La isla de Muisne, en Ecuador, todavía espera las obras de agua potable que le prometieron tras el terremoto de 2016
Se cumplen cinco años del terremoto de 7,8 grados en la escala de Richter que dejó 671 personas fallecidas.

BOGOTÁ, Colombia
La isla de Muisne, ubicada en el noroccidente de Ecuador, todavía espera las obras que el Gobierno de la época le prometió para devolver el agua potable a su comunidad, luego del terremoto de 7,8 grados en la escala de Richter que devastó varias partes del país el 16 de abril de 2016.
La isla hace parte de la provincia de Esmeraldas, una de las zonas más afectadas por el peor sismo registrado en el país andino en las últimas siete décadas, que dejó 671 fallecidos.
La magnitud del movimiento telúrico dañó la red de servicios básicos en la provincia, donde la empresa pública Ecuador Estratégico construyó una planta de agua potable con tuberías que llegan directamente a los municipios de San Francisco, Bunche y Nuevo Muisne, todos ubicados en el área continental.
Sin embargo, la obra de infraestructura no alcanzó a llegar a la isla de Muisne, donde solo el 6,41% de la población (estimada en más de 31.000 habitantes por el Plan de Ordenamiento Territorial) tiene cobertura de la red pública de agua.
Durante este tiempo, los pobladores han recurrido al uso de 50 pozos de agua a los que han llevado mangueras para que el agua llegue directamente a las zonas residenciales
La Junta Cívica de Muisne continúa solicitándole a la Secretaría de la Reconstrucción que no solo construya en la isla un sistema de agua potable que llegue a toda la comunidad, sino también de alcantarillado.
Además, muchos de los habitantes de la isla tuvieron que reconstruir sus casas, ya que el Gobierno hasta ahora solo ha levantado en este lugar 300 viviendas.
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