Lo que se teje tras bastidores en el golpe de Estado en Malí
En Costa de Marfil y Guinea están teniendo lugar manifestaciones parecidas a las que hay en Malí y existe la posibilidad de que lo ocurrido allí provoque eventos similares en estos dos países.

Istanbul
Por: Ibrahim Tigli*
Antes de anunciar su dimisión este miércoles, el presidente de Malí, Ibrahim Boubacar Keita, fue retenido el martes por un grupo de militares amotinados que se autodenominan como el Comité Nacional para la Salvación del Pueblo (CNSP).
“No quiero que se derrame sangre para mantenerme en el poder”, dijo el mandatario en un breve discurso transmitido por la televisión estatal, a la vez que disolvía su Gobierno y el Parlamento a la vez.
Desde hace aproximadamente un año, la oposición criticaba a Keita por su mala gestión del país y su incapacidad de procurar la seguridad interna.
Así mismo, la oposición acusó a Keita de corrupción y fraude durante las elecciones generales celebradas entre marzo y abril de este año en dos rondas.
Durante el anuncio de los resultados preliminares oficiales de las elecciones, el Tribunal Constitucional de Malí declaró a 31 diputados, entre ellos el presidente del Parlamento, como elegidos, cuando en realidad estos no obtuvieron los votos suficientes.
Entre el 5 y 19 de junio, la plataforma Movimiento 5 de Junio-Rally de Fuerzas Patrióticas (M5-RFP), liderada por Mahmoud Dicko, expresidente del Alto Consejo Islámico de Malí (HCIM), organizó manifestaciones multitudinarias para exigir la dimisión de Keita y de su Gobierno.
Ante la negación de Keita, la M5-RFP declaró desobediencia civil y volvió a convocar manifestaciones masivas.
El 10 de julio, los manifestantes ocuparon la sede de los canales de televisión y radio públicos y cortaron el paso en las principales avenidas de la capital, Bamako.
En los diversos incidentes surgidos durante estas manifestaciones, 11 personas perdieron la vida y al menos 124 resultaron heridas.
Keita anunció la disolución del Tribunal Constitucional. Sin embargo, esta decisión del expresidente no fue suficiente para contentar a la oposición y calmarla.
El 28 de julio, la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) se reunió de urgencia para tratar de encontrar una solución a la creciente crisis entre el Gobierno y la oposición.
La CEDEAO decidió que los 31 diputados cuya elección causó controversia debían dimitir y que el Tribunal Constitucional debía restablecerse.
El 8 de agosto, Keita emitió un decreto presidencial por el cual designó a nueve miembros nuevos para el Tribunal Constitucional.
Ante el deterioro de la situación, la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) volvió a intervenir, esta vez intentando reunir a Keita y a la oposición alrededor de una misma mesa, propuesta que la oposición rechazó tajantemente, insistiendo en que su condición seguía siendo la dimisión de Keita.
Además, la oposición amenazó con volver a las calles y manifestarse hasta conseguir esta dimisión.
Tras esta amenaza, comenzaron las movilizaciones militares que culminaron en la retención de Keita y su posterior dimisión.
¿Quiénes están tras el amotinamiento?
Por el momento es difícil calcular hasta qué punto Francia estuvo imvolucrada. Sin embargo, se puede aseverar que Francia sabía lo que iba a ocurrir y tomó precauciones. Parece imposible que Francia, la cual ejerce control sobre la administración maliense y su Ejército no estuviera al tanto del amotinamiento.
Llama la atención las movilizaciones en las bases francesas en el país africano días antes del amotinamiento, así como en las misiones diplomáticas estadounidenses. Esta última emitió advertencias a sus ciudadanos sobre la situación y cerró algunas de sus oficinas en el país.
También hay que recordar la presencia económica y política de Alemania, Rusia y China en el país. Se dice que Malik Diaw, uno de los militares amotinados, recibió instrucción militar en Rusia y que dos semanas antes de los hechos visitó ese país. Así mismo, el general Fanta Dembele mantiene relaciones con Alemania, según rumores.
Por otra parte, no todas las unidades del Ejército participaron en el amotinamiento. Los enfrentamientos armados que tuvieron lugar en el cuartel desde donde se inició el amotinamiento y las posteriores detenciones de militares dejan entrever que había un grupo de soldados que estaba en contra del motín.
El primer día de los hechos, los militares Diaw y Sadio Camara ocuparon el primer plano, mientras que el día siguiente un hombre llamado Assimi Goita se presentó como líder de la junta militar. Se especula que Goita es cercano a Dicko, e incluso su alumno. También se dice que fue hecho prisionero durante el levantamiento de los tuaregs en 2012 y que fue puesto en libertad gracias a la ayuda de Dicko.
¿Tiene algo que ver Dicko con el amotinamiento?
Mahmoud Dicko lidera el Movimiento 5 de Junio-Rally de Fuerzas Patrióticas (M5-RFP), pero hasta el momento ha evitado parecer el representante de un partido político y ha reiterado que su movimiento es civil.
Durante el motín Dicko prefirió no destacar demasiado e insistió en que el problema era la administración de Keita, por lo que dijo que con su dimisión concluiría su responsabilidad y podría volver a casa.
Visto el perfil que ha mantenido hasta ahora, es poco probable que Dicko haya llegado a un acuerdo con los militares amotinados.
¿Cómo se deben interpretar las reacciones?
Las reacciones de Estados Unidos, Francia y la Unión Europea (UE) se limitaron a exigir la puesta en libertad de todos los retenidos junto con Keita y la restauración del régimen civil.
No obstante, la suspensión de la membresía de Malí por parte de la CEDEAO y la Unión Africana (UA) muestra que estas dos organizaciones mantienen una postura más dura hacia lo sucedido.
Por su parte, Francia y Níger quieren llevar el caso al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU), hecho que demuestra una creciente preocupación por la seguridad en la región.
La cuestión es: ¿cuál será el primer país europeo que se ofrecerá como intermediario? De momento no cabe duda de que la oposición está satisfecha con lo ocurrido. Es más, tampoco se puede decir que la gente esté molesta.
La primera en anunciar el motín fue la prensa alemana. Por su parte, la prensa francesa intentó ignorar lo que ocurría a pesar de su presencia y alcance en Malí, por encima de los demás medios de comunicación del mundo.
¿Qué futuro le espera a Malí?
No se puede esperar que fuerzas ilegitimas hagan algo en beneficio de la población. El motín perjudicará especialmente a los ciudadanos malienses. Es difícil que estos militares consigan apoyo internacional para un país en una situación económica difícil, que procuren el bienestar en poco tiempo y que respondan a las expectativas de la población. Aunque parezca que la crisis política ha acabado, la crisis económica se ahondará más.
Francia posee numerosas inversiones en Malí en sectores como la minería y la energía, y no va a permitir que el motín se vuelva en su contra.
Aunque los militares no lo declaren, Francia es el país más criticado por la oposición, ya que lo acusan de entrometerse en sus asuntos internos.
Malí tiene un problema con el terrorismo y el movimiento independentista tuareg. Tras el motín, los tuareg pueden volver a solicitar la independencia y provocar una guerra civil. Así mismo, en el norte de Malí existe la presencia de grupos terroristas como Daesh.
Lo sucedido en Malí también podría tener repercusiones serias en otros países de la región como Níger, Burkina Faso, Guinea, Costa de Marfil e incluso Benín. En Costa de Marfil y Guinea están teniendo lugar manifestaciones parecidas a las de Malí. Existe la posibilidad de que lo ocurrido allí provoque eventos similares en estos países.
Entonces no cabe sino preguntarse: ¿cuál será el siguiente país africano?
*Ibrahim Tigli es el editor de las Noticias de África de la Agencia Anadolu
*Traducido por Daniel Gallego.
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