El Museo Nacional de Colombia cuenta la historia de la Guerra de los Mil Días

El Museo Nacional de Colombia, ubicado en el barrio de La Macarena, en Bogotá, recibe a los visitantes con el meteorito que cayó en la ciudad de Santa Rosa de Viterbo en 1810.

En el primer y segundo piso del museo se exhiben las ruinas de acontecimientos históricos y políticos, incluidas piezas del Palacio de Justicia del cual se apoderó en 1985 la organización armada de izquierda Movimiento 19 de abril (M-19) en una operación sangrienta.

El edificio sirvió 72 años como prisión

La característica más interesante del museo es que se construyó como prisión y cumplió esa función durante 72 años. En el tercer piso del museo, además de obras de arte se pueden encontrar rifles viejos, monedas, herreros gigantes, campanas, teléfonos públicos cubiertos de madera, cadenas y grilletes de los prisioneros.

María Mónica Fuentes, una de las funcionarias del Museo Nacional, le dijo al corresponsal de la Agencia Anadolu que la planificación se remonta a 1850, la construcción comenzó en 1874 y los primeros internos llegaron en 1878.

Fuentes compartió que la prisión, que se completó en 1905, fue construida por Thomas Reed, quien dejó obras en Venezuela y Ecuador y además fue el arquitecto de la Asamblea de Colombia.

La funcionaria señaló que la prisión funcionó hasta 1946, y que en 1948 empezó a ser utilizada como museo.

Los tribunales donde los prisioneros fueron fusilados hoy son un campo de fútbol. 

Fuentes indicó que la Guerra de los Mil Días entre los gobernantes conservadores y los liberales de la oposición en Colombia, entre 1899 y 1902, fue de gran importancia tanto para el país como para la historia de la prisión.

"Estamos hablando de una parte de la Guerra de los Mil Días ya que esta prisión es un edificio que se puso en servicio a fines del siglo XIX. Debido a esta guerra muchos políticos liberales, juristas y celebridades, entre ellos uno de los poetas más famosos de Colombia, Julio Flórez, estuvieron detenidos en esta prisión. Pero para ellos este lugar era un lugar de tránsito, no se quedaban aquí todo el tiempo”.

Durante la guerra, los prisioneros fueron ejecutados con disparos en este patio, forma de ejecución que ya no se vería nuevamente en Colombia.

"Los prisioneros de antes de la guerra tenían talleres en los que podían producir herramientas de mano en el primer piso, pero este modelo fue abandonado debido a la Guerra de los Mil Días”, añade Fuentes. 

La funcionaria también declaró que después de las regulaciones legales, en los años 30, los patios se convirtieron en un campo de fútbol para los prisioneros.

*Carolina Zúñiga contribuyó con la redacción de esta nota