Estados Unidos prohibió ciertos productos importados desde la provincia china de Xinjiang, hogar de la comunidad minoritaria uigur, informó este miércoles el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) y la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP) en un comunicado.

La orden de la CBP es contra los productos de algodón y tomate producidos en Xinjiang, los cuales, según la agencia, son producidos con el "trabajo de detenidos o personas en prisión y en situaciones de trabajo forzado".

La medida se dirigió al personal de CBP en todos los puertos de entrada de EEUU para detener los productos cultivados o producidos por entidades que operan en Xinjiang, que incluyen prendas de vestir, textiles, semillas de tomate, tomates enlatados, salsa de tomate y otros productos hechos con algodón y tomates.

Los importadores estadounidenses serán responsables de garantizar que los productos importados no provengan del trabajo forzoso.

Las agencias definieron los indicadores de trabajo forzoso como servidumbre por deudas, restricción de movimiento, aislamiento, intimidación y amenazas, retención de salarios y condiciones de vida y de trabajo abusivas.

"El DHS no tolerará el trabajo forzoso de ningún tipo en las cadenas de suministro estadounidenses (...) y exigimos a los chinos que cierren sus campamentos y detengan sus violaciones de derechos humanos", manifestó el subsecretario interino del DHS, Ken Cuccinelli, en el comunicado.

"El CBP no tolerará la explotación por parte del Gobierno chino de la esclavitud moderna para importar bienes a EEUU por debajo del valor justo de mercado", manifestó, por su parte, el comisionado interino de CBP, Mark A. Morgan, quien agregó que las importaciones baratas realizadas mediante el trabajo forzoso exponen a los consumidores desprevenidos a compras poco éticas.

Estados Unidos advirtió a las empresas estadounidenses en julio de 2020 sobre los riesgos del trabajo forzoso en Xinjiang.

Un informe de la organización humanitaria Human Rights Watch (HRW) de 2018 describió una campaña del Gobierno chino de "detenciones arbitrarias masivas, tortura, adoctrinamiento político forzado y vigilancia masiva sobre los musulmanes de Xinjiang".

China ha sido ampliamente acusada de poner a los uigures en campamentos y ha habido informes de esterilización forzada de mujeres uigures. Muchos uigures, hasta 1,6 millones, según el Congreso Mundial Uigur, se han ido de la nación asiática para vivir en el extranjero.

Grupos de derechos humanos, incluidos HRW y Amnistía Internacional, han acusado a Pekín de oprimir a 12 millones de uigures, la mayoría de los cuales son musulmanes.

China ha negado repetidamente las acusaciones de que está operando campos de detención en la región autónoma del noroeste y ha afirmado que solo está "reeducando" a los uigures.

*Juan Felipe Vélez Rojas contribuyó con la redacción de esta nota.