El Nacional, otro impreso que deja de circular en Venezuela
Este diario, que migra a la Web, se suma a los otros 70 periódicos y cerca de 100 medios que se han visto afectados desde que Nicolás Maduro llegó al poder en el 2013.

CARACAS, Venezuela
Por: Andreína Itriago
El Nacional, el único periódico crítico de alcance nacional que sobrevivía en Venezuela, publicó su última edición impresa este viernes 14 de diciembre, tras resistir varios meses de “amenazas” y “obstáculos”, según refieren su director, gerente general y demás trabajadores.
“El Gobierno (…) encontró una manera muy sofisticada de censura, que fue a través de la asfixia económica”, explicó a la Agencia Anadolu la editora en jefe de El Nacional, Patricia Spadaro, quien por 23 años ha trabajado en este diario.
Desde 2014, el periódico, como otros medios impresos de distribución nacional y regional, comenzó a tener problemas con su inventario de papel por la falta de asignación de divisas preferenciales para la compra del mismo. Empezó, entonces, a reducir su paginación y, más recientemente, a partir de agosto de 2018, dejó de salir en papel los días lunes y sábado. Pero ahora su rotativa se detuvo indefinidamente.
“Hicimos muchos esfuerzos, hubo solidaridad internacional, muchos periódicos nos dieron papel, periódicos de América Latina, pusimos ahorros nuestros, toda una serie de cosas, pero llegó un momento en el que ya no pudimos”, lamentó el director de El Nacional, Miguel Henrique Otero, en entrevista telefónica con la Agencia Anadolu desde Madrid, España, donde se encuentra exilado desde 2015.
En mayo de 2013 se creó la Corporación Editorial Alfredo Maneiro (CEAM), adscrita al Ministerio para la Comunicación e Información venezolano, para la producción, distribución y comercialización en el país de productos impresos y sus insumos, como el papel periódico.
Se convirtió en el único ente autorizado por el Gobierno para suministrar insumos a los medios impresos, lo que para el presidente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP), Marco Ruiz, implicó el monopolio de la importación y distribución de papel; el inicio de una política de “premio y castigo” con la que, a su juicio, se favorece a los medios con líneas afines al Gobierno y se condena a aquellos que mantienen líneas críticas, como El Nacional.
“Crearon una estructura en la cual comprar papel se puede, pero a un precio prohibitivo (elevados precios en dólares). Entonces así fueron desapareciendo todos los periódicos, salvo los de ellos (los alineados con la línea editorial oficial), por supuesto”, dijo Otero a la Agencia Anadolu, al tiempo que denunció una “estrangulación” de los medios impresos independientes en Venezuela a través del CEAM.
Su padre, el reconocido escritor venezolano Miguel Otero Silva, fundó este diario el 3 de agosto de 1943.
No es un hecho aislado
Según Ruiz, desde 2013, año en el que Nicolás Maduro llegó al poder en Venezuela, más de 100 medios de comunicación han cerrado, entre ellos 70 periódicos, en su mayoría por falta de acceso a insumos como el papel y planchas.
“Ha desaparecido el 60% de los medios de comunicación”, lamentó el presidente del SNTP, quien denunció una “política general de acorralamiento y silenciamiento”.
Uno de los casos más emblemáticos ha sido el del diario regional El Impulso, en el estado Lara, al occidente del país, conocido por ser de los más antiguos con 114 años, que dejó de circular definitivamente este 10 de febrero de 2018 por falta de materia prima.
También el diario Tal Cual, conocido por su postura crítica frente al chavismo, que en noviembre de 2017 anunció también su paso al formato digital por la escasez de papel periódico controlado por el Gobierno.
“Las publicaciones chavistas sí reciben papel de parte de la Corporación Maneiro, también los medios que se han plegado a la hegemonía comunicacional. Nosotros no lo hicimos y no lo vamos a hacer”, dijeron en su último editorial.
Algunos medios, según han denunciado distintas organizaciones locales que defienden la libertad de expresión, han sido comprados por empresarios presuntamente vinculados al Gobierno, por lo que han sufrido cambios drásticos en sus líneas editoriales. Tal fue el caso de El Universal, el otro gran periódico de circulación nacional.
“La ventana a la libertad de expresión en este modelo de hegemonía comunicacional se ha ido cerrando y lo que queda es una cosa chiquitita. Si estás en Madrid, como estoy yo, ves todo, pero si estás en Barquisimeto (estado Lara, Venezuela) es poco lo que ves”, dijo Otero.
Migración a la Web
Según detalló Ruiz, El Nacional llegó a tener más de 1.500 trabajadores y hoy, “tras el acoso económico”, tiene apenas 280. De ellos, informó Spadaro, 45 son periodistas, menos de la mitad de los que había en la redacción hace tres años, cuando ella asumió el cargo de editora jefe.
Los puestos de trabajo de los 45 periodistas, según Spadaro, están garantizados; pero ahora se enfrentarán a un nuevo desafío: la Web.
El gerente general de El Nacional, Jorge Makriniotis, aseguró durante la rueda de prensa en la redacción en Caracas que los otros empleados del diario que trabajaban en aspectos relacionados con la imprenta serán capacitados para ejercer otros cargos, en lo que insisten será algo temporal.
“El Nacional es un guerrero, se le cierra una puerta y se le abre otra. Nosotros no vamos a dejar de informar ni de hacer lo que hemos hecho, de luchar por la democracia, vamos a reforzar la Web”, reiteró Otero en la entrevista con la Agencia Anadolu.
Sin embargo, están conscientes de que esto implica enfrentarse a otro tipo de censura que ya conocen bien, pues su portal, www.el-nacional.com, ha sido víctima de bloqueos discrecionales por parte de la estatal telefónica Cantv.
El Instituto de Prensa y Sociedad (IPYS) venezolano realizó un análisis entre el 17 y el 22 agosto de este año para determinar la censura a distintos portales de medios de comunicación del país, y en el caso de la página Web de El Nacional, 37% de los intentos para ingresar fueron fallidos.
“Nos toca actualizarnos, creo que es un desafío para todos. (…) Esperando siempre que vuelva el impreso, nosotros lo queremos ver como un paréntesis”, concluyó Spadaro a la Agencia Anadolu.
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