Víctimas de incendio en supermercado paraguayo Ycuá Bolaños recuerdan la tragedia luego de 17 años
La Agencia Anadolu habló con Christian Olmedo, miembro de la Coordinadora de Familiares, Víctimas y Amigos de Personas Fallecidas, sobre el día de la tragedia, la perdida de sus familiares y la construcción de un sitio de memoria.
PARAGUAY
Por: Lorena Flores
A 17 años de la tragedia del Ycuá Bolaños, supermercado incendiado el 1 de agosto del 2004, considerada una de las peores en tiempos de paz, que dejó como saldo más de 300 fallecidos, 500 heridos y 6 siguen desaparecidos, en Paraguay aún “no hay una política y una práctica firmes hacia la cultura de prevención de incendios, tanto por parte del sector público como del sector privado”.
Informes médicos indican que las causas de muerte fueron las quemaduras, intoxicaciones por gas inhalado, asfixias por la avalancha de personas, y posteriores complicaciones de algunos sobrevivientes.
El incendio surgió por una combustión de grasa y carbonilla acumulada en una de las chimeneas de la sección del restaurante debido a la falta de mantenimiento y limpieza, resultado arrojado por las pericias hechas posteriormente.
Según testigos y víctimas, al momento de producirse el accidente, los guardias de seguridad “siguiendo órdenes de los dueños del establecimiento” cerraron las puertas del recinto para evitar que las personas escaparan con bienes que no hubieran pagado.
“La prevención y la seguridad en espacios abiertos y cerrados aún son considerados gastos superfluos”, afirma Christian Olmedo, miembro de la coordinadora de familiares víctimas del Ycuá Bolaños. Ycuá en guaraní significa pozo de agua y Bolaños es el apellido de un misionero franciscano.
El miembro de la coordinadora indica que además de campañas educativas permanentes, hace falta mayor inversión en infraestructuras para la prevención de incendios.
En un relato pormenorizado de los hechos para la Agencia Anadolu, Christian afirma que el día domingo 1 de agosto de 2004 estuvo en su residencia como a unos 6 kilómetros del Ycuá donde comenzaba la intensa búsqueda de sus familiares.
“Ese domingo desperté abruptamente cerca del mediodía y escuché comentarios de las imágenes que pasaban en el noticiero sobre un supermercado que se estaba incendiando. En principio no le di importancia, hasta que caí en la cuenta que el supermercado era el lugar frecuentemente más concurrido por mi madre. Intenté comunicarme con ella, pero fue muy difícil, ya que en ese entonces el uso de celulares era muy incipiente aún. Decidí ir a su casa, y en su búsqueda también surgió la de mi hermana, mi sobrina y 2 parientes políticos”, rememora.
De camino Christian y la persona que lo trasladaba en su vehículo pudieron ver el humo inmenso generado por el incendio.
“No encontré a nadie. Tuve que saltar la muralla y en eso una vecina me habla y explica que mi madre estaba buscando a mi hermana, mi sobrina y a los parientes políticos de mi hermana”, expresa.
Decidió ir al hospital del Instituto de Previsión Social que estaba cerca, recorrió abajo y arriba, y constató que aquello era un caos, muchos pacientes que no se sabía si eran pacientes que ya estaban o que eran traídos del incendio. Estuvo allí cerca de una hora sin encontrar a quienes buscaba.
“Volví a mi casa, ya encontré a mi madre quien manifiesta habían ubicado a mi hermana que estaba internada en uno de los hospitales que tiene como especialidad atender casos con enfermedades respiratorias” dice.
Desde allí comienzan a buscar, junto a otras personas, en otros lugares donde creían podría estar una sobrina que aún no aparecía.
“En ese momento resuelvo pasar por el supermercado incendiado no sin antes ir al tinglado parroquial donde había personas voluntarias que ayudaban al registro y a la búsqueda de personas afectadas quienes eran enfermeras, bomberos, psicólogas, formé la fila para preguntar y sin éxito”, describe.
Describe que el paisaje era muy desolador en la zona del supermercado, “griterío y caos total”.
“Volví a la casa de mi mamá un rato a cambiarme de ropa porque recuerdo tenía mucho abrigo, día de frío”, refiere.
Al volver luego al tinglado unos parientes ya le avisan a Christian lo peor, que encontraron a su sobrina sin vida quien en ese momento pasaba a ser la primera víctima de su familia.
Relata que en ese ir y venir nuevamente se encontraba donde su madre, en una especie de letargo porque no sabía que hacer hasta que recordó a su hermana en el hospital y decide acompañar.
“Cuando llego me informan que ella no estaba bien, estuve en vigilia hasta el día siguiente donde se confirma el fallecimiento de mi hermana por quemaduras e inhalación de humo”, cuenta.
Nuestro entrevistado es tajante al afirmar que “Ycuá no es solo la historia de una tragedia, no es solo un hecho aislado, sino que es consecuencia de un sistema inhumano perverso y corrupto. También podemos decir que Ycuá es la lucha por la memoria y por la dignidad”.
Asimismo, menciona que el espacio organizativo al que pertenece, la Coordinadora de Familiares, Víctimas y Amigos de Personas Fallecidas, se sostiene desde hace 17 años.
Consideran a la organización como herramienta fundamental para plasmar sus necesidades y también como elemento de contención y fortalecimiento de las actividades, entre las que se encuentran reuniones periódicas, recordatorios mensuales, conmemoraciones anuales, los encuentros entre familiares y con otros grupos afines y que lamentablemente ya no cuentan con acompañamiento psicológico.
En cuanto a lo legal, en primer término, hubo una indemnización general gestionada por las organizaciones ante el Estado paraguayo que proporcionó ese derecho y benefició a todas las familias afectadas.
En cuanto a los procesos judiciales, según cuenta Olmedo, hubo 2 frentes: el proceso penal y el civil. En el proceso penal solo quienes presentaron querellas adhesivas, en algunos casos, pudieron recibir un mínimo resarcimiento económico. En los procesos civiles (recordando que en el fuero civil cada caso es particular y cuenta cada uno con sus características propias) hubo pocas personas que pudieron finiquitar sus casos, y hubo otro grupo grande que incluso se vio obligado a pagar costas a los responsables de la tragedia.
Por otro lado, habló de la construcción del Sitio de la Memoria cuya iniciativa fue promovida por la Coordinadora desde los primeros meses posteriores al 1 de agosto de 2004.
“Iniciamos con la ocupación de parte de lo que fue el estacionamiento del supermercado, lo acondicionamos para transformarlo en un memorial. Luego acompañamos el proceso de expropiación del lugar a favor del Estado paraguayo. Posteriormente, y ya con la Secretaría Nacional de Cultura como ente administrador oficial, acompañamos tanto el diseño, la construcción del Sitio y todas las actividades destinadas al Ycuá”, relata.
En ese sentido conversamos con Estela Franceschelli, representante de la Secretaria Nacional de Cultura, que indicó que en el año 2010 vía decreto se “estableció que dicha secretaria administrara las propiedades expropiadas que fueran sede del siniestrado Supermercado Ycuá Bolaños en consulta con las asociaciones de víctimas reconocidas legalmente, para lo cual elaboró un Protocolo de Relacionamiento con las asociaciones mencionadas, que contempló un proceso de consulta antes de la toma de decisiones sobre el uso de las propiedades”.
A partir de allí, la Secretaría Nacional de Cultura instala la Mesa de Trabajo Ycuá Bolaños y en forma conjunta se elabora el Protocolo de Relacionamiento. Empieza a desarrollarse la idea del Sitio de memoria y Centro cultural.
En el año 2015 se llama a concurso de ideas para el diseño del Proyecto. Uno de los requerimientos del llamado era el trabajo conjunto con familiares y sobrevivientes, los cuales también habían elaborado un nutrido documento con sus inquietudes y expectativas con relación a la obra y en el 2017 se llama a concurso para la construcción.
“Todo el trabajo de diseño elaboración de proyecto, concursos y demás fue acompañado por la Mesa de Trabajo Ycuá Bolaños y otras instituciones del Estado”, asevera.
“El Sitio de Memoria y Centro Cultural 1A- Ycuá Bolaños ha concluido su etapa de construcción. Actualmente se trabaja en ultimar detalles: verificar sistemas y poner en funcionamiento los equipos de luces, sonido, filtración de agua para los estanques, realizar revestimientos exteriores y otros detalles de la obra como las habilitaciones requeridas. Además se realizan procesos necesarios para el equipamiento, elaboraciones de planes de trabajo y habilitación”, expresa Franceschelli.
El lugar cuenta con dos plazas interiores. Una de luces y otra de sombras, un salón multiuso y 5 aulas que pueden ser utilizadas en forma individual o integradas, un auditorio con 400 lugares totalmente equipados, cafetería, museo, biblioteca y espacio ecuménico.
Finalmente, vale la pena mencionar que jurídicamente el hecho fue dividido en tres causas: contra los propietarios y guardias (imputados por cierre de puertas); contra el arquitecto encargado de la obra; y contra los funcionarios municipales de Asunción.
El juicio contra los primeros culminó en primera instancia el 5 de diciembre de 2006, cuando el tribunal los condenó como responsables de “homicidio culposo” con una pena de 5 años de prisión.
Esta decisión provocó graves incidentes entre familiares de las víctimas y policías al considerarse que las penas eran muy bajas.
Mientras que, en febrero de 2008, se dicta la sentencia final y son definitivamente condenados por homicidio doloso Juan Pio Paiva (12 años), Daniel Paiva (10 años de cárcel), dueños de la cadena de supermercados.
El 31 de marzo de 2013 recuperó su libertad Víctor Daniel Paiva al cumplir dos tercios de su condena de 10 años de cárcel; es decir, estuvo encerrado 6 años y 9 meses.
Por otro lado, el 23 de diciembre de 2014, el principal accionista de la cadena de supermercado, Juan Pío Paiva, abandonó la cárcel bajo la figura de libertad condicional.
Los demás ya habían salido en libertad por haber cumplido la pena mínima.
*La foto del memorial es cortesía de la Secretaria Nacional de Cultura.