Por Shweta Desai

Francia entró en la cuarta ola de la pandemia de COVID-19, que es más fuerte y más rápida en su impacto debido al dominio de la variante delta del virus, anunciaron este lunes 19 de julio las autoridades gubernamentales.

En una conferencia de prensa al final de una reunión del Consejo de Ministros, el portavoz del Gobierno, Gabriel Attal, dijo que el país ha registrado un aumento repentino y acelerado en la tasa de incidencia del virus, o casos por semana por cada 100.000 habitantes, "de casi un 125% en una semana", algo que no se daba desde el comienzo de la pandemia.

Una gran parte de estos nuevos casos constituyen la variante delta altamente contagiosa, "a la velocidad del rayo", y representa el 80% de los casos, agregó el funcionario.

“Hemos entrado en una cuarta ola del virus... La dinámica de la pandemia es extremadamente fuerte. Estamos viendo una ola más rápida, una pendiente más pronunciada que todas las anteriores".

Durante los últimos días, el recuento de contagios diarios superó la marca de 10.000 casos. El lunes, la cifra fue de 4.151 casos y 20 muertes.

Attal recordó que el Gobierno estaba tomando todas las medidas para garantizar que esta nueva ola "no sea más devastadora", y una de las formas definitivas de limitar la circulación activa del virus y evitar que siga mutando en un nuevo tipo de variante es la vacunación.

"La vacunación limita drásticamente el número de formas graves", dijo el portavoz, y enfatizó que las cifras actuales de la campaña de vacunación general en Francia no eran suficientes.

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Más de 100.000 antivacunas salieron a las calles la semana pasada para oponerse al plan propuesto por el Gobierno de Emmanuel Macron de hacer que la vacunación sea obligatoria para los trabajadores de la salud e imponer restricciones de entrada en lugares públicos, cafés, restaurantes, centros comerciales y transporte público para aquellos que no están vacunados.

A partir de este miércoles entra en vigor la primera fase del pase de salud que demuestra haber recibido una vacuna o prueba de antígeno/PCR negativa.

El incumplimiento de las reglas del pase de salud provocará fuertes sanciones que van desde EUR 1.500 (USD 1.770) la primera vez hasta EUR 45.000(USD 53.102) para los infractores reincidentes junto con un año de prisión.

Los antivacunas franceses han calificado la medida como una “dictadura de la salud” en un momento en que varios países del mundo esperan el acceso a las vacunas contra el COVID-19.

Attal dijo que el Gobierno no iba a ser disuadido ni “ceder ante la dictadura de imágenes impactantes, eslóganes escandalosos [y] atajos vergonzosos” para hacer retroceder la iniciativa del pase de salud.

El primer ministro Jean Castex hizo eco de sentimientos similares en un tuit, ofreciendo pleno apoyo a los representantes electos que están sujetos a "amenazas e intimidación".

“Estos actos son un insulto a nuestro pacto democrático: sus autores tendrán que responder por ellos ante la justicia de la República”, dijo.

*Maria Paula Triviño contribuyó con la redacción de esta nota.