Las gemelas Sari y Suly Figueroa Zuleta, de 5 años, estudian desde su casa estudiantes de la vereda Manillas en la zona rural de Viani, Cundinamarca, Colombia, el 11 de agosto de 2020. La crisis por la pandemia de la COVID-19 ha obligado al sector educativo de Colombia a replantear sus prácticas y adaptarse a la virtualidad en poco tiempo para mantener la continuidad de los programas académicos. El panorama de las principales ciudades dista de la realidad rural, donde el acceso a Internet, a computadores y a capacitaciones sobre el uso de plataformas digitales es bastante limitado.
Las gemelas Sari y Suly Figueroa Zuleta, de 5 años, estudian desde su casa estudiantes de la vereda Manillas en la zona rural de Viani, Cundinamarca, Colombia, el 11 de agosto de 2020. La crisis por la pandemia de la COVID-19 ha obligado al sector educativo de Colombia a replantear sus prácticas y adaptarse a la virtualidad en poco tiempo para mantener la continuidad de los programas académicos. El panorama de las principales ciudades dista de la realidad rural, donde el acceso a Internet, a computadores y a capacitaciones sobre el uso de plataformas digitales es bastante limitado.
Las gemelas Sari y Suly Figueroa Zuleta, de 5 años, estudian desde su casa estudiantes de la vereda Manillas en la zona rural de Viani, Cundinamarca, Colombia, el 11 de agosto de 2020. La crisis por la pandemia de la COVID-19 ha obligado al sector educativo de Colombia a replantear sus prácticas y adaptarse a la virtualidad en poco tiempo para mantener la continuidad de los programas académicos. El panorama de las principales ciudades dista de la realidad rural, donde el acceso a Internet, a computadores y a capacitaciones sobre el uso de plataformas digitales es bastante limitado.
Michael Sánchez un estudiante de 11 años de la vereda Manillas, estudia bajo un árbol donde logra conectarse a Internet con un teléfono celular prestado, en la zona rural de Viani, Cundinamarca, Colombia el 11 de agosto de 2020. La crisis por la pandemia de la COVID-19 ha obligado al sector educativo de Colombia a replantear sus prácticas y adaptarse a la virtualidad en poco tiempo para mantener la continuidad de los programas académicos. El panorama de las principales ciudades dista de la realidad rural, donde el acceso a Internet, a computadores y a capacitaciones sobre el uso de plataformas digitales es bastante limitado.
Darwin Sánchez un estudiante de 11 años de la vereda Manillas, casi a diario necesita trepar a un árbol para conectarse a Internet con un teléfono celular prestado, en la zona rural de Viani, Cundinamarca, Colombia el 11 de agosto de 2020. La crisis por la pandemia de la COVID-19 ha obligado al sector educativo de Colombia a replantear sus prácticas y adaptarse a la virtualidad en poco tiempo para mantener la continuidad de los programas académicos. El panorama de las principales ciudades dista de la realidad rural, donde el acceso a Internet, a computadores y a capacitaciones sobre el uso de plataformas digitales es bastante limitado.
Darwin Sánchez un estudiante de 11 años de la vereda Manillas, casi a diario necesita trepar a un árbol para conectarse a Internet con un teléfono celular prestado, en la zona rural de Viani, Cundinamarca, Colombia el 11 de agosto de 2020. La crisis por la pandemia de la COVID-19 ha obligado al sector educativo de Colombia a replantear sus prácticas y adaptarse a la virtualidad en poco tiempo para mantener la continuidad de los programas académicos. El panorama de las principales ciudades dista de la realidad rural, donde el acceso a Internet, a computadores y a capacitaciones sobre el uso de plataformas digitales es bastante limitado.
Michael Sánchez un estudiante de 11 años de la vereda Manillas, estudia bajo un árbol donde logra conectarse a Internet con un teléfono celular prestado, en la zona rural de Viani, Cundinamarca, Colombia el 11 de agosto de 2020. La crisis por la pandemia de la COVID-19 ha obligado al sector educativo de Colombia a replantear sus prácticas y adaptarse a la virtualidad en poco tiempo para mantener la continuidad de los programas académicos. El panorama de las principales ciudades dista de la realidad rural, donde el acceso a Internet, a computadores y a capacitaciones sobre el uso de plataformas digitales es bastante limitado.
Darwin Sánchez un estudiante de 11 años de la vereda Manillas, casi a diario necesita trepar a un árbol para conectarse a Internet con un teléfono celular prestado, en la zona rural de Viani, Cundinamarca, Colombia el 11 de agosto de 2020. La crisis por la pandemia de la COVID-19 ha obligado al sector educativo de Colombia a replantear sus prácticas y adaptarse a la virtualidad en poco tiempo para mantener la continuidad de los programas académicos. El panorama de las principales ciudades dista de la realidad rural, donde el acceso a Internet, a computadores y a capacitaciones sobre el uso de plataformas digitales es bastante limitado.
Yiseth Carrillo, de 16 años, estudiante de la vereda Manillas, diariamente necesita transitar largos trayectos para conectarse a Internet usando un teléfono celular prestado al borde de una carretera, en la zona rural de Viani, Cundinamarca, Colombia el 11 de agosto de 2020. La crisis por la pandemia de la COVID-19 ha obligado al sector educativo de Colombia a replantear sus prácticas y adaptarse a la virtualidad en poco tiempo para mantener la continuidad de los programas académicos. El panorama de las principales ciudades dista de la realidad rural, donde el acceso a Internet, a computadores y a capacitaciones sobre el uso de plataformas digitales es bastante limitado.
Yiseth Carrillo, de 16 años, estudiante de la vereda Manillas, diariamente necesita transitar largos trayectos para conectarse a Internet usando un teléfono celular prestado al borde de una carretera, en la zona rural de Viani, Cundinamarca, Colombia el 11 de agosto de 2020. La crisis por la pandemia de la COVID-19 ha obligado al sector educativo de Colombia a replantear sus prácticas y adaptarse a la virtualidad en poco tiempo para mantener la continuidad de los programas académicos. El panorama de las principales ciudades dista de la realidad rural, donde el acceso a Internet, a computadores y a capacitaciones sobre el uso de plataformas digitales es bastante limitado.
Yiseth Carrillo, de 16 años, estudiante de la vereda Manillas, diariamente necesita transitar largos trayectos para conectarse a Internet usando un teléfono celular prestado al borde de una carretera, en la zona rural de Viani, Cundinamarca, Colombia el 11 de agosto de 2020. La crisis por la pandemia de la COVID-19 ha obligado al sector educativo de Colombia a replantear sus prácticas y adaptarse a la virtualidad en poco tiempo para mantener la continuidad de los programas académicos. El panorama de las principales ciudades dista de la realidad rural, donde el acceso a Internet, a computadores y a capacitaciones sobre el uso de plataformas digitales es bastante limitado.
Yiseth Carrillo, de 16 años, estudiante de la vereda Manillas, diariamente necesita transitar largos trayectos para conectarse a Internet usando un teléfono celular prestado al borde de una carretera, en la zona rural de Viani, Cundinamarca, Colombia el 11 de agosto de 2020. La crisis por la pandemia de la COVID-19 ha obligado al sector educativo de Colombia a replantear sus prácticas y adaptarse a la virtualidad en poco tiempo para mantener la continuidad de los programas académicos. El panorama de las principales ciudades dista de la realidad rural, donde el acceso a Internet, a computadores y a capacitaciones sobre el uso de plataformas digitales es bastante limitado.
Yiseth Carrillo, de 16 años, estudiante de la vereda Manillas, diariamente necesita transitar largos trayectos para conectarse a Internet usando un teléfono celular prestado al borde de una carretera, en la zona rural de Viani, Cundinamarca, Colombia el 11 de agosto de 2020. La crisis por la pandemia de la COVID-19 ha obligado al sector educativo de Colombia a replantear sus prácticas y adaptarse a la virtualidad en poco tiempo para mantener la continuidad de los programas académicos. El panorama de las principales ciudades dista de la realidad rural, donde el acceso a Internet, a computadores y a capacitaciones sobre el uso de plataformas digitales es bastante limitado. ( Juancho Torres - AA )