Por: Shweta Desai

La Unión Europea no ha logrado crear un enfoque común en su estrategia o mecanismo político proactivo para tratar con Rusia, y el Kremlin capitaliza las divergencias entre los Estados miembro del bloque, aseguraron analistas.

“Los europeos quieren cambiar el comportamiento de Rusia, pero no existe un mecanismo político para iniciar esto. El acuerdo de Minsk y el formato de Normandía no funcionan, y no hay intención de crear otro proceso nuevo a través de esta escalada", dijo Visne Korkmaz, profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad de Nisantasi, durante el panel web “Relaciones tensas entre la UE y Rusia: ¿Lo de siempre?", organizado por la Fundación SETA para la Investigación Política, Económica y Social, un grupo de expertos en Bruselas, Bélgica.

Otro orador durante el panel, Amanda Paul, analista senior en el Centro de Política Europea, estuvo de acuerdo en que a pesar de las tensiones que prevalecieron durante más de una década, la UE no ha logrado presentar una política unida contra Rusia, con la rara excepción de un acuerdo sobre sanciones. Tal indiferencia y divisiones dentro del bloque europeo solo han envalentonado al Kremlin y deben evitarse, agregó.

“Rusia no tiene intención de cambiar de rumbo y no está interesada en entablar relaciones constructivas con la UE. No quiere ser dictado por la UE, ni quiere imitar el modelo del Estado europeo".

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El panel se llevó a cabo para discutir las relaciones actuales entre la UE y Rusia y la interdependencia en áreas de energía y seguridad, en medio de las tensiones en curso sobre Ucrania y la detención de la figura de la oposición Alexei Navalni.

Korkmaz dijo que la ecuación energética de la UE con Rusia es complicada, particularmente en lo que respecta al gasoducto Nord Stream 2. El Parlamento Europeo ha seguido protestando y las sanciones CATSA de Estados Unidos están sobre la mesa contra el proyecto. Al mismo tiempo, el proyecto es parte de la diversificación energética para Europa, señaló el profesor.

Rusia también necesita negocios con Europa por dinero y acceso a su mercado, pero por otro lado, ha creado una imagen de que Europa no debería atreverse a cuestionar su sistema de armas de negación de acceso/área (A2AD) en el vecindario.

A2AD se refiere a la estrategia defensiva utilizada para evitar que un adversario ocupe o atraviese un área de tierra, mar o aire.

"Diplomática y políticamente, mantener el equilibrio entre los dos extremos no es un trabajo fácil para Moscú, pero tiene que usarlo debido a sus capacidades limitadas".

Sobre las tensas relaciones por la crisis de Ucrania, Paul dijo que el presidente ruso, Vladimir Putin, proyecta que Estados Unidos y Europa están impulsando la nueva crisis.

"La posición de Europa de 'no hacer negocios como de costumbre' se ha convertido en los negocios de siempre con los rusos", dijo Paul.

La analista recordó que antes de que comenzara la crisis de Ucrania en 2014, Rusia cruzó las líneas rojas en la guerra de 2008 con Georgia, cuando sus tanques llegaron a la frontera de la capital Tiflis. Estados Unidos y la UE decidieron dar una última oportunidad para restablecer las relaciones, pero para Rusia, el restablecimiento nunca sucedió, agregó.

"La UE debería haber preparado un plan de acción con Estados Unidos, Reino Unido y Canadá en caso de agresión y escalada militar", dijo Paul sobre la presencia del Ejército ruso en la frontera con Ucrania, que de acuerdo con al ministro de Defensa ruso, Sergey Shoygu, fueron retiradas este jueves.

Aunque el diálogo en curso entre Rusia y la UE es la única forma de avanzar para intentar cambiar la dinámica, esto fue difícil a menos que haya un cambio desde el lado ruso.

*Maria Paula Triviño contribuyó con la redacción de esta nota.