Los métodos de los refugiados sirios en Idlib para sobrevivir el invierno que ponen en peligro sus vidas
Ahmed Derwish, responsable del campamento de Sadaqah, al norte del país, dijo que las familias queman excremento seco de animal, plástico, zapatos, ropa vieja y nailon para soportar las bajas temperaturas.
IDLIB, Siria
Los civiles desplazados por los ataques del régimen de Bashar al Assad que se han refugiado en campamentos en Idlib, al norte de Siria, queman ropa vieja, nailon y plástico para calentarse y sobrevivir el invierno, lo que puede provocarles diversas enfermedades.
Cientos de miles de civiles han huido de los ataques del régimen sirio y sus partidarios y han tenido que refugiarse en la frontera turca.
En entrevista con la Agencia Anadolu, el doctor Osama Ammouri, quien trabaja como especialista médico en un hospital de Idlib, dijo que los materiales utilizados por las personas para calentarse en los campamentos de refugiados producen enfermedades respiratorias como el asma y la bronquitis.
"Especialmente durante estos días de pandemia, insto a nuestra gente a que se mantenga alejada de este tipo combustibles", agregó Amuri.
Ahmed Derwish, responsable del campamento de Sadaqah, ubicado al norte de Idlib, señaló que, debido a la falta de combustible, las familias queman excremento seco de animal, plástico, zapatos, ropa vieja y nailon para sobrevivir las bajas temperaturas.
"Los elementos quemados en las carpas a menudo provocan incendios y enfermedades como el asma", aseguró.
Umm Ahmed, habitante del campamento, señaló que queman excremento seco de animal y plásticos, lo que le causa falta de aire a los niños y enfermedades respiratorias.
La mujer dijo que no tenía dinero para ir al médico, y agregó: "Nuestros hijos siempre están enfermos. No tenemos dinero para comprar combustible. Por eso nos vemos en la necesidad de quemar estos materiales".
La situación en Idlib
Siria ha estado bajo una sangrienta guerra civil desde principios de 2011, cuando el régimen de Al Assad tomó fuertes medidas contra las protestas en favor de la democracia con una ferocidad inesperada.
Cientos de miles de personas han sido asesinadas y más de 10 millones desplazadas, según funcionarios de la ONU.
Turquía, Rusia e Irán participaron en la reunión de Astaná en 2017, en la que se designaron cuatro zonas de desescalamiento: la provincia de Idlib y algunas regiones de sus provincias vecinas (Latakia, Hama y Alepo), el norte de la provincia de Homs, Guta Oriental y las regiones del sur del país, como Daraa y Quneitra.
Sin embargo, el régimen sirio y los terroristas respaldados por Irán y Rusia capturaron tres de las cuatro regiones donde se decidió mantener el alto al fuego y luego se concentraron en Idlib.
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Debido a la aceleración en la concentración de elementos militares del régimen, en septiembre de 2018 Turquía y Rusia firmaron un acuerdo adicional en Sochi para fortalecer el alto al fuego. Las fuerzas del régimen tomaron un breve descanso y luego organizaron una operación terrestre en mayo de 2019 para apoderarse por completo de la región.
En este contexto, el régimen sirio y sus partidarios capturaron muchos distritos importantes y el sur y sureste de Idlib, así como la zona rural del norte y oriente de Hama y muchos asentamientos en la zona rural del sur y occidente de Alepo.
El pasado 5 de marzo, Turquía y Rusia acordaron un alto al fuego que entró en vigor el 6 de marzo para detener la lucha en la zona.
A pesar de los continuos esfuerzos diplomáticos, el régimen sirio, respaldado por Rusia, continúa las operaciones militares contra la oposición en el área.
*Aicha Sandoval Alaguna contribuyó con la redacción de esta nota.
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