Los hechos que enredan al nuevo comandante del Ejército colombiano
El general Enrique Zapateiro está implicado en un caso de ejecución extrajudicial en 2014 y la desaparición del padre de un futbolista colombiano.
BOGOTÁ, Colombia
El presidente colombiano Iván Duque anunció este viernes la salida del comandante del Ejército Nacional, el general Nicacio Martínez, cuestionado tanto a nivel nacional, como en el extranjero, por una polémica directriz a sus tropas que exigía duplicar resultados operativos con la posibilidad de aceptar que dichas operaciones que ponían en riesgo a la sociedad civil no fueran “perfectas”, y por haber liderado una brigada investigada por al menos 283 ejecuciones extrajudiciales entre 2004 y 2006.
Ver también: Las "órdenes de letalidad" del Ejército colombiano que revela The New York Times.
“Hemos tenido una conversación profunda donde hemos reconocido su gran servicio a nuestro país y hemos tomado la decisión para que deje la comandancia del Ejército. Él me ha expresado sus motivos familiares, los cuales he acogido con un inmenso sentimiento de gratitud y admiración”, dijo Duque en una inesperada rueda de prensa en la Casa de Nariño.
Y como reemplazo, con la presencia de la cúpula militar, el mandatario nombró al general Enrique Zapateiro Altamiranda, hasta entonces comandante del Comando Conjunto de Operaciones Especiales (CCOES).
Pero la llegada de Zapateiro no está exenta de críticas, pues ya se conocen casos y señalamientos que ensombrecerían su currículum.
Tal como informó la misma Presidencia de la República, el nuevo comandante del Ejército planeó y lideró la Operación Fénix, en marzo de 2008, en la cual se logró la neutralización del segundo cabecilla de las Farc, alias ‘Raúl Reyes’.
Esta incursión militar y ataque a una base de las Farc en una zona selvática en Angostura, provincia ecuatoriana de Sucumbíos, ocasionó la más grave crisis diplomática entre Colombia y Ecuador y la ruptura de las relaciones bilaterales, pues las autoridades ecuatorianas aseguraron que las tropas colombianas violaron su soberanía y cometieron otras infracciones al derecho internacional. Pero además, organizaciones de derechos humanos afirman que este operativo incluyó otras violaciones al Derecho Internacional Humanitario.
La operación Fénix puso a Colombia en el ojo del huracán, pues el caso llegó hasta la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Otro episodio tiene que ver con la desaparición forzada del padre del volante de la Selección Colombia, Juan Fernando Quintero, Jaime Enrique Quintero Cano, quien comenzaba a prestar el servicio militar en 1995.
Según relató Carlos Quintero, hermano del desaparecido, a la emisora local Caracol Radio, la última vez que supieron de su hermano fue el primero de marzo de 1995, cuando fue trasladado desde la IV Brigada en Medellín hasta la Brigada XVII en el municipio de Carepa, en la subregión del Urabá, en Antioquia, donde Zapateiro era capitán.
Sin embargo, el ahora general habría ordenado el retorno de Quintero Cano a la capital de Antioquia “por mal comportamiento”, pero el joven nunca regreso.
Hasta 2016, en diferentes mensajes en su cuenta de Twitter, la hermana de Jaime Enrique Quintero, Silvia Quintero, también se ha pronunciado contra Zapateiro y le ha exigido una respuesta.
“Señor Eduardo Enrique Zapateiro Altamiranda. ¿Qué hicieron con mi hermano?”, dice un mensaje. En otro trino escribe: “21 años buscando a mi hermano y mientras tanto el victimario...”, esto acompañado de imágenes de condecoraciones al militar.
Jaime Enrique Quintero Cano hacía parte de la Asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (Asfaddes).
Según detalla Caracol Radio, el Tribunal Administrativo de Antioquia exoneró al general Zapateiro como presunto responsable de la desaparición de Quintero Cano.
Por otro lado, hay un caso adicional que está relacionado con la supuesta ejecución extrajudicial de Jorge Eliécer Hernández, un joven de 24 años de edad conocido como ‘Severo’, señalado como un presunto subversivo, durante un operativo militar realizado en la vereda Tres Bocas, municipio de San Pablo, sur del departamento de Bolívar, el 22 de febrero de 2014.
El entonces comandante de la V Brigada del Ejército justificó la muerte de Hernández y señaló que era requerido judicialmente por el delito de concierto para delinquir con fines de narcotráfico.
“Tiene un prontuario delictivo, un perfil delictivo claro, donde lleva casi diez años en la estructura como enlace con el Frente 24 (de las Farc) en lo que tiene que ver con narcotráfico y finanzas”, dice Zapateiro, según un video del informativo local Telepetróleo, con sede en la ciudad de Barrancabermeja y que divulga en redes sociales.
No obstante, los familiares del joven denunciaron la situación ante la Fiscalía y organizaciones de Derechos Humanos en el Magdalena Medio, asegurando que se trataba de un ‘falso positivo’ del Ejército.
En declaraciones para el diario Vanguardia, de Bucaramanga, Ariel Hernández, hermano de la víctima, dijo que a Jorge Eliécer le dispararon por la espalda: “Él es campesino, agricultor, nacido criado por allá, la comunidad lo quiere mucho. Él no cargaba nada (granada), él no era ningún delincuente”.
En 2015 la Fiscalía 44 Especializada de Bucaramanga anunció una investigación por este hecho.
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