Temuco, la ciudad chilena considerada como la más contaminada del mundo
Debido al uso de estufas de leña, en invierno esta ciudad supera los niveles de contaminación de Beijing, Ciudad de México y Nueva Delhi.

SANTIAGO, Chile
Por: Andrea Aguilar Córdoba
“A las 6 de la tarde es puro humo, en la carretera no se ve nada. Cuando sales a la calle te pica la garganta y te lloran los ojos”, relata Estrella Sanhueza, una profesora de 44 años que ha vivido la mitad de su vida en una de las ciudades más contaminadas del mundo.
A diferencia de las ciudades industrializadas y populosas como Beijing y Nueva Delhi, en Temuco habitan apenas 220.000 personas y la contaminación no es producto de la actividad económica, sino de la falta de recursos, lo que obliga a la gran mayoría de sus habitantes a depender de las estufas de leña para hacer frente a las bajas temperaturas.
Estrella Sanhueza acaba de dar a luz a su segundo hijo y cuenta que luego de estar hospitalizada por varios días, cuando fue dada de alta y se puso su ropa, sintió el hedor a humo.
“Era como estar dentro de una chimenea de humo y el olor salía de mi ropa. Al estar tan acostumbrada no me daba cuenta, pero al vestirme fue asqueroso; creo que la mayoría de nosotros andamos con ese olor. Estamos impregnados”, cuenta a la Agencia Anadolu.
Y es que el 88% de las estufas que se usan en Temuco son con leña, a pesar de que el Gobierno chileno puso en marcha, desde el 2016, un plan de descontaminación atmosférica que contempla el cambio de estos artefactos por estufas de pellet o parafina. Sin embargo, es una iniciativa dirigida a población vulnerable y de la tercera edad, que no contempla al grueso de la población.
“Uno sale en los horarios pico y es puro humo, y regresa cuando el día está más helado y el humo se confunde con la niebla. No se puede respirar porque la contaminación es demasiada; se hicieron un montón de villas nuevas donde la gente es de escasos recursos y usan leña húmeda”, señala Sanhueza a la Agencia Anadolu.
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El uso de este tipo de leña dispara los niveles de contaminación de esta pequeña ciudad sureña durante el invierno austral, al liberar mayor cantidad de monóxido de carbono debido a la combustión incompleta, explica Nicolás Valdés, epidemiólogo ambiental de Universidad de los Andes.
“Muchas veces esta leña es de baja calidad y a veces incluso se utiliza madera húmeda. Además, si las estufas a leña que se utilizan no tienen las mejores características, la contaminación proveniente de esta fuente resulta ser mucho mayor”, explica el experto a la Agencia Anadolu.
Según un informe realizado por Bloomberg Green y la consultora suiza OpenAQ, durante julio y agosto Temuco ha tenido, al menos durante cinco días, la peor calidad de aire a nivel mundial, superando a las urbes asiáticas, y a la ciudad de Santiago, que está entre las 20 ciudades más contaminadas del mundo.
Sin embargo, las autoridades sanitarias de la zona aseguran que aunque la ciudad ha vivido una emergencia por la mala calidad de aire, no es la más contaminada del mundo y se está trabajando para los niveles de contaminación en comunas vecinas como Padre Las Casas, en donde el fenómeno es aún más grave.
Los efectos de la pandemia
La llegada de la COVID-19 ha significado un alivio para los pulmones de miles de temucanos que han podido quedarse resguardados en sus viviendas durante la cuarentena, pero el uso de estufas de leña ha disparado los niveles de contaminación ambiental ante el aumento de personas que se quedan en la casa durante todo el día.
Estrella Sanhueza tiene una hija de 8 años que sufre de asma crónica y con la llegada del invierno sus crisis se disparan, pero este año ha sido diferente. “Como no hay que ir a clases, no se ha enfermado, pero los otros años estoy unas cuatro veces en urgencia por crisis respiratoria, manteniéndola todo el año con inhaladores y antialérgicos, pero cuando llega el invierno y se prenden las estufas eso se acrecienta”, relata.
Al mediodía Estrella abre las ventanas de su casa para que se ventile y salga el humo que ha podido colarse. Sin embargo, le preocupa que la contaminación se haya disparado por el mayor uso de las estufas.
“Durante la pandemia ha aumentado la venta de leña húmeda; la gente que antes salía y estaba todo el día trabajando ahora tiene que invertir más en la compra de leña. En este tiempo solo hay leña húmeda, que contamina el doble. Por eso este año los niveles de contaminación son mayores que en años anteriores”, señala a la Agencia Anadolu.
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Sin embargo, la región de la Araucanía ha sido una de las primeras en Chile en entrar en fase de desconfinamiento, en la que se permite la reapertura de cafés y restaurantes. Esto, a pesar de que Temuco ha sido el epicentro de la pandemia en esta zona, con 1.320 casos reportados hasta la fecha.
Expertos coinciden en que los niveles de contaminación atmosférica pueden facilitar la exposición al coronavirus, ya que el material particulado puede transportar microorganismos y generar un deterioro en las vías respiratorias, un efecto que hace que la población sea más susceptible a una potencial infección.
“Hay estudios que han demostrado que el COVID-19 puede permanecer activo sobre las partículas y puede trasladarse a mayor distancia y eso significa un aumento del riesgo; además, estar expuesto a esta contaminación significa mayor irritabilidad en las vías aéreas”, explica Raimundo Bordagorry, investigador del Centro de Energía y Desarrollo Sustentable de la Universidad Diego Portales.
Bordagorry señala que el problema de contaminación de Temuco se replica en otras ciudades de Chile como Chillán Viejo, Coyaique y Los Ángeles, en donde se generan altos niveles de contaminación por partículas. “El material particulado menor a 2,5 micras permea fácilmente las vías respiratorias y eso genera cáncer o efectos en el pulmón, pero también tiene relación a nacimientos prematuros y asmas crónicas”, explica a la Agencia Anadolu.
Casos como el de Estrella Sanhueza, quien tiene a su bebe recién nacido en incubadora porque nació prematuro, y a su pequeña con crisis asmática cada año, son el drama diario que viven los habitantes de una pequeña ciudad que, a pesar de estar rodeada de amplios bosques y ríos, todos los inviernos se convierte en el foco de la contaminación global.