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Kamala Harris y Mike Pence: la cara liberal o conservadora de quien se convertiría en el próximo vicepresidente de EEUU

Los candidatos a la vicepresidencia de Estados Unidos participaron este miércoles en el único debate de sus campañas, en el cual no hubo sorpresas, pero que pareció sumar puntos a los demócratas.

Carmen Rodríguez  | 08.10.2020 - Actualızacıón : 10.10.2020
Kamala Harris y Mike Pence: la cara liberal o conservadora de quien se convertiría en el próximo vicepresidente de EEUU Los compañeros de fórmula de Donald Trump y Joe Biden, Mike Pence y Kamala Harris, respectivamente, se enfrentaron en un debate transmitido en vivo en la noche de este miércoles, en Salt Lake City, Utah. (Shawn Thew - EPA)

Washington DC

Por: Carmen Rodríguez

En Estados Unidos, los debates entre los candidatos a vicepresidente no cambian el rumbo de los resultados de las elecciones presidenciales. Sin embargo, este miércoles la senadora Kamala Harris y el vicepresidente Mike Pence tuvieron la oportunidad de agregar un impulso a la campaña preelectoral.

De hecho, algunos analistas señalan que la carrera política de los candidatos a la vicepresidencia sí suma o resta puntos en el camino hacia la Casa Blanca.

Aunque el debate no reveló sorpresas, sumó puntos a los demócratas. De acuerdo con las últimas encuestas, publicadas después del evento, Biden y Harris continúan a la cabeza de la contienda electoral.

Kamala Harris, de 55 años, es la primera mujer negra, de ascendencia india y de padres inmigrantes en ser candidata a la vicepresidencia. Es también la primera mujer de color que fue elegida como fiscal general del estado de California, hecho que ella misma asegura que puede atraer los votos de electores tanto conservadores como liberales.

Harris también criticó a Joe Biden, quien finalmente resultó elegido como el candidato a la presidencia, durante las primarias demócratas. Su voz y su habilidad para debatir lideraron el discurso racial en medio de un contexto de conflicto y protestas generadas por el asesinato de afroamericanos a manos de policías y por la negativa del presidente Donald Trump de condenar a los grupos de la supremacía blanca.

Fue fiscal de Distrito de San Francisco desde 2004 hasta 2011, y fiscal general de California desde 2011 hasta 2016. Esto ha sido determinante en su campaña y en su discurso en contra del racismo en el país y en contra del abuso de autoridad atribuido a la Policía.

Su carrera también ha sido criticada. Los récords de la Policía de California indican que durante su gestión como fiscal los casos de policías procesados por asesinatos de civiles fueron casi nulos.

Ver también: ¿Quién es Kamala Harris, la nueva fórmula vicepresidencial de Joe Biden?

En 2016 fue elegida para ocupar una silla demócrata en el Senado, en la que se ha mantenido por diez años. Es la primera mujer de color en haberse mantenido por tanto tiempo por el estado de California.

Harris empezó a ganar fama por sus interrogatorios al exfiscal general Jeff Sessions, en la audiencia del Comité de Inteligencia del Senado, que investigó la relación entre el presidente Trump y la injerencia de Rusia en las elecciones presidenciales de 2016.

En el Senado respaldó la propuesta del senador por Vermont, Bernie Sanders, del proyecto de ley de salud “para todos” y se acercó al grupo de izquierda del partido Demócrata. De ahí los señalamientos que ha hecho el presidente Trump y algunos republicanos, que aseguran que Harris busca introducir el comunismo a Estados Unidos.

Progresistas vs. conservadores

Mientras Harris ha construido una imagen liberal y progresista, el vicepresidente Mike Pence, de 61 años, se mantiene como un conservador aceptado y amado por los evangélicos de Estados Unidos, un grupo con mucho poder en la política.

Aunque su figura en la presidencia ha sido como la de un fantasma que está a la sombra del presidente, evangélicos y analistas creen que Pence ha ejercido una influencia a la Administración Trump y al interior del mismo partido Repúblicano.

Como exgobernador de Indiana, Pence ha evitado estar en el foco público. Ahora, como vicepresidente, evita involucrarse en las polémicas generadas por Trump.

Ver también: Los interrogantes que rodean la salud de Trump ante la COVID-19 y lo que queda de campaña en EEUU

El libro “Presidente a la sombra, la verdad sobre Mike Pence”, de Michael D´Antonio y Peter Eisner, reveló que Pence tiene un papel mucho más activo en la presidencia y que se apoya en un grupo de republicanos de su confianza, a quienes tiene trabajando a su lado en un “comité”.

El libro también señala que Pence se ha convertido en uno de los más aceptados “supremacistas cristianos” que disfraza muy bien sus ideas religiosas de imponer “una moralidad bíblica” en el país.

En 2015, todavía ejerciendo como gobernador, implementó la Ley de Restauración de la Libertad Religiosa, que le dio autoridad a los propietarios de negocios conservadores del estado para negar atención o servicios a los miembros de la comunidad LGTB. La medida no duró mucho tiempo, pues la presión de activistas y corporaciones fue tan grande que el estado aprobó una enmienda que dictó que esta ley era discriminatoria.

Pence es más recordado y rechazado por los liberales después de que firmó una ley que prohibía a las mujeres optar por el aborto cuando se detectaba alguna enfermedad mortal o discapacidad en el feto. Después de enfrentamientos entre activistas de los derechos de las mujeres un juez federal terminó bloqueando esta propuesta.

En la Casa Blanca y al frente de la Fuerza de Tarea Conjunta contra la COVID-19, las críticas más fuertes lo señalan porque Estados Unidos se ha convertido en el país más afectado, con 7.547.414 casos y más de 212 mil muertes.

Sin embargo, sus seguidores destacan que gracias a su gestión el gobierno federal ha repartido más ventiladores a los hospitales que han superado su capacidad por los casos de COVID-19.

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