Grecia persiste en negarle los derechos a la minoría turca de ese país
La minoría turca en la región de Tracia Occidental de Grecia, noreste del país, se enfrenta a la negación oficial de su identidad étnica, problemas en la educación e interferencia en sus asuntos religiosos.

Ankara
La minoría turca en Grecia, durante décadas, ha enfrentado obstáculos impuestos por el Gobierno para ejercer sus derechos fundamentales en la educación, los asuntos religiosos y el reconocimiento de su identidad étnica.
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La región de Tracia Occidental de Grecia, en el noreste del país, cerca de la frontera con Turquía, es el hogar desde hace mucho tiempo de una importante minoría turca musulmana con una población de aproximadamente 150.000.
Varios acontecimientos recientes han sacado a la luz los problemas de los turcos en Grecia.
Los derechos de los turcos de Tracia Occidental fueron garantizados por el Tratado de Lausana de 1923, un pacto forjado tras la Primera Guerra Mundial. Sin embargo, la situación se ha deteriorado constantemente desde entonces.
Tras la llegada de una junta militar griega al poder en 1967, los turcos de Tracia Occidental comenzaron a enfrentar una persecución más dura y abusos de derechos. Después de la operación de paz de Turquía en 1974 en Chipre, la junta militar griega finalmente cayó, pero las estrictas restricciones a la minoría turca persistieron e incluso se endurecieron.
Negación de la identidad turca
Uno de los problemas más apremiantes de la minoría turca en Tracia Occidental es la negación de su identidad étnica por parte del Estado griego. Grecia reconoce a la minoría en Tracia Occidental solo en términos de religión, es decir, como minoría musulmana.
Grecia basa esta política en su mala interpretación del Tratado de Lausana, que de ninguna manera excluye la consideración de la identidad turca de la minoría.
De hecho, en la década de 1950, durante una era de buenas relaciones turco-griegas, Grecia solía referirse oficialmente a la minoría como la "minoría turca".
Pero esta postura cambió después de que la junta militar de 1967 comenzó a referirse a ellos como una "minoría musulmana", una política que continúa hasta el día de hoy.
A lo largo de la década de 1980, Grecia incluso prohibió las asociaciones que tuvieran la palabra "turco" en sus nombres.
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos falló en contra de Grecia sobre este asunto en 2008, pero Grecia ha desafiado las sentencias, al negarse a implementarlas.
Bajo esta política draconiana, todas las asociaciones de minorías turcas que contienen la palabra “turco” en sus nombres todavía están prohibidas en Grecia.
Interferencia en asuntos religiosos
Otro problema continuo de los turcos en Tracia Occidental es la interferencia del Estado griego en sus asuntos religiosos.
La elección de muftís o asesores de órganos judiciales y legislativos por parte de los musulmanes en Grecia está regulado por el Tratado de Atenas de 1913, un pacto entre Grecia y el Imperio Otomano que fue implementado por Atenas en 1920.
Pero en 1991, en violación del derecho internacional, Grecia anuló su ley de implementación del tratado de 1913 y comenzó ilegalmente a nombrar muftis.
La mayoría de los turcos musulmanes en Tracia Occidental no reconocen a los muftis designados por el Estado griego y, en cambio, eligen legítimamente a sus propios. Sin embargo, desde 1991 el Estado griego se ha negado a reconocer a estos muftis electos y las autoridades griegas incluso han llevado a los clérigos a juicio.
En junio de 2019, un decreto presidencial griego restringió aún más la autonomía de los muftis designados, al tratarlos como funcionarios públicos ordinarios.
Además, otra ley permite a las comisiones integradas por funcionarios cristianos ortodoxos controlar el nombramiento de imanes e instructores religiosos musulmanes, lo que restringe aún más la libertad religiosa de los musulmanes.
Los administradores de fundaciones musulmanas (waqfs) también son nombrados por el Estado griego, aunque el artículo 40 del Tratado de Lausana especifica que deben ser elegidos por la minoría.
Esta política ha provocado la mala gestión de las waqfs que ha llevado incluso a la expropiación de propiedades.
Educación
En la actualidad, Tracia Occidental tiene escuelas primarias, secundarias y preparatorias bilingües turco-griegas, instituciones reguladas en gran medida por un acuerdo de educación turco-griego de 1951.
Grecia estableció recientemente la obligatoriedad de asistir al jardín infantil, pero no permite la apertura de jardines bilingües para minorías, lo que hace que los niños turcos tengan que asistir a los jardines griegos.
En los últimos años Grecia también ha cerrado varias escuelas primarias de minorías, al citar como pretexto la baja tasa de matrículas.
En julio de 2019, el Ministerio de Educación griego decidió cerrar cinco escuelas más de minorías turcas, con lo que el número total de escuelas cerradas llegó a 65.
Turcos del Dodecaneso
Las islas egeas de Rodas y Kos (Istankoy), que forman parte de las islas griegas del Dodecaneso, albergan a unos 6.000 turcos musulmanes.
Grecia no reconoce los derechos de la población turca que vive allí, debido a una laguna jurídica, ya que estas islas estaban bajo el dominio italiano durante la época del Tratado de Lausana.
Estos turcos no tienen ni pueden establecer sus propias escuelas en las islas y están sujetos a políticas aparentemente encaminadas a su asimilación.
Las propiedades de las fundaciones musulmanas en el Dodecaneso sufren el mismo destino de las de Tracia Occidental.
En junio de 2019, por ejemplo, se vendieron 34 acres de tierra pertenecientes a estas instituciones en Kos a una empresa de turismo por tan solo EUR 181.000. El mismo terreno había salido a subasta hace 10 años y recibió una oferta de EUR 350.000, casi el doble de la suma reciente, pero no se pudo vender en ese momento.
Otros problemas
Alrededor de 60.000 turcos de Tracia Occidental y algunos turcos del Dodecaneso fueron privados de su ciudadanía griega en virtud del artículo 19 del código de ciudadanía griega, promulgado en 1955.
Este artículo sólo era aplicable a ciudadanos griegos que no eran de etnia griega. Esto convirtió en apátridas a 60.000 ciudadanos griegos de etnia turca que viajaron o emigraron al extranjero debido a la interpretación del Estado griego de que no regresarían a casa.
El artículo 19 fue derogado en 1998, pero no retroactivamente, lo que dejó a las 60.000 personas que habían perdido su ciudadanía griega sin forma de recuperarla.
Otro problema grave es el bloqueo del Estado griego del derecho de la minoría a la representación democrática.
En 1993, Grecia introdujo un umbral de elección nacional del 3%, aplicable tanto a los partidos políticos como a los candidatos independientes, con el fin de evitar la elección de legisladores independientes de la minoría turca.
Dado que el umbral sigue en vigor, la única forma en que los candidatos de la minoría turca pueden ser elegidos es desde otros partidos políticos griegos tradicionales.
Además, fuera de la región de Tracia Occidental, Grecia no tiene ni una sola mezquita en funcionamiento, a pesar de las continuas solicitudes de los cientos de miles de musulmanes que viven en Atenas y Tesalónica, las ciudades más pobladas de Grecia.
Esta situación le da a Atenas la dudosa distinción de ser la única capital europea sin mezquita. La planificación aparentemente interminable de una mezquita en Atenas ha estado en marcha durante varias décadas.
Sin embargo, la mezquita en construcción aún no se ha inaugurado ni se ha utilizado para las oraciones.
*Aicha Sandoval Alaguna contribuyó con la redacción de esta nota.
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