El papa Francisco llega a Colombia en un momento histórico para la paz del continente americano

El papa Francisco llega a Colombia en un momento histórico: el país anunció un cese al fuego con la guerrilla del ELN y alcanzó un acuerdo de paz con las Farc. La conclusión del conflicto en el país suramericano le pone fin a la única guerra en el hemisferio occidental.

El sumo pontífice es una pieza clave en ese proceso. Colombia es un país profundamente católico y las dos agrupaciones guerrilleras no escapan a esa realidad. El ELN tiene raíces católicas y las Farc, aunque es un grupo marxista-leninista, no oculta su respeto y cercanía con la fe romana. 

El nacimiento del ELN se inspiró en la teología de la liberación, una línea de pensamiento católica que pretende el acercamiento de las doctrinas marxistas al cristianismo. Los líderes más emblemáticos de esa guerrilla fueron sacerdotes: Camilo Torres, Manuel Pérez y Domingo Laín.

La identificación ideológica del ELN con el catolicismo ha jugado un papel clave en el proceso de paz que sostiene con el Gobierno colombiano. Un grupo de altos jerarcas de la iglesia en Colombia se encargaron de la mediación para acercar a las dos partes. Un arzobispo y cuatro obispos recorrieron las zonas de presencia de la guerrilla para reunirse con sus cabecillas y conseguir su apertura al diálogo. 

La gestión de los jerarcas católicos se resume en un solo hecho: el Gobierno de Colombia y el ELN acordaron el pasado lunes el primer cese al fuego bilateral tras más de 50 años de enfrentamientos. El acuerdo se logró después de que las partes anunciaran que se trataba de un gesto por la visita del papa Francisco a Colombia.

En el proceso de paz con las Farc, el apoyo del jesuita fue determinante. La guerrilla, el Gobierno y varios sectores políticos pidieron constantemente una visita del papa durante los seis años de negociaciones. Francisco condicionó su llegada a Colombia a la firma de la paz. 

Ese condicionamiento de su visita a la consecución de un acuerdo fue una carta que le permitió al Papa presionar los diálogos. Y fue hábil en utilizarla.

A lo largo del lento y tortuoso proceso, el Papa envió mensajes clave en los momentos más difíciles que sirvieron de apoyo y lo legitimaron. Cuando Colombia dividida le dijo No a los acuerdos de La Habana, Francisco envió un saludo de respaldo total a los diálogos. El presidente Juan Manuel Santos usó el apoyo del papa y de la comunidad internacional para reencauzar el proceso de ratificación de los acuerdos y sellar la paz en Colombia. 

Las Farc abandonaron las armas y se convirtieron en un partido político. La nueva agrupación solicitó una reunión con Francisco durante su visita al país.

La visita del Papa a Colombia

Francisco visita a Colombia después de que se alcanzó la paz con las Farc y se logró un cese al fuego entre el Gobierno y el ELN.

Pasadas las 4 de la tarde (hora colombiana), aterrizará el Airbus A330 de Alitalia que trae al papa Francisco y a su comitiva, que incluye a 75 periodistas y colaboradores de la Santa Sede.

El jesuita argentino será recibido por el presidente y Premio Nobel de Paz, Juan Manuel Santos, y su esposa, María Clemencia Rodríguez. el Arzobispo de Bogotá, cardenal Rubén Salazar; el Nuncio Apostólico en Colombia, monseñor Ettore Balestrero; y monseñor Fabio Suescún, obispo castrense de Colombia y director de la visita papal.

Dos niños vestidos con un traje típico recibirán al Papa con flores ante unas mil personas asistentes y acompañados por la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia, dirigida por Alejandro Roca; el Coro de la Ópera de Colombia, dirigido por Luis Díaz Herodier; y el grupo de danzas folclóricas Jocaycu, de niños y jóvenes de la Institución Educativa Joaquín Caicedo y Cuero, de Cali.

La Nunciatura, ubicada en el barrio Teusaquillo cerca del centro de Bogotá, será la residencia oficial de Francisco durante la visita.

El papa estará el viernes en Villavicencio, el sábado en Medellín y el domingo en Cartagena, donde concluye su visita exclusiva a Colombia.

Esta es la tercera visita de un Obispo de Roma al país latinoamericano, después de que Pablo VI, en 1968, y Juan Pablo II, en 1986, pisaran tierras colombianas.