Iván Cepeda Castro, el senador colombiano que con sus denuncias desató la detención de Álvaro Uribe
El congresista es hijo de los fallecidos militantes de izquierda, Yira Castro y Manuel Cepeda. Quedó desencantado del socialismo cuando estuvo en Bulgaria y afirma que ha basado su carrera política en la defensa de los derechos humanos y de la paz.

BOGOTÁ
Por: Sergio García Hernández
La carrera política del senador colombiano Iván Cepeda Castro ha estado marcada por su activismo en torno a la defensa de los derechos humanos y la paz, que se han traducido en continuas denuncias y reclamos de justicia ante organismos tanto en su país como a nivel internacional, según él mismo se lo expresó a la Agencia Anadolu.
Dentro de sus denuncias, hay una que ha marcado la historia reciente de Colombia y que desató la detención preventiva del expresidente y senador Álvaro Uribe Vélez. Desde mediados de la primera década del siglo XXI Cepeda ha expresado como activista, congresista e incluso como autor de libros, los posibles vínculos del exmandatario con el paramilitarismo.
A los señalamientos, Uribe ha reaccionado por casi una década con denuncias ante las que ha calificado como mentirosas acusaciones por parte de Cepeda.
En medio de esa estrategia, el expresidente quedó comprometido en un caso donde la Corte Suprema lo investiga por los delitos de soborno a testigos y fraude procesal, que generaron su detención preventiva, pues Uribe habría buscado desacreditar las denuncias de Cepeda con la compra de testimonios falsos.
¿Cuál es la historia de Cepeda y cómo llegó a convertirse en el personaje clave que causó la detención del político más influyente de los últimos años en Colombia?
La génesis de Iván Cepeda, marcada por la pérdida de sus padres
Iván Cepeda, de 57 años, es el hijo mayor de dos políticos militantes del Partido Comunista Colombiano en la segunda mitad del siglo XX, Manuel Cepeda y Yira Castro.
Debido al trabajo de sus padres, Cepeda tuvo junto a su hermana María una infancia en la que convivió con las continuas amenazas a su familia y allanamientos sorpresivos de agentes del Estado, en búsqueda de evidencias de delitos inexistentes.
“Había mucho temor por parte de ellos. No nos decían por qué, pero tenían miedo de que nos pasara algo. Habían sucedido muchos casos de gente del partido a quienes asesinaron”, relata María Cepeda a la Agencia Anadolu.
Las amenazas no nublaban, sin embargo, la sensibilidad política que tanto Manuel Cepeda como Yira Castro, inculcaban en sus hijos y que definieron parte de las causas que Iván defendería en el futuro.
“En mi hogar siempre primó el principio de dejar que la conciencia política se formara de una manera propia y voluntaria”, relata Iván Cepeda sobre la influencia de sus padres en la juventud.
La temprana muerte de Yira Castro en 1981 fue uno de los episodios que marcó la vida de Iván, quien según su hermana heredó de su mamá el carácter fuerte y la empatía con las personas.
“Perdimos a mi mamá muy pronto. Yo tenía 15 años y él (Iván) tenía 18. Nosotros hemos sido por eso muy unidos”, dice María Cepeda.
María narra que su madre falleció luego un diagnóstico erróneo de su enfermedad en Colombia y el posterior hallazgo tardío de un tumor en el cerebro que se le detectó en una clínica de la Unión Soviética.
Tras la muerte de su madre y el entorno amenazante que perseguía a su padre, los hermanos se desplazaron a Bulgaria donde realizaron sus estudios. Iván Cepeda es filósofo de la Universidad de Sofía y luego de graduado regresó a Colombia, en la segunda parte de los años 80, donde afloró su liderazgo en movimientos estudiantiles.
La vida en Bulgaria por alrededor de medio lustro trajo consigo un desencanto de Iván Cepeda por el modelo socialista, al que observaba con un “sentido crítico” por tener unos marcados visos autoritarios, según narra su hermana.
“Iván llegó con unas críticas muy serias hacia el modelo socialista, mucha gente experimentó lo mismo al vivir en un país socialista y evidenciar que no era lo que se decía acá en esa época, donde existía una idealización”, relata María Cepeda.
Los reclamos de justicia por el asesinato de su padre Manuel Cepeda
A su regreso de Bulgaria y en momentos en que ocurrían en Colombia múltiples asesinatos de integrantes del partido izquierdista Unión Patriótica (UP), Iván Cepeda se convirtió en un líder estudiantil y joven profesor de algunas de las más prestigiosas universidades del país.
Los años de Iván Cepeda vinculados a la academia coincidieron con el aumento de las amenazas contra su padre, quien para inicios de los 90 era senador de la UP. Las intimidaciones se materializaron, finalmente, en un cruel asesinato sucedido el 9 de agosto de 1994 en una vía principal del occidente de Bogotá.
Ante la muerte de su padre y el de decenas de integrantes de la Unión Patriótica, Iván Cepeda decidió liderar movimientos de víctimas en su país que con el tiempo han tenido el reconocimiento en algunas esferas del Estado.
En 2011, el Gobierno de Juan Manuel Santos pidió perdón públicamente a la familia Cepeda por el homicidio del que fue víctima el senador de la Unión Patriótica, debido a que las investigaciones demostraron el involucramiento en el crimen de agentes del Estado, entre los que se encuentra José Miguel Narváez, asesor de las fuerzas militares al momento del asesinato de Manuel Cepeda.
“Asumí la búsqueda de justicia en el caso de mi padre, pero rápidamente también en el caso de la Unión Patriótica junto a muchas organizaciones de derechos humanos, de víctimas y de los propios sobrevivientes de ese genocidio”, dice Iván Cepeda a la Agencia Anadolu.
La búsqueda de la verdad detrás de la muerte de su padre trajo a la vida de Iván Cepeda una serie de amenazas que le llevaron al exilio en Francia, a finales de la década de los 90 y principios del siglo XXI. Las intimidaciones coincidieron con el momento más tenso de las investigaciones contra militares que participaron en el crimen de Manuel Cepeda.
“Lastimosamente las amenazas son muy frecuentes y hay que aprender a vivir con ello de alguna manera. Ese es el camino que he recorrido yo, pero también el de muchas personas en Colombia que conviven con esas realidades”, asegura el actual senador.
La incursión como congresista y las denuncias contra Álvaro Uribe Vélez
Iván Cepeda aspiró a la Cámara de Representantes para el período 2010-2014 y se convirtió en congresista de Colombia. Al referirse a ese momento, afirma que decidió incursionar en política al notar que las víctimas, como él, necesitaban participar en los escenarios de “toma de decisión de su país”.
“En un momento en el que estaban ocurriendo cosas importantes como la discusión de una ley de víctimas que impulsaron los congresistas en ese momento, Juan Fernando Cristo y Guillermo Rivera, era fundamental que hubiese participación en semejante debate”, dice Cepeda.
Como congresista, primero como representante y desde 2014 como senador, Iván Cepeda ha defendido los derechos y reclamos de víctimas de la violencia, pero también fue un pilar clave en la negociación que impulsó el Estado colombiano, bajo el Gobierno de Juan Manuel Santos, con la guerrilla desmovilizada de las Farc que derivó en el acuerdo de paz de noviembre de 2016.
“Es muy importante que se acabe la violencia y esta guerra permanente en la que hemos vivido. La única forma de hacerlo es a través del diálogo, de los procesos de negociación y las conversaciones”, comenta Iván Cepeda.
Durante su paso por el Congreso, también se dieron sus denuncias contra Uribe Vélez, una situación que Iván Cepeda afirma es consecuencia de su trabajo con organizaciones y movimiento sociales que en algún momento han interpelado al expresidente.
Cepeda detalla que de su trabajo con campesinos y víctimas surgió su publicación ‘A las puertas del Ubérrimo’, en la que junto al periodista Jorge Rojas describe el contexto del paramilitarismo en el departamento de Córdoba, donde Uribe tiene una finca llamada El Ubérrimo.
Los autores se preguntan cómo fue posible que Uribe desconociera el crimen que se cernía del portón de su finca hacia afuera, entre los 80 y 90, pese al reconocimiento social que tenía en el departamento.
Más duras fueron las denuncias que Cepeda hizo en abril 2012 cuando acusó con una serie de testimonios y fotografías al expresidente de haber conformado junto a su hermano, Santiago Uribe, un grupo paramilitar llamado Bloque Metro en una hacienda que era de su propiedad, llamada 'Las Guacharacas', ubicada en el departamento de Antioquia.
Cepeda manifestó que en la hacienda Las Guacharacas hubo operaciones de grupos paramilitares cuando Uribe era su propietario. El congresista se basó en unos testimonios que le ofrecieron, desde cárceles, los paramilitares Juan Monsalve y Pablo Hernán Sierra.
"Según palabras del señor Juan Monsalve, en marzo de 1996 ya están los paramilitares instalados en la hacienda Guacharacas y él hace parte de ese grupo. (...) los paramilitares se instalan en la finca y comienzan a ejecutar campesinos y hacer masacres", mencionó Cepeda.
La fecha que describe Monsalve, marzo de 1996, fue anterior a una venta que los hermanos Uribe hicieron de esa hacienda, según indicó Cepeda en el mismo debate.
Otra denuncia de Cepeda contra Uribe se dio en el Congreso, en septiembre de 2014, en donde recapituló los testimonios y hallazgos sobre los presuntos vínculos del expresidente con el paramilitarismo en Colombia.
“Álvaro Uribe ha hecho negocios familiares o personales con al menos 11 personas condenadas o acusadas de ser paramilitares”, indicó Cepeda en ese debate de 2014.
Desde entonces, a Iván Cepeda lo han acompañado las demandas y denuncias del expresidente. Uribe ha asegurado en instancias judiciales de Colombia que el senador ha manipulado a testigos falsos para que declaren en su contra.
De hecho, en el caso más delicado que Cepeda tenía en su contra, por supuestamente haber comprado los testigos que incriminaban al exmandatario, la Corte se inhibió en 2018 y, en cambio, le abrió investigación a Uribe, lo que lo tiene en este momento bajo una medida de detención domiciliaria.
La Corte investiga a Uribe por su posible participación en los delitos de soborno y fraude procesal para inculpar a Cepeda de falsificar testimonios.
La investigación contra el expresidente está asociada a los supuestos dineros que habría pagado su abogado, Diego Cadena, a paramilitares colombianos para que declararan que Cepeda los había sobornado en la cárcel y confirmaran que Uribe fue partícipe en la creación de grupos de autodefensa.
“No es una pelea personal, lo que él combate es a todo lo que representa el uribismo en Colombia, que es un Estado de desigualdad y un país sumido en la violencia bajo una supuesta política de seguridad”, dijo María Cepeda sobre la más reciente causa de su hermano.
Al ser cuestionado sobre el futuro del caso Uribe, Iván Cepeda se limita a decir que espera que haya un juicio justo donde se compruebe la responsabilidad del exmandatario por sobornar a personas para desacreditar las denuncias iniciales de Cepeda.
Cepeda no se ve a sí mismo como el hombre que logró la histórica detención de Uribe, afirma que hubiese hecho las mismas denuncias contra cualquier otro ciudadano al que considere como un infractor de los derechos humanos.
“Yo no me pongo en ese tipo de reflexiones y de cálculos. Soy un defensor de derechos humanos y de la paz”, remarca.
La carrera política de Iván Cepeda continúa y ahora hace parte de la historia de la primera medida de privación de libertad sobre un expresidente en la Colombia actual.
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