ser más exactos, la apatridia afecta a los derechos socioeconómicos, tales como educación, empleo, bienestar social, vivienda, atención médica, así como los derechos civiles y políticos, como libertad de movilidad, libertad contra la detención arbitraria y participación política.

“Afortunadamente -asegura Modelli- la respuesta de Colombia ha sido muy generosa y ha hecho sacrificios enormes en términos de facilitar el acceso a derechos como educación y salud a la niñez”, recalcó.

Finalmente, el oficial de Acnur lamentó que “básicamente las personas apátridas terminan viviendo en la exclusión total”, por lo que se trata de abordar este problema pronto para poder evitar el impacto humanitario que genera.

Esta dificultad no es exclusiva para los migrantes venezolanos en situación irregular, es decir, quienes no tienen un estatus legal en Colombia. También lo es para quienes cuentan con los documentos emitidos por las autoridades para regularizar su estatus migratorio, como el Permiso Especial de Permanencia (PEP), pues entre los requisitos para solicitar una nacionalidad se debe comprobar un domicilio cuando los padres del niño son extranjeros y el PEP no es válido para ello. 

Actualmente en Colombia hay tres proyectos de ley que buscan hacer frente a este reto que enfrentan miles de familias y madres venezolanas, y en Acnur hay confianza de que a corto plazo el Gobierno emita una solución.

Para octubre próximo se tiene prevista una reunión de alto nivel sobre la apatridia en Santiago de Chile, en la que se espera que diferentes países presenten sus resultados en dicho frente y que Colombia haya solucionado esta situación.