Italia informó este jueves 578 nuevas muertes causadas por el COVID-19, cifra inferior a la del día anterior, lo que elevó el número total de fallecimientos a 22.170.

Según las últimas cifras publicadas por el Departamento de Protección Civil de Italia, las infecciones actuales crecieron un 1,1% desde el miércoles.

El número de personas recuperadas subió a un total de 40.164, mientras que el número de pacientes en cuidados intensivos se redujo por decimotercer día consecutivo, lo que alivió la presión sobre el sistema de salud italiano.

El epicentro del brote italiano sigue siendo la región del norte de Lombardía, que ahora cuenta con 11.608 víctimas, más de la mitad del total.

En estos momentos el gobierno italiano lucha para implementar los planes de la fase de recuperación y proteger así el frágil sistema económico italiano, en momentos donde la nación enfrenta su peor recesión desde la Segunda Guerra Mundial y una posible caída en su producción de hasta el 9%.

A medida que algunas tiendas reabrieron sus puertas, luego de una reducción de las reglas de cuarentena, el debate sobre cómo manejar la próxima fase de la pandemia de coronavirus se agudizó.

El gobernador de Lombardía, Attilio Fontana, se enfrentó abiertamente con el gobierno, el miércoles, después de decir que su administración estaba lista para comenzar una reapertura gradual a principios de mayo.

Sin embargo, este jueves Fontana dio un paso atrás, al decir que se puso en contacto con el ministro de Asuntos Regionales, Francesco Boccia, quien le aseguró que se reunirá, "desde una sala de control", durante el fin de semana para discutir un posible plan para la fase dos.

Luca Zaia, el gobernador de la región del Véneto, hizo eco de las palabras de Fontana y agregó que, si se aseguran las condiciones sanitarias adecuadas, algunas actividades podrían reiniciarse incluso antes del 4 de mayo.

*Juan Felipe Vélez Rojas contribuyó con la redacción de esta nota.