El largo historial de golpes militares en Myanmar desde la independencia
La primera intervención del Ejército en la política se produjo en 1958, luego de que el primer líder independiente de Myanmar, Thakin Nu, renunciara por conflictos con funcionarios del Gobierno.

Kuala Lumpur
El Ejército de Myanmar, que ha influenciado la política de los gobiernos militares y civiles que han dirigido el país por décadas, decidió retomar el poder total con un golpe de Estado.
Aunque la administración civil gobernaba Myanmar desde las elecciones de 2015, el Ejército siguió siendo un factor determinante en la política, ya que cuenta con una cuota del 25% de escaños en el Parlamento y el Senado, y juega un papel importante en la formación del Gobierno y la elección del Gabinete tras las elecciones.
Con el más reciente levantamiento militar de este lunes, Myanmar suma tres golpes de Estado de carácter militar desde su independencia en 1948.
La primera intervención del Ejército en la política se produjo en 1958, luego de que el primer líder independiente de Myanmar, Thakin Nu, renunciara por conflictos con funcionarios del Gobierno.
Primer golpe de Estado y 49 años de dictadura militar
El Gobierno interino, formado por el Jefe del Estado Mayor general Ne Win, se convirtió en la primera administración militar del país.
Thakin Nu regresó al poder en las elecciones celebradas en 1960, pero las tensiones en el país incrementaron cuando declaró el budismo como la religión nacional, lo que le abrió la puerta al Ejército a intervenir nuevamente en la política.
Win volvió a liderar el país en 1962 al orquestar un golpe de Estado militar, y sentó las bases de una dictadura militar unipartidista que duraría 49 años.
La Constitución fue suspendida y la legislatura disuelta durante la prolongada administración militar, y se adoptó el "Programa Socialista", que preveía la nacionalización de la economía como nuevo régimen.
Win reconoció como único partido legal a su Partido del Programa Socialista de Birmania y prohibió los medios de comunicación fuera del control estatal.
Desnaturalización de los rohinyá
Las prácticas represivas de la dictadura militar no solo destruyeron la democracia, sino que también empeoraron la situación de los derechos humanos en el país.
A través de la Ley de Ciudadanía de Myanmar, promulgada en 1982, los grupos étnicos que no tenían antepasados indígenas fueron desnaturalizados e incluidos en la categoría de "ciudadanos asociados".
La ley, condenada por la comunidad internacional, hizo que muchos grupos étnicos perdieran su derecho a trabajar en oficinas gubernamentales y que cientos de miles de musulmanes residentes en el estado de Rakáin perdieran su ciudadanía y se convirtieran en apátridas.
Segundo golpe de Estado militar
En 1987, los grupos de oposición lanzaron protestas masivas en todo el país para oponerse a las prácticas ilegales de la dictadura. Miles de personas perdieron la vida durante las manifestaciones debido a la represión militar.
Luego de algunos efímeros cambios de mandatario, un segundo golpe de Estado militar tuvo lugar en 1988 bajo el liderazgo del general Saw Maung, quien se convirtió en el primer ministro.
Tras el levantamiento, muchas figuras de la oposición fueron detenidas, incluida Aung San Suu Kyi, hija de Aung San, uno de los fundadores del país.
El país celebró elecciones democráticas con la participación de partidos de la oposición por primera vez en 1990 por decisión de Maung.
La Liga Nacional para la Democracia (LND), el partido fundado por la líder opositora, Suu Kyi, quedó en primer lugar con el 80% de los votos. Sin embargo, la nueva dictadura militar no reconoció los resultados y siguió en el poder.
Mientras que un gran número de presos políticos fueron liberados luego de 1992 para mejorar la imagen internacional del país, Suu Kyi fue liberada en 1995 tras seis años de arresto domiciliario.
Gobierno civil bajo control militar
Luego de 20 años de protestas, conflictos étnicos y violaciones de derechos humanos, la dictadura militar anunció en 2010 que se celebrarían nuevamente elecciones democráticas en noviembre de ese año.
El Partido de la Unión, la Solidaridad y el Desarrollo (USDP), apoyado por el Ejército, quedó en primer lugar.
A pesar de las denuncias de fraude electoral hechas por la oposición, la dictadura insistió en que los resultados eran la transición de una administración militar a una civil.
En marzo de 2011, el presidente del USDP, Thein Sein, asumió el cargo de mandatario de Myanmar.
Sein inició el proceso de reforma para abrir el camino a la voluntad civil en el país, ya que decidió liberar a un gran número de presos políticos, permitir protestas pacíficas y firmar un alto al fuego con los rebeldes de la etnia Karen.
El presidente birmano decidió celebrar elecciones parciales en algunas regiones en 2012, principalmente en los distritos electorales donde se lanzaría Suu Kyi, a quien se le negó la participación en las elecciones generales de 2010.
La líder opositora ganó un escaño en el Parlamento, y a raíz de la celebración de las elecciones, la UE decidió levantar las sanciones contra el país.
Durante este proceso, aumentaron los ataques contra musulmanes en la provincia de Rakáin por parte de grupos extremistas budistas. A pesar de las advertencias de la comunidad internacional, especialmente de EEUU, el Gobierno birmano no tomó medidas concretas para defender los derechos de los rohinyá.
Elecciones de 2015 y el primer gobierno civil-democrático
En noviembre de 2015, se celebraron elecciones generales democráticas con la participación de todos los partidos por primera vez en la historia del país.
El partido de Suu Kyi, LND, obtuvo 255 escaños en el Parlamento y 135 escaños en el Senado al obtener el 86% de los votos.
Estas elecciones pasaron a la historia como las primeras en las que un partido civil llegó al poder democráticamente en Myanmar.
A pesar del avance de la democracia en el país con el Gobierno civil, los conflictos étnicos y las prácticas discriminatorias contra los musulmanes rohinyá no llegaron a su fin.
Al citar ataques simultáneos a los puestos fronterizos en Rakáin, el 25 de agosto de 2017, el Ejército de Myanmar y los nacionalistas budistas empezaron una campaña de violencia masiva contra los musulmanes de la región.
Según la ONU, el número de rohinyá que huyeron de la opresión y la persecución en su tierra natal para refugiarse en Bangladesh ha llegado a 745.000.
Las organizaciones internacionales de derechos humanos han demostrado con imágenes satelitales que cientos de pueblos han sido quemados destruidos durante este periodo.
La presidenta del Consejo de Estado y ministra de Relaciones Exteriores, Suu Ky, le había prometido a los grupos étnicos antes de las elecciones una reforma para mejorar su situación. Sin embargo, describió la persecución contra los rohinyá como una reacción legítima contra los terroristas y rechazó que se tratara de un genocidio.
La política de Suu Kyi hacia esta minoría étnica provocó la condena generalizada de la comunidad internacional.
Elecciones de 2020 y el tercer golpe de Estado
Las segundas elecciones democráticas en la historia del país se celebraron el pasado 8 de noviembre.
Pese a que se discutió ampliamente la legitimidad de las elecciones debido a que los resultados de muchas regiones fueron inválidos “por razones de seguridad” y que se le negó el derecho a votar a diversos grupos étnicos, incluidos los rohinyá; el LND, obtuvo 238 escaños en el Parlamento y 138 escaños en el Senado, asegurando la continuidad de su Gobierno.
El partido opositor respaldado por el Ejército, USDP, afirmó que hubo fraude electoral durante el conteo de votos y exigió un recuento.
Mientras los partidos promilitares y opositores han protestado los resultados desde principios de año, el Jefe del Estado Mayor, Min Aung Hlaing, anunció el 27 de enero que la Constitución podría disolverse si el Gobierno no tomaba medidas sobre las acusaciones de fraude electoral.
Las declaraciones del líder militar fueron interpretadas como una amenaza de golpe de Estado.
En la madrugada de hoy, figuras prominentes del Gobierno, incluidos el presidente, Myint Swe, y Suu Kyi, fueron detenidas.
Poco después de las detenciones, el Ejército de Myanmar anunció que tomó el poder debido a las acusaciones de fraude electoral y que Hlaing gobernará el país durante al menos un año.
*Aicha Sandoval Alaguna contribuyó con la redacción de esta nota.
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