ESTAMBUL

Pekín rechazó este miércoles duramente la propuesta de Estados Unidos de prohibir las tecnologías chinas y rusas en los vehículos conectados y autónomos, la cual calificó de “coerción económica”.

La prohibición está dirigida al software y hardware de “países de interés” y tiene como objetivo evitar la posible manipulación remota de los vehículos que circulan por las carreteras estadounidenses.

“Estas tecnologías incluyen sistemas informáticos que controlan el movimiento de los vehículos y recogen datos sensibles de los conductores y pasajeros, así como cámaras y sensores que permiten sistemas de conducción automatizada y registran información detallada sobre la infraestructura estadounidense”, afirmaba este lunes la Casa Blanca en un comunicado.

La medida entrará en vigor a partir del año 2027 para el software y del año 2030 para el hardware y subraya las crecientes preocupaciones de Estados Unidos sobre la seguridad de los datos y las vulnerabilidades de la infraestructura.

“Los fabricantes de automóviles chinos están tratando de dominar las tecnologías de vehículos conectados a nivel mundial, lo que plantea nuevas amenazas a nuestra seguridad nacional”, dijo la Casa Blanca, citando los riesgos de vigilancia y sabotaje.

Pekín condenó rápidamente la propuesta. El Ministerio de Comercio de China calificó la decisión de “coerción económica” e instó a una retirada inmediata, prometiendo proteger los intereses de las empresas chinas.

Esta última medida se alinea con los esfuerzos más amplios de Estados Unidos por limitar la influencia tecnológica china, lo que recuerda acciones anteriores contra empresas como Huawei y señala una tendencia continua de medidas de seguridad nacional centradas en la tecnología.

Rusia, que ya enfrenta una serie de sanciones por la guerra en Ucrania, no ha reaccionado de inmediato a la decisión de Estados Unidos.

*Traducido por Daniel Gallego.