Las estrategias de Evo Morales para ser reelecto para un cuarto periodo
El mandatario recibió el aval del tribunal electoral de Bolivia para presentarse como candidato a las elecciones de 2019 en medio de la creciente inconformidad social y en la víspera de la audiencia de la CIDH donde se aborda su repostulación.

BOGOTÁ, Colombia
Por: Diego Carranza
El Tribunal Supremo Electoral (TSE) de Bolivia aprobó este martes una nueva postulación del presidente Evo Morales para las elecciones de enero de 2019.
La luz verde del tribunal electoral a Morales y su vicepresidente Álvaro García Linera se da en medio de protestas de líderes políticos, candidatos y sectores de la oposición, y como antesala a la audiencia en el 170 periodo de sesiones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que aborda el fundamento del fallo que avaló la repostulación del binomio oficialista.
La CIDH aborda el tema ya que en el fallo del tribunal constitucional de 2017 se apeló al artículo 23 de la convención americana. La Comisión evalúa si dicho artículo que protege los derechos políticos avala a Morales para presentarse nuevamente a la contienda electoral.
En agosto pasado, el mandatario indígena marcó el récord de permanencia en la Presidencia boliviana y cumplió 12 años, seis meses y 23 días en el cargo. Pero el mandatario del partido Movimiento Al Socialismo (MAS) busca su cuarto periodo consecutivo y de ganar los comicios, gobernaría hasta 2025.
Un breve recuento de las estrategias del jefe de Estado al frente del poder. En las elecciones de diciembre de 2005, Evo Morales Ayma fue el primer presidente escogido por mayoría de votos (más del 53%) en un cuarto de siglo en el país andino para el período 2006 – 2011.
En enero de 2009 el mandatario de etnia aymara convocó un referendo para una nueva Constitución Política. El texto, que alcanzó un apoyo del 61,4%, fue promulgado el siguiente mes y autorizaba solo una reelección sucesiva.
Debido a esto, Morales debió terminar anticipadamente su periodo y convocar a una nueva elección. En diciembre fue reelecto con más del 60% de los sufragios para un segundo mandato, entre 2010 y 2015.
Pero las intenciones de continuar gobernando no quedaban allí. En abril de 2013 el oficialismo consultó al Tribunal Constitucional (oficialista) para solicitar una reinterpretación sobre el tema, acerca de si era legítima la aspiración de nuevo mandato.
Esta corte falló a favor al considerar que el periodo que Morales y su vicepresidente García empezaron en 2009 contaba como primero del Estado Plurinacional refundado en dicho año. Es decir, era ya el segundo gobierno, pero el primero bajo el nuevo ordenamiento constitucional.
Aprovechando esta circunstancia, el dúo Morales-García Linera se postuló a los comicios de octubre de 2014 (adelantados en caso de una segunda vuelta) y salió victorioso con un 61,36% para su tercera administración, de 2015 a 2020. Además, su partido, el MAS, consiguió la mayoría en el Congreso y superó las dos terceras partes.
En septiembre de 2015, la Central Obrera Boliviana (COB) y otros movimientos sociales presentaron una iniciativa ante el Legislativo boliviano para modificar la Constitución y permitir la reelección de Evo. Con 112 votos a favor y 41 en contra, el Parlamento aprobó un proyecto de ley que modificaba un artículo de la Carta Magna y aumentaba a dos el número de elecciones consecutivas, lo que abrió el camino de Morales para seguir en el Palacio Quemado, entonces palacio de Gobierno.
La reforma constitucional fue puesta a consideración del pueblo en un referendo que se realizó el 21 de febrero de 2016. Sin embargo, el oficialismo indígena obtuvo su primera derrota electoral en los últimos diez años, pues el resultado final le dio una victoria al No con el 51,30% de los votos frente al 48,70% del Sí.
A pesar del rechazo de los bolivianos, el gobernante partido MAS planteó un recurso ante el Constitucional para presentarse en las elecciones de 2019 con las que pretende obtener el cuarto periodo consecutivo, es decir, de 2020 a 2025. Esta alta corte, por segunda vez, le dio el aval. Los partidarios del mandatario apelaron al artículo 23 de la Convención Americana de Derechos Humanos, argumentando que debe respetarse el derecho del presidente a ser elegido y el del pueblo a elegirlo.
Este miércoles, el TSE dio luz verde y ocurre en medio de un aumento de la inconformidad por la nueva candidatura del presidente aymara. Para este jueves hay convocada una huelga nacional.
El expresidente Carlos Mesa, principal rival de Morales Ayma en las elecciones de octubre de 2019, rechazó fuertemente el fallo.
“El TSE le ha dado un golpe de muerte a nuestra democracia, habilitando como candidato al dueño de todos los poderes, Evo Morales”, escribió en Twitter.
Por su parte, el gobernador del departamento de Santa Cruz y cabeza del derechista partido Demócratas, Rubén Costas, afirmó: "Hoy la democracia boliviana fue herida de muerte por un TSE que hizo oídos sordos al clamor de millones que pedían respeto al voto soberano. ¡Los bolivianos juzgaremos esta traición a la Patria!”.
El actual Gobierno argumenta que sus principales logros han sido la liberación económica, gracias a la nacionalización de recursos naturales y empresas estratégicas, haber reducido la pobreza y lograr ser el país con mayor crecimiento económico en Suramérica, según dijo Morales en un tuit en agosto pasado al cumplir 12 años, 6 meses y 23 días en el Ejecutivo.
Según el Instituto Nacional de Estadística (INE) boliviano, la pobreza en el país descendió a su nivel histórico más bajo durante 2017 y se ubicó en 36,4%, frente al 59,9% de 2006.
Pero cifras del Banco Mundial señalan que durante la década 2004-2014, la economía boliviana creció a una tasa anual promedio de 4,9% debido a los altos precios de las materias primas, la expansión de las exportaciones de gas natural y una política macroeconómica prudente. Como consecuencia, añade, la pobreza moderada se redujo de 59% a 39% y el coeficiente Gini de desigualdad bajó de 0,60 a 0,47 en el mismo periodo.
Fabián Acuña, docente e investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales de la Universidad Javeriana, en un artículo para el portal Razón Pública destaca que “aunque entre los países que constituían el bloque del socialismo del siglo XXI, Bolivia se ha destacado por ser el que ha logrado mejores indicadores económicos y más estabilidad política, períodos de gobierno tan largos dejan bastantes interrogantes”.
“Sin embargo, para quienes están del lado oficialista, dejar el poder sería sinónimo de dar marcha atrás y renunciar a lo conseguido con la ‘revolución’", concluye.
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