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Las mujeres keniatas trabajan para cambiar las antiguas tradiciones

Las mujeres pastores nómadas, que solían depender de sus maridos para su sustento, trabajan para cambiar las normas que por años las obligaron a solo atender las actividades del hogar.

Andrew Wasike Shimanyula  | 09.03.2021 - Actualızacıón : 09.03.2021
Las mujeres keniatas trabajan para cambiar las antiguas tradiciones SAMBURU, KENIA - 18 DE SEPTIEMBRE, 2015: Las mujeres de la aldea de Umoja, en el condado de Samburu a unos 350 km al norte de la capital, Nairobi. La aldea donde los hombres están prohibidos fue fundada por Rebecca Lolosoli y otras 14 mujeres en 1990 y comenzó como un refugio para víctimas de abuso y violencia sexual. (Magdalene Mukami - Agencia Anadolu)

NAIROBI, Kenia

Las mujeres pastores nómadas que solían depender de sus maridos para su sustento han cambiado la vida de sus familias en el condado de West Pokot de Kenia.

A las mujeres no se les permitía poseer propiedades de acuerdo con las tradiciones del pueblo Pokot, pero eso cambió rápidamente ya que las mujeres ahora poseen tierras, ganado y granjas.

“En nuestra cultura, todos los roles, desde los niños, adolescentes hasta los hombres y mujeres están debidamente caracterizados y bien definidos. Todas las actividades del hogar deben ser realizadas por mujeres y niñas, incluida la agricultura y la recolección de agua y leña para cocinar”, indicó Mercy Chelimo, quien le describió a la Agencia Anadolu una breve historia de las tradiciones del pueblo Pokot.

“A las mujeres no se les permitió participar en la toma de decisiones clave a nivel familiar o comunitario, según nuestras tradiciones. Pertenecíamos a nuestros hombres. Pero ahora estamos en 2021. Las cosas han cambiado. Ahora las mujeres son cabeza de familia y alimentan a sus familias con su propio trabajo duro", explicó con entusiasmo Chelimo.

Chelimo, quien es parte de un proyecto comunitario para el desarrollo y venta de artesanías, reveló que tales iniciativas cambiaron la narrativa de la comunidad, que no favorecía a las mujeres, pero que ha comenzado a convertirse en cosa del pasado.

“Tenemos una gran cantidad de pieles de animales secas y tratadas. Es a partir de las pieles de los animales que ensartamos nuestras cuentas para crear casi cualquier patrón que pensamos, aunque últimamente, estamos haciendo pájaros como patrones, pájaros que se encuentran aquí. Nos hemos dado cuenta de que al mercado internacional le gustan estos diseños”, agregó.

Monetizar el arte tradicional

Desde tiempos inmemoriales, el arte corporal ha sido parte integral del pueblo Pokot, con cuentas, colores, patrones, tamaño y masa que se utilizan para simbolizar la belleza de una mujer y el rango social familiar en la comunidad.

"Lo que hemos hecho es crear un grupo de mujeres y hemos transformado nuestro arte tradicional en un medio de generar ingresos en una sociedad moderna que ama nuestra tradición, la encuentra hermosa y muestra la verdadera herencia tradicional del pueblo keniano", señaló Cherotich Letuw, miembro del grupo de mujeres Chemale. "Hemos monetizado algo tan antiguo, tan lleno de cultura, tan tradicional para encajar en la sociedad moderna".

Letuw dijo que últimamente las mujeres han diseñado varias artesanías inspiradas a partir de las numerosas especies de aves que se pueden encontrar en Kenia.

“No solo estamos creando conciencia sobre nuestras aves, sino también promoviendo el turismo vendiendo el sabor de Kenia, incluso antes de que lleguen aquí. La mayoría de nuestros clientes provienen de mercados internacionales. Las cuentas se pueden coser en papel para cartas y documentos oficiales, en ropa o incluso en nuestras tradicionales pieles de animales”, destacó.

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Empoderamiento de la mujer

Mercy Kiyapyap señaló que las ganancias obtenidas por las mujeres en los negocios las han empoderado. "Han comenzado sus propios negocios, como la apicultura, pequeñas tiendas que venden artículos para el hogar, abarrotes e incluso ropa".

Con las mujeres empoderadas, el robo de ganado, que era común entre la comunidad de pastores nómadas, se redujo a medida que ha disminuido la presión económica sobre los hogares, los cuales eran sustentados únicamente por el pastoreo nómada.

“Queríamos mejorar los ingresos que las mujeres pueden obtener de los negocios. Hemos tenido una sequía este año y es debido a estos negocios que podemos comer y beber agua limpia. Construí tiendas de campaña en mi organización llamada Grupo de Mujeres Chemale, donde las mujeres vienen y hacen el trabajo de abalorios (cuentas, mostacillas o chaquiras)”, indicó Kiyapyap.

En el centro del grupo, las mujeres comparten diseños, estilos y materiales. Cuando regresan a casa, venden su mercancía en tiendas de curiosidades locales, de otras mujeres, o preparan pedidos grandes para ser enviados a los mercados internacionales.

Desafíos

El coronavirus es el principal desafío, ya que ha presionado los mercados internacionales de los que dependían las mujeres. Con el lanzamiento de una vacuna, las mujeres han visto cómo el negocio regresó a donde estaba antes de la pandemia.

“Están llegando muchos pedidos, ya que la gente no puede viajar aquí debido a alguna restricción. Prefieren hacer pedidos en línea. Aunque el turismo solía pagar muy bien, los pedidos son mejor que nada”, destacó Kiyapyap.

Kiyapyap, ganadora del premio Women's Creativity in Rural Life Award otorgado por Women's World Summit Foundation (WWSF), organización que tiene como objetivo llamar la atención internacional sobre las contribuciones de las personas al desarrollo sostenible, la seguridad alimentaria familiar y la paz, dijo que la sequía actual en el la región ha matado gran parte del ganado, lo cual demostró la necesidad de apoyar a estos grupos de mujeres que mantienen a sus familias.

“Las cosas no son como en los viejos tiempos. Las mujeres son más fuertes. Somos una nueva generación. A pesar de no ir a la escuela, la mayoría de nosotras estamos usando los recursos que hemos creado para alimentar a nuestras familias. Las cuentas ahora son caras. La sequía también está limitando la frecuencia con la que nos reunimos. La gente está esparcida. También ha habido inseguridad en nuestra zona, pero las cosas están mejorando”, enfatizó Kiyapyap.

“Mi mensaje para todas las mujeres es que, sean analfabetas o no, sus esfuerzos son todo lo que necesitan para apoyarse mutuamente. Las mujeres deben salir a apoyar a otras mujeres en los negocios y otros asuntos, como mi misión y mis mujeres es apoyarnos mutuamente a través de la creatividad. Les insto a que hagan lo mismo”, dijo.

Kiyapyap también instó al Gobierno a apoyar los proyectos de los grupos de mujeres locales de Pokot, pues resaltó que gracias a estas iniciativas se ha reducido la inseguridad y ayudando a promover la cultura Pokot a nivel mundial. Más de 1.000 mujeres han sido registradas como miembros del Grupo de Mujeres Chemale.

*Juan Felipe Vélez Rojas contribuyó con la redacción de esta nota.

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