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En busca de las raíces turcas en la región cachemira de Ladakh, el crisol cultural de Asia Central

El lugar donde se desarrolló la guerra entre China e India, fue una vez un cruce para grupos étnicos entre el Turquestán y el sur de Asia.

Syed Iftikhar  | 10.06.2020 - Actualızacıón : 11.06.2020
En busca de las raíces turcas en la región cachemira de Ladakh, el crisol cultural de Asia Central La región de Ladakh, también conocida como el desierto frío, y la parte nororiental de la disputada Jammu y Cachemira, llama solo la atención y los titulares mundiales cuando los Ejércitos de India y China se involucran en el juego de quién controla dicha región. (Foto: Departamento de Turismo de Ladakh - Cedida a la Agencia Anadolu)

ANKARA

No mucha gente sabe que la región limítrofe de Ladakh, entre India y China, situada en las altas montañas de Cachemira, fue una vez un crisol de vínculos entre el subcontinente indio, el Turquestán, una región histórica de Asia Central que se sitúa entre el mar Caspio y el desierto del Gobi, y que está poblada mayoritariamente por pueblos túrquicos, el Tíbet y China.

La región de Ladakh, también conocida como el desierto frío, y la parte nororiental de la disputada Jammu y Cachemira, llama solo la atención y los titulares mundiales cuando los Ejércitos de India y China se involucran en el juego de quién controla dicha región.

El 5 de agosto del año pasado, la India dividió la zona y separó un territorio administrado en Ladakh que comprende los distritos de Leh y Kargil con un área reclamada de 97.872 kilómetros cuadrados. Dado que gran parte de la región, Aksai Chin está bajo control chino, la superficie actual de los dos distritos representa 58.321 kilómetros cuadrados.

Según el censo de 2011 realizado por la India, la región alberga 274.289 personas, de las cuales el 46,40% son musulmanes y el 36,65% budistas. El distrito de Leh, que tiene una población de 66,39% de budistas, también tiene 25 aldeas de mayoría musulmana.

Según el historiador Abdul Ghani Sheikh, debido a los vínculos comerciales y de civilización, el turco era la segunda lengua en la región de Ladakh, hasta hace un siglo.

Fue además un epicentro de la caza a finales del siglo XIX y principios del XX entre británicos, chinos y rusos. Ladakh gozaba de un estatus especial por ofrecer al sur de Asia un acceso terrestre directo a las ciudades turcas de Yarkand, Khotan, y facilitar la libre circulación de mercancías, comerciantes, exploradores, espías y soldados a través de diferentes rutas que atravesaban pasos montañosos.

Los ancianos que se sientan sobre los pasos de la Gompa Namgyal Tsemo, un monasterio budista, en la histórica mezquita del centro de Leh, sienten cierta nostalgia y les brillan los ojos cuando les mencionan el Turkistán, el Condado de Yakan (un condado en la Región Autónoma Uigur de Xinjiang, China); Kashgar (una ciudad oasis en Xinjiang, cerca a la frontera con Afganistán, Kirguistán, Tayikistán, India y Pakistán), y Lhasa (un distrito y capital administrativa de la ciudad de Lhasa en la Región Autónoma del Tíbet en China).

"La reapertura del paso de Karakoram sería enormemente beneficiosa para Ladakh y hará que Leh vuelva a ser un importante centro de comercio", dijo Rinchen Dolma, investigador del Centro de Estudios de Asia Central de la Universidad de Cachemira en Srinagar. También dijo que un importante eslabón de la antigua Ruta de la Seda solía pasar por la legendaria tierra de las altas montañas con condiciones climáticas extremas, donde se transpira y se tiembla frío al mismo tiempo.

Acontecimientos de 1947 aislaron la región

Los acontecimientos de 1947 dividieron el subcontinente entre India y Pakistán, la región montañosa que va de Ladakh a los territorios controlados administrados por el Pakistán de Gilgit, Baltistán, Hunza y Chitral y el territorio controlado por China de Aksai Chin, se convirtieron en periferias y se aislaron del mundo.

Según Salim Beg, exdirector general del Departamento de Turismo de Jammu y Cachemira, Leh, que era un importante centro de comercio para Asia Central, se convirtió en una periferia.

"Hadud-e-Alam", un manuscrito persa del siglo IX, menciona los vínculos comerciales de Ladakh con los países vecinos. A partir del siglo IX, la proximidad geográfica de Ladakh a las ciudades de Asia Central, cuyos habitantes abrazaron el Islam en esa época, puede medirse por el hecho de que muchas personas viajaron a La Meca a través de Leh", aseguró Beg.

El exdirector, quien también es historiador y convocante del Fondo del Patrimonio Artístico y Cultural, señaló que el idioma turco había surgido como lingua franca, o lengua común, y había ganado popularidad en Leh y Nubra, la aldea en la ruta de la carretera de Leh a Yarkand.

Muchas palabras turcas se introdujeron en el idioma Ladakhi y aún son parte de él. Algunos comerciantes turcos, todos musulmanes, se establecieron en Leh y se casaron con mujeres de Ladakhi. Estas familias, llamadas turcos musulmanes o 'argons', han crecido y se han ramificado y están completamente integrados en la sociedad de Ladakhi. Además de los musulmanes turcos, otras etnias de la región son los mon, los mongoles y los dardos.

Hasta principios de los noventa, los musulmanes y los budistas de la región vivían amistosamente. Los musulmanes incluso tenían nombres budista e híbridos como, por ejemplo, Muhammad Tshering. Ambas comunidades consideraban a los poetas épicos Gyalam Kesar y Norbu sus héroes. Incluso en los pueblos situados entre Leh, de mayoría budista, y Kargil, de mayoría musulmana, la tradición de los matrimonios entre comunidades era una característica común.

Las relaciones dieron un giro amargo tras una serie de manifestaciones budistas, que se rebelaron contra el Gobierno local de Srinagar, la ciudad más grande y la capital de verano del territorio de la unión india de Jammu y Cachemira, y donde exigieron un cambio en el estatus de territorio de la unión. La demanda fue rechazada por la mayoría de la población musulmana. Los líderes budistas diseñaron un boicot social a los musulmanes que duró años.

En 1994, India concedió a Leh una medida de autonomía con respecto al Srinagar, que constituía el Consejo de Desarrollo de las Colinas Autónomas de Ladakh. En 2003, el entonces ministro principal, Mufti Mohammad Sayeed, amplió también esta medida a la cercana mayoría musulmana de Kargil. En el equipo de 30 consejeros, 26 consejeros son elegidos directamente de los respectivos distritos electorales; cuatro consejeros son propuestos por el grupo minoritario y las mujeres.

En 2012, en el 'tehsil' - divisiones administrativas indias que generalmente son "municipios" de mayoría budista en el distrito de Kargil - se informó de enfrentamientos entre musulmanes y budistas. El detonante fue que 22 budistas de 'casta inferior' se habían convertido al Islam. La Asociación Budista Zanskar impuso el boicot social a los musulmanes en la región que duró hasta 2015.

Costumbres únicas

La región también es hogar de muchas costumbres únicas, aunque muchas de ellas están desapareciendo rápidamente.

Varios historiadores han identificado a los dardos como los únicos descendientes auténticos de los arios que quedaron en el sur de Asia.

En 1979, dos damas alemanas habían venido hasta aquí para casarse con parejas puramente arias, para tener hijos arios, ya que muchos alemanes también se consideran superiores a otras razas.

Pero antes de que pudieran encontrar parejas para cohabitar fueron arrestados por la Policía ya que la zona estaba cerca de la frontera con China y fuera de los límites para los extranjeros.

Aunque fue prohibida en 1950 por una ley, en algunas zonas remotas de la región se sigue practicando la poliandria, donde una mujer tiene muchos esposos. Dolma Tresing, trabajadora de una ONG, explica que la poliandria se practicaba para evitar la división de las tierras. "En la mayoría de los casos dos o más hermanos compartían una esposa. La razón principal era también la baja tasa de natalidad. En los matrimonios poliándricos, la norma era que una mujer tuviera más hijos".

"Algunas prácticas son típicas de la cultura budista. Ofrecemos a nuestros hijos más jóvenes al monasterio donde reciben educación religiosa. Los monjes juegan un papel importante en nuestras vidas. Los monasterios no son meras sedes del poder religioso, también albergan a los pobres. La mayoría de los pueblos tienen un monasterio de este tipo (llamado gompa)" aseguró a la Agencia Anadolu Tsering Namgyal, jefe de un pueblo en Nobra tehsil.

Kargil, el lugar que más ha sufrido con India y Pakistán

Asghar Ali Karblai, expresidente del Consejo de Desarrollo de Kargil Hill, dijo a la Agencia Anadolu que la parte de Kargil, de la región de Ladakh, es la que más ha sufrido en los conflictos entre India y Pakistán, especialmente entre 1947, 1965 y 1971; 1999 fue el punto focal del conflicto.

"A diferencia de las regiones de Jammu y Cachemira, muchos pueblos de nuestra zona se han mantenido en movimiento durante estas guerras. El grupo de siete aldeas en la zona de Turtuk fue parte de Pakistán hasta 1971. Ahora está bajo el control de India. Los aldeanos todavía tienen familias al otro lado de la frontera", señaló Karblai.

Abdul Hamid Sheikh, investigador del Centro de Estudios de Asia Central, dijo que los documentos de ingresos de la región todavía están almacenados en el Mahafiz Khana (o Centro de Registro) de la ciudad de Skardu en el lado pakistaní. Para cualquier disputa y litigio sobre tierras, la gente utiliza sus contactos para obtener copias de esos registros de Skardu.

Además, la región permanece aislada del resto del mundo durante seis meses, ya que dos de sus pasos fronterizos, Zoojila, que permite pasar a Srinagar, y la carretera Leh-Manali, se cierran desde principios de septiembre hasta mayo. Con sólo 620 kilómetros cuadrados de superficie que están siendo cultivados en la región, los suministros tienen que ser almacenados para se utilizados durante seis meses.

Karblai dijo que la región ha estado exigiendo la apertura durante todo el año de su carretera Kargil-Skardu de 192 kilómetros para permitir que se vuelvan a conectar con el mundo.

El paso de Khardung La, en el Valle de Nubra, está a apenas a tres horas en vehículo de Kashgar, Khotan y Yarkand, tres centros principales de la antigua Ruta de la Seda. "La nuestra es una historia de oportunidades perdidas", dijo Tsering Namgyal, el jefe de un pueblo en Nobra.

Haji Abdul Razaq, un maestro jubilado convertido en historiador del valle de Nobra, recuerda que en la época anterior a los años cincuenta viajaba fácilmente con su padre a Gilgit-Baltistán, ahora dentro de las fronteras de Pakistán, y a Yarkand, una ciudad de la provincia china de Xinjiang.

"Leh y Nobra eran importantes puntos de parada para los comerciantes que venían de Asia Central. Mi padre estaba a cargo de una de las tiendas de la Ruta de la Seda. Desde el comercio de joyas a rubíes, pasando por alfombras y piedras, la ruta convirtió a Ladakh en un crisol cultural", recuerda Razaq, que todavía posee piedras raras y joyas comercializadas a través de la Ruta de la Seda.

"Después de la guerra de los años sesenta con China, las rutas se cerraron de una vez por todas. Las guerras con Pakistán y China han dividido a muchas familias y han roto los lazos culturales con Asia Central. Cerraron Ladakh para el mundo exterior", aseguró Razaq.

Las preciadas posesiones del valle de Nobra, los camellos de dos jorobas son los últimos recuerdos vivos de la Ruta de la Seda. Estos camellos fueron traídos por primera vez por los comerciantes turcos a Nobra a través de la Ruta de la Seda en 1870.

Los comerciantes de la Ruta viajaban a través de Ladakh por los pasos del Karakorum Oriental llevando una carga compuesta por seda, alfombras, plata, coral, terciopelo, brocados, charas (el nombre que recibe el hachís elaborado a mano en la India y Pakistán) y otras drogas. Luego se transportaban a Cachemira y Punjab. En la otra dirección, las especias, los chales, la miel, los tintes, los zapatos y las piedras preciosas se desplazaban hacia el Tíbet y las ciudades de Asia Central.

Junto con el intercambio de bienes, una cultura compuesta había evolucionado en la región. Sin embargo, después de 1947, con el cierre de las rutas internacionales, la región sufrió mucho. "Esto también dio lugar a una progresiva pérdida de su estatus y de sus espacios culturales. Un sentimiento de desempoderamiento y alienación se ha colado en la región", aseguró Beg.

El museo para representar las conexiones turcas de la región

Hace unos años, Beg, con la ayuda de la población local, convirtió la zona cercana a la mezquita Tsa Soma, construida en el siglo XVII en Leh, en un museo para mostrar la herencia turca de la región. Según Beg, la restauración de la mezquita llevó tres años y el edificio del museo se completó en 2014.

Este edificio de tres pisos con galerías y proyecciones es una obra maestra y una representación única de la arquitectura tradicional tibetana y centroasiática, construida con piedras locales, madera y barro disponible localmente para su encuadernación.

"Las familias turcas o 'argons', han donado antigüedades, artefactos y manuscritos al museo. En la planta baja hay una muestra fotográfica de la geología y la antigüedad de Ladakh. La colección más grande y significativa ha venido de Jama Masjid, la mezquita de Delhi, una de las más grandes de India. Las preciosas alfombras Yarkandi, los manuscritos de gran valor y otros objetos que fueron almacenados o utilizados en la mezquita Jama Masjid fueron transferidos al museo. Entre ellos se encuentra un bastón sagrado donado por el lama principal del monasterio budista de Hemis.

El historiador Sheikh señaló que cuando se construyó la mezquita en el siglo XVII, el Jefe Lama del monasterio de Hemis, Stagtsang Raspa, había presentado el bastón de madera al imán, la persona que dirige la oración colectiva en el Islam, y fue guardado en la mezquita como una reliquia. Las alfombras fueron hechas especialmente para la mezquita por ricos comerciantes turcos.

Valle de Galwan y Daulat Beg

El valle de Galwan que ha estado en los titulares debido a la continua confrontación entre India y China, fue descubierto por el turco musulmán Gulam Rasul Galwan, que acompañó a las expediciones británicas a través del Karakoram, los Pamirs y el Tíbet.

En 1892, Galwan fue a los Pamirs con el Conde de Dunmore. Durante su viaje de regreso, la caravana se desvió de la ruta tradicional en Aksai Chin debido a las malas condiciones climáticas. Este fue un desafío difícil para el líder 'argon' de la expedición.

El jeque escribe que sus instintos y su inmenso conocimiento del terreno le llevaron a un nuevo camino que pasaba por un barranco, lo que resultó en el rescate de la caravana de un desafío muy crítico y existencial. Denmore estaba complacido con Galwan y nombró el valle en su honor y aquel barranco como Galwan Naalah.

De forma similar, las llanuras de Daulat Beg Oldi, donde está la base militar de avanzada de la India, recibe el nombre del noble sultán turco Said Khan, conocido como Daulat Beg, de Yarkand. Según el exdiputado de Ladakh, Hasan Khan, la caravana de Beg fue retenida en este lugar en una tormenta de nieve, mientras regresaba de una expedición militar de Ladakh y Cachemira.

Cuatro siglos más tarde, cuando Walter Lawrence, miembro del Consejo Británico, llegó al lugar para enumerar y preparar mapas, encontró huesos humanos y animales esparcidos en las llanuras donde las temperaturas bajan a -55 °C en los inviernos. Los lugareños le dijeron que eran restos de Daulat Beg de la tribu turca Oldi y por tal motivo nombró el área en honor al noble turco.

El Gran Juego

Según Dolma Tresing, trabajadora de una ONG, el interés británico en Ladakh comenzó con el denominado Gran Juego, que fue producto de una intensa rivalidad anglorusa durante el siglo XIX. Esto llevó a los británicos a hacer de Ladakh una zona de amortiguación para vigilar los intereses expansionistas de Rusia.

El jeque en su libro "Historia de Ladakh, su cultura y civilización" escribe que el gobernante de Dogra en Cachemira, Maharajá Ranbir Singh, junto con los gobernantes de Gwalior y Nepal en 1872, había escrito una carta al zar de Rusia Alejandro II, ofreciéndole ayuda en caso de querer invadir India.

El contenido de la carta, que fue enviada a través del gobernador ruso de Fargana, el general Sakojay Leif, cayó en manos de espías británicos, lo que les llevó a enviar a su representante Henry Cayley a la región y a prohibir a los gobernantes que tuvieran cualquier contacto externo. El jeque escribe que el zar en su respuesta había dicho que planeaba atacar el Imperio Otomano y ocupar Estambul.

"Después de conquistar Estambul, descansaremos durante dos años y nos prepararemos para iniciar la guerra contra India", dijo el historiador, citando la respuesta rusa al gobernante de Cachemira. Rusia finalmente lanzó una guerra contra el Imperio Otomano el 24 de abril de 1877.

Desde entonces, mucha agua ha fluído a través del Indo, el río que atraviesa la región de Ladakh y se convierte en el principal río de Pakistán. En palabras de Dolma, a la India, China y Pakistán les interesa darse cuenta de la importancia estratégica de Ladakh, no para luchar por ella, sino para revivir los vínculos y la gloria de la Ruta de la Seda, y así garantizar la paz, la prosperidad, la seguridad y el intercambio transcultural.

*José Ricardo Báez G. contribuyó con la redacción de esta noticia. 

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