HAMILTON, Canadá 

La relatora especial de la ONU sobre salud, Tlaleng Mofokeng, hizo un llamado urgente este viernes 26 de octubre a los líderes mundiales y les pidió que utilicen su influencia para detener el genocidio en Gaza.

"Sólo necesitamos que todos los líderes mundiales invoquen el poder económico, político y diplomático que tienen para asegurarse de que este genocidio termine", dijo Mofokeng a los periodistas en una conferencia de prensa en Nueva York.

Al destacar que el derecho a la salud se ha vuelto "insostenible" en medio de la violencia implacable de Israel, agregó que los trabajadores de la salud están "agotados, acosados, asesinados [y] impedidos de cumplir con sus tareas como primeros auxiliadores".

Al describir las terribles condiciones en las que trabajan los profesionales de la salud en los territorios palestinos ocupados, Mofokeng señaló que muchos se ven obligados a realizar cirugías sin anestesia ni medicamentos esenciales.

"Todos seguimos siendo testigos de cómo la práctica misma de la medicina está siendo atacada", subrayó, al tiempo que introdujo el término "medicidio" para describir los ataques generalizados y sistemáticos de Israel contra los trabajadores y las instalaciones de atención médica.

Al destacar que "este genocidio ha demostrado el increíble trabajo que realizan los médicos, los profesionales de la salud y otros trabajadores de la salud en defensa de los derechos humanos", dijo que "ellos son los que prestan juramento, los que se negaron a irse y se quedaron cuidando a sus pacientes, sabiendo cuál sería su propio destino".

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Con respecto a su comunicación continua con funcionarios israelíes, Mofokeng expresó que está coordinando con otros expertos de la ONU para exigir rendición de cuentas, investigación y un alto al fuego inmediato.

"Estamos desbloqueando nuevos niveles que nunca podremos bloquear nuevamente", advirtió, al subrayar la urgencia de poner freno a la impunidad.

Israel continúa una ofensiva devastadora sobre Gaza desde un ataque en octubre del año pasado por el grupo de resistencia palestino, Hamás, a pesar de una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que exige un alto al fuego inmediato.

Más de 42.800 personas han muerto desde entonces, en su mayoría mujeres y niños, y más de 100.500 han resultado heridas, según las autoridades de salud locales.

La ofensiva israelí ha desplazado a casi toda la población del territorio en medio de un bloqueo en curso que ha provocado una grave escasez de alimentos, agua potable y medicamentos.

Israel se enfrenta a un caso de genocidio en la Corte Internacional de Justicia por sus acciones en Gaza.

*Aicha Sandoval Alaguna contribuyó con la redacción de esta nota.