La ansiedad neurótica en Europa y sus narrativas de odio sobre el islam
Un sector de la población europea tiene ansiedades neuróticas patológicas sobre el islam y, por extensión, sobre los musulmanes, a quienes percibe como una amenaza para su seguridad ontológica.

ESTAMBUL
Los discursos dirigidos a las minorías musulmanas como parte de las narrativas de odio que están surgiendo en Europa han comenzado, con una perspectiva holística, a apuntar hacia el islam. Varias cuestiones definidas y debatidas en el marco de "choque de valores" se han convertido en una abierta hostilidad hacia el islam, y los extranjeros musulmanes representan un elemento muy desagradable en el "hogar europeo".
Esta hostilidad y agresión, cuya magnitud exige una reconceptualización del término "islamofobia", se percibe ahora como una nueva forma de antisemitismo dirigido contra el islam y sus seguidores. La percepción de "antagonista", construida sobre las narrativas del odio hacia el islam y los musulmanes - dos odios que en realidad se alimentan entre sí-, estigmatiza a los musulmanes como "inferiores" y los coloca en el centro de xenófobos, agresivos y neorracistas discursos de odio, que son luego instrumentalizados por los partidos políticos de extrema derecha y los grupos radicales en Europa.
Los incidentes antiislámicos que estallaron uno tras otro, especialmente en Noruega, Suecia, Alemania, Gran Bretaña y Francia, también revelan que estos discursos se han convertido en neorracismo y han hecho que un grupo de personas desarrolle una ansiedad neurótica patológica, la cual, a su vez, ha derivado en inseguridades ontológicas. Estos esfuerzos de marginación y narrativas populistas que han surgido con los partidos de extrema derecha en Europa son aceptados por ciertos segmentos de las sociedades, pero a menudo se pasa por alto el trasfondo socio-psicológico de esta aceptación.
Los actos de provocación antiislámicos comenzaron a aumentar en Europa a finales de agosto de 2020, después de que Rasmus Paludan, el líder de la extrema derecha Stram Kurs (Hard Line), quemara una copia del Corán en Malmö, Suecia. Tras la creciente tensión entre los musulmanes y los grupos de extrema derecha en Suecia, un grupo de extrema derecha en Oslo, Noruega, también miembro de “Stop Islamization of Norway” (SIAN), rompió las páginas del Corán e insultó al islam y al Corán, causando una indignación generalizada. Posteriormente, se dejaron páginas del Corán arrancadas y quemadas con discursos de odio y amenazas escritas, junto con un poco de tocino, frente a una mezquita en Suecia.
El anuncio de la decisión de la revista francesa Charlie Hebdo de volver a publicar algunas caricaturas ofensivas publicadas en Dinamarca en 2005 demostró, una vez más, que la hostilidad se dirigía hacia el propio islam. La tensión, acentuada aún más por la descripción que hizo el presidente francés, Emmanuel Macron, del islam, en el que lo califica como "una religión en crisis", también ha demostrado cómo la narrativa antiislam está siendo constantemente regenerada por los políticos populistas como una herramienta de propaganda.
Todos estos desarrollos ayudan a corroborar aún más que hay una nueva ola de racismo cultural (neorracismo) o antiiislamismo en Europa.
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La política populista, que nunca deja de estar en el centro de atención en la "era de la incertidumbre y la ansiedad", sigue prosperando en línea con el "zeitgeist". El trasfondo socio-psicológico de la política populista, que a menudo se ignora en muchos de los comentarios realizados, deja en la oscuridad el terreno social de las narrativas políticas que reproducen continuamente el antiislamismo.
Esta base social no tiene ansiedades ordinarias acerca de la religión del islam, y sus ansiedades extremas provienen principalmente de la falta de conciencia de las doctrinas de la religión del islam, es decir, de no conocer la religión en sí.
El primer factor y el más crítico que desencadena las ansiedades neuróticas de estas personas es que siguen emitiendo juicios arbitrarios sobre el islam, a pesar de que en realidad no saben casi nada al respecto, y que están tratando de encajar esta religión en estereotipos estrechos. Por tanto, ese grupo de personas, que afirma conocer mejor, a pesar del hecho evidente de que no saben y ni siquiera saben que no saben, pertenece a la categoría de “ignorancia compuesta” de todos los tipos de ignorancia.
Este es el punto más importante a destacar, porque todo un edificio de hostilidad se está levantando sobre esta base, probando la máxima universal de que "la gente es enemiga de lo que no conoce".
Un grupo de personas en Europa tiene ansiedades neuróticas patológicas sobre el islam y, por extensión, sobre los musulmanes, que perciben como una amenaza para su seguridad ontológica. Además, la agresión que muestran debido a su incapacidad para tolerar esta ansiedad revela que el tipo de ansiedad que experimentan no es común.
Los musulmanes se ven obligados a estar abiertos a la crítica de sus creencias, mientras sus libertades son ignoradas. Si bien estas cuestiones se tratan en el ámbito de la libertad de expresión, la libertad de prensa y la crítica, se están violando los derechos más básicos de los musulmanes, como la “libertad de religión y conciencia”. Además, mientras los musulmanes y las doctrinas del islam están siendo blanco de actos violentos, humillantes y burlones, también se ignoran todas las implicaciones legales de estos actos.
Hay algunas razones subyacentes de por qué los musulmanes comenzaron a asociarse con la violencia y el terrorismo a raíz del 11 de septiembre, y por qué existe una tendencia tan fuerte al odio, que desde entonces se ha convertido en antiislamismo. La primera razón es la presencia de personas que se identifican a sí mismas como musulmanas, que se inclinan a la violencia debido a su mala interpretación de la religión, y sus acciones violentas no tienen nada que ver con la fe islámica. Este grupo de personas que se inclinan a la violencia no representan en absoluto los valores islámicos y hacen que la religión sea mal percibida, y representan una mentalidad contra la que todos los musulmanes deben luchar en primer lugar.
Otra razón es la visión totalmente prejuiciosa, marginada y arrogante de Europa sobre los musulmanes; sin entender el islam, encasillan a todos los musulmanes en la misma categoría y los estereotipan y estigmatizan con nociones como “terrorismo”, “subdesarrollo”, “ser propenso a la violencia” y “ser inferior a los valores europeos”. Además, está claro que ciertos segmentos de las sociedades europeas, que parecen haber olvidado su pasado antisemita, son hostiles al islam en un ámbito más amplio (hostilidad hacia una religión, no una raza), y su hostilidad es causada por ansiedades neuróticas.
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El término islamofobia en sí mismo, que consiste en las palabras "Islam" y "fobia", ya no es suficiente para explicar los horribles ataques a los elementos sagrados del islam. Kierkegaard dice que la ansiedad no tiene ningún objeto, mientras que describe el miedo como una amenaza real y específica. Es decir, la gente tiende a preocuparse por cosas sin existencia real, como ocurre en Europa. Sin embargo, existen diversos grados de ansiedad. Si bien los niveles normales de ansiedad están presentes en todos los seres humanos debido a la probabilidad siempre presente de amenazas físicas y existenciales a la vida, la ansiedad neurótica no se observa en todos.
Las personas con niveles normales de ansiedad, a quienes podemos entender dentro de la descripción de Hafez-e Shirazi, el legendario poeta sufí iraní del siglo XIII, que dice: “El corazón: una gota de sangre y mil preocupaciones”, pueden confrontar constructivamente estas preocupaciones, tolerarlas y, además, estar abiertas al cambio.
En cuanto a la ansiedad neurótica, generalmente se ve en personas que perciben a los demás como un peligro para su existencia. Para estas personas, que no tienen una percepción reflexiva de sí mismas, no importa si su existencia está genuinamente amenazada o no. Lo que encuentran importante es la experiencia que proviene de sus altos niveles de ansiedad y su creencia de que su existencia está en peligro.
El psicoanalista R. D. Laing describe esta ansiedad patológica como una condición de un grupo de pacientes esquizoides y esquizofrénicos que “perciben a muchas personas como un peligro para su existencia”. Frente a los peligros, que pueden presentarse en diferentes formas a lo largo de la vida, los individuos con ansiedades neuróticas, a diferencia de los que tienen niveles tolerables, son excesivamente reactivos a la incapacidad de tener el control y se encuentran en un estado muy adverso a cualquier forma de cambio. Karen Horney dice que las personas que creen que sus sentimientos de seguridad ontológica están en peligro se sienten impotentes y declaran que las personas que creen que están causando esta desesperación son "enemigos".
Si bien Paul Tillich describió las ansiedades neuróticas y las reacciones comúnmente asociadas con ellas como muy subjetivas y definitivamente no generalizables, mencionando a los nazis como ejemplo, Rollo May asocia esta ansiedad patológica con el surgimiento y ascenso del fascismo. Así es como la creciente narrativa populista de extrema derecha en Europa encuentra apoyo dentro de las comunidades. Estas ansiedades neuróticas, que comenzaron como hostilidad hacia los musulmanes, ahora se han convertido en un antiislamismo abierto o en una hostilidad abierta hacia el islam.
La pregunta principal que se debe plantear ahora es: ¿Hacia dónde se dirige Europa, con su unidad, una vez construida sobre la narrativa del Holocausto, ahora reconstruida sobre las narrativas del odio hacia el islam?
Sin embargo, la incapacidad para hacer el diagnóstico correcto, junto con estos desarrollos, conducirá a su vez a la imposibilidad de encontrar la forma adecuada de tratamiento.
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*La escritora obtuvo su licenciatura y maestría en la Universidad de Estambul y ahora es doctorante en relaciones internacionales en la Universidad Medeniyet de Estambul.
**Las opiniones expresadas en este artículo pertenecen al autor y no reflejan necesariamente la política editorial de la Agencia Anadolu.
*Traducido del turco al inglés por Can Atalay, y del inglés al español por Maria Paula Triviño.