Las mujeres de Palestina pagaron el precio más alto de los ataques israelíes
Las escuelas de la ONU convertidas en centros de acogida no pueden satisfacer las necesidades básicas, dijo una madre palestina que se refugia con sus tres hijos en una de ellos.

GAZA
Las mujeres palestinas, que tuvieron que abandonar sus hogares junto con sus hijos por temor a los ataques israelíes en la bloqueada Franja de Gaza, continúan pagando los precios más altos de la ocupación.
Cientos de familias palestinas abandonaron sus hogares y se refugiaron en escuelas pertenecientes al Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA).
Al menos 248 palestinos murieron, incluidos 66 niños y 39 mujeres, en la despiadada ofensiva de Israel contra la Franja de Gaza que comenzó el 10 de mayo y terminó el 21 de mayo, mientras que 1.800 casas fueron destruidas y 6.800 viviendas sufrieron daños parciales.
Nur Ali, una madre de 33 años que se refugió junto con sus hijos en una de las escuelas de la UNRWA en el distrito de Al Nasr, al oeste de Gaza, le dijo a la Agencia Anadolu que una noche, cuando algunas áreas cercanas al centro eran blanco de ataques israelíes, se despertaron varias veces debido a los sonidos de las explosiones y en una de ellas quedaron totalmente cubiertos de polvo y fragmentos de vidrios.
Señaló que en los centros de acogida siempre había un estado de miedo y pánico durante los ataques en las áreas cercanas. Ali dijo que intentaban mantener a los niños alejados de las puertas y ventanas y consolarlos permanentemente para que no tuvieran miedo.
Agregó que las mujeres "soportan la carga más pesada de la guerra", ya que tratan de no entrar en pánico frente a los niños y atender sus necesidades básicas.
Los refugiados no pueden satisfacer sus necesidades básicas
Rim al Basyumi, una madre de 30 años que se refugia con sus tres hijos en una escuela de la UNRWA convertida en un centro de acogida, aseguró que los centros generalmente no pueden satisfacer las necesidades básicas de las personas.
"Las escuelas de la UNRWA no pueden satisfacer las necesidades básicas de las personas, ni mucho menos las necesidades de las mujeres ", dijo Basyumi, y agregó que las mujeres viven en condiciones "mucho más difíciles" en los centros.
Rafif al Misri, una estudiante de último año de secundaria que se refugió junto con su familia en uno de los centros tras los ataques israelíes, dijo que los centros no tienen comida suficiente y carecen de lugares adecuados para asearse y dormir.
"Debido a la severidad de los ataques aéreos, no pude traer conmigo mis libros y cuadernos para los exámenes que espero con impaciencia. Los resultados de esos exámenes determinarán mi futuro", agregó.
Señaló que la situación en las escuelas de la UNRWA designadas como centros de acogida es muy difícil, especialmente para las mujeres y los niños.
*Beyza Binnur Donmez y Aicha Sandoval Alaguna contribuyeron con la redacción de esta nota.
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