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La deforestación y el COVID-19, las amenazas a la vida en el Amazonas brasileño

El Amazonas alberga un tercio de las especies de plantas y animales en el mundo, genera el 20% del agua dulce y produce el 20% del oxígeno de la Tierra.

Camilo Hernández  | 21.06.2020 - Actualızacıón : 25.06.2020
La deforestación y el COVID-19, las amenazas a la vida en el Amazonas brasileño La actitud del Gobierno brasileño hacia el COVID-19, ha dejado a los pueblos indígenas enfrentando las peores consecuencias de la pandemia. (Archivo - Agencia Anadolu)

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Mientras la deforestación en la selva tropical del Amazonas continúa, la vida de los indígenas está en mayor riesgo que nunca. La tasa de mortalidad por el coronavirus (COVID-19) de esta población en el Amazonas brasileño es el doble que la del resto de los habitantes del país suramericano.

En el marco del Día Mundial de la Selva Tropical, celebrado anualmente el 22 de junio para crear conciencia y alentar la acción para proteger las selvas tropicales, Christian Poirier, el director del programa de Amazon Watch, afirmó en declaraciones para la Agencia Anadolu que los pueblos indígenas en Brasil mueren a un ritmo alarmante por el virus.

"la tasa de mortalidad (de Indígenas en el Amazonas brasileño) es el doble de la del resto de la población [...] del país. Más de 2.640 casos de COVID-19 han sido confirmados oficialmente en la región, dejando al menos 252 muertes, lo que sugiere una tasa de mortalidad del 9,6%, en comparación con la tasa nacional del 5.6% ", afirmó Poirier al citar datos del 9 de junio de la organización Articulación de los Pueblos Indígenas de Brasil (APIB).

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Según Poirier, la situación entre los pueblos indígenas también ha empeorado debido a la falta de acceso a atención médica adecuada ya que la distancia promedio entre los asentamientos y las unidades de cuidados intensivos (UCI) es de 315 kilómetros. Esta información habría sido publicada en un estudio realizado por la ONG InfoAmazonia. Según el estudio, el 10% de las aldeas están de 700 kilómetros a 1.079 kilómetros de una UCI en la región.

"La mayoría de las muertes por COVID-19 en los pueblos indígenas han ocurrido en el Amazonas, uno de los estados con las tasas de infección más altas", afirmó Porier. El activista subrayó que el sistema de salud de la región había colapsado en marzo, así como lo habían predicho las autoridades locales.

Poirier indicó que la Fundación Nacional Indígena del país, el organismo gubernamental responsable de mapear y proteger las tierras de los pueblos indígenas, apenas coordina una respuesta a la crisis. Algo que ha llevado a la población local a pedirle al Gobierno y a la Organización Mundial de la Salud que mejoren la atención médica en el Amazonas.

La actitud del Gobierno brasileño hacia el COVID-19, ha dejado a los pueblos indígenas enfrentando las peores consecuencias de la pandemia.

"No hay suficiente equipo de protección para funcionarios de la salud que ingresan a territorios indígenas o se encuentran con personas nativas en las ciudades. Algunos productos como el queroseno y la gasolina son escasos en la región", agregó Poirier.

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La distribución de alimentos comenzó a realizarse solo a principios de junio, un mes después de que se instruyera a los pueblos indígenas a permanecer en aldeas que eran vulnerables a la propagación de la pandemia porque no tenían acceso adecuado a la atención médica.

Hasta la fecha Brasil ha registrado 50.058 muertes por COVID-19 y más de 1 millón de casos del virus, mientras que más de 543 mil se han logrado recuperar. El gigante suramericano es actualmente el segundo país más afectado por la pandemia en el mundo siendo superado solamente por Estados Unidos que reporta más de 2,3 millones de casos de la enfermedad y más de 122 mil muertes por la misma.

"No hemos tenido muchas opciones"

Dinaman Tuxa, coordinador ejecutivo de la Asociación de Pueblos Indígenas de Brasil, afirmó en una declaración para la Agencia Anadolu que el virus ha prosperado debido a los años de negligencia pública.

"Nuestras comunidades a menudo se encuentran en regiones remotas e inhóspitas sin acceso ni infraestructura. Ante la pandemia, no hemos tenido muchas opciones", afirmó Tuxa, quien también es miembro de la comunidad Tuxa ubicada al noreste de Brasil.

La comunidad Tuxa ha permanecido aislada. No se permite la entrada de nadie y tratan de evitar el contacto con el exterior.

Existe una "enorme necesidad" de medicamentos y Amazon Watch, que promueve los derechos de los pueblos indígenas en la cuenca del Amazonas, ayuda a proporcionar un apoyo modesto a sus aliados indígenas cuya población ha contraído el COVID-19.

Tuxa afirmó que la cura para un brote futuro podría estar en sus tierras. "Las grandes compañías farmacéuticas entran a nuestras comunidades, extraen nuestros conocimientos y plantas tradicionales sin reconocer nuestros derechos y los llevan a las ciudades y luego declaran que son sus propios descubrimientos".

Durante miles de años, el Amazonas ha sido el hogar de al menos 400 pueblos indígenas, esparcidas en ocho naciones sudamericanas, cuyas vidas están intrínsecamente conectadas a la tierra, y al agua, para su supervivencia diaria y cultural.

Además de la pandemia, la deforestación sigue siendo un gran riesgo para la Amazonía a medida que los mineros ilegales avanzan en áreas de comunidades indígenas aisladas.

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"La minería y la tala ilegal, alentada por la promesa del presidente Jair Bolsonaro de abrir el Amazonas para los negocios, ahora representan una amenaza aún mayor para las comunidades remotas, aumentando su vulnerabilidad a la violencia y el contagio del virus tras el contacto con pandillas de extracción ilegal” afirmó Poirier.

El ministro del Medio Ambiente de Brasil, Ricardo Salles, instó al Gobierno a presionar una mayor desregulación de la política ambiental mientras la pandemia de COVID-19 distrae al público. Este ha sido un ejemplo de la política que utiliza la crisis para aprovecharse de los recursos, según indicó Poirier.

"En los primeros cuatro meses de 2020, la deforestación de la Amazonía brasileña aumentó un 55% respecto al año anterior, llegando a los 1.202 kilómetros cuadrados [...] en el mismo período, la deforestación dentro de los territorios indígenas se disparó, aumentando a un 59% en comparación al mismo período del año pasado", resaltó Poirier, basado en datos del Instituto Nacional de Investigación Espacial de Brasil.

Los incendios podrían ser un 50% peores este año, según informó el Instituto de Investigación Ambiental del Amazonas (IPAM), ya que se espera que las bajas precipitaciones entre mayo y octubre causen condiciones adecuadas para los incendios forestales.

La deforestación en el "pulmón de la tierra" en el 2019 fue de más de 900.000 hectáreas y se registraron más de 10.200 incendios en el último año.

El Amazonas alberga un tercio de las especies de plantas y animales en el mundo y genera el 20% del agua dulce que fluye. Produce el 20% del oxígeno de la Tierra y absorbe más de mil millones de toneladas de carbono atmosférico que se emite al quemar combustibles fósiles anualmente.

*Camilo Hernández contribuyó a la redacción de esta nota.

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