Política

Cinco millones de serbios contra el presidente Aleksandar Vucic

Desde noviembre de 2018, un movimiento llamado 'Uno entre cinco millones' ha salido a las calles de Belgrado para pedir la renuncia del mandatario serbio. ¿Cuáles son las razones?

Maria Paula Triviño Salazar  | 16.05.2019 - Actualızacıón : 19.05.2019
Cinco millones de serbios contra el presidente Aleksandar Vucic BELGRADO, SERBIA - MAYO 11: Miles de serbios salieron a las calles de Belgrado en una nueva edición de la marcha "Uno entre Cinco Millones" en rechazo del presidente Aleksandar Vucic, por su autoritarismo en el gobierno, en los medios de comunicación estatales y su rechazo a la oposición. El nombre de las marchas fue tomado después de que Vucic dijera que no cedería ante las demandas de los manifestantes “incluso si hubiera cinco millones de personas en la calle”. (Miloš Miškov - Agencia Anadolu)

BOGOTÁ, Colombia

Por: Maria Paula Triviño

Aleksandar Vucic ha repetido hasta el cansancio que él no es un autócrata. Con 49 años, este abogado es el presidente de Serbia desde 2017, después de que el 48,45% de los votantes lo apoyaran, gracias a una coalición de nueve grupos políticos que incluía a su Partido Progresista Serbio (SNS).

Aunque durante su campaña presidencial Vucic se mostró como un europeísta, desde sus inicios políticos ha comulgado con el nacionalismo. Primero fue el protegido del político ultranacionalista Vojislav Seselj y después ocupó el cargo de ministro de Información, a finales de los noventa, cuando Slobodan Milosevic estaba en el poder.

Hay que recordar que Milosevic fue el primer presidente electo de Serbia y fue acusado por el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia de crímenes de guerra y genocidio. Sin embargo, no alcanzó a ser juzgado, ya que murió en su celda de La Haya en 2006.

Mientras Vucic estaba en la cartera de Información, Serbia aprobó una ley para reprimir a los medios de comunicación independientes que se mantuvo vigente hasta el año 2000.

En un giro de su carrera política, cortó sus vínculos con Seselj en 2008 y cuatro años después ingresó al Gabinete, ocupando el ministerio de Defensa y coordinando las agencias de inteligencia. En 2014 llegó a ser primer ministro.

Para ese entonces, Vucic había cambiado su retórica al denunciar el nacionalismo extremo y se había comprometido a llevar a Serbia a la Unión Europea. Además, afirmaba que buscaría el diálogo con Kosovo, una región autónoma que se independizó a través de un referendo en 2008.

A pesar de moderar su discurso, desde 2018 el presidente ha sido acusado de callar a la oposición censurando su participación en la televisión pública, de atentar contra la libertad de prensa atacando a los periodistas y de alentar una justicia parcializada.

La gota que colmó la paciencia de los opositores fue la respuesta del mandatario a la golpiza que recibió el líder de izquierda, Borko Stefanovic, a principios de diciembre. Vucic le dijo a la población: "Marchen todo lo que quieran, nunca cumpliré con una sola demanda suya (del pueblo), incluso si 5 millones de ustedes salen (a las calles)".

Esta fue una verdadera afrenta a las mayorías en un país que tiene una población de un poco más de 7 millones de personas y dio paso a que decenas de manifestantes se concentraran en el movimiento ‘1 od 5 milliona’, que se traduce como 'Uno entre cinco millones'.

Serbia, un país muy joven

Serbia está situada en Los Balcanes, y aunque comparte una rica historia con sus vecinos, también ha sufrido las consecuencias de graves conflictos étnicos y sociales.

Después de la Segunda Guerra Mundial pasó a ser parte de la República Federal Socialista de Yugoslavia, conformada por Bosnia y Herzegovina, Croacia, Eslovenia, Macedonia y Montenegro.

Tras la caída de la Unión Soviética en el 91 se desarrollaron diversas guerras para disolver Yugoslavia. Los serbios fueron tanto víctimas como victimarios tanto en la Guerra de Bosnia, en 1995, como en la Guerra de Kosovo, en 1999.

Con la esperanza de dejar la violencia atrás, Serbia abrazó una nueva Constitución en 2003 y eliminó el nombre de Yugoslavia, pasando a denominarse Serbia y Montenegro. Sin embargo, ese mismo año el primer ministro Zoran Dindic fue asesinado en Belgrado, en un atentado ejecutado por la mafia.

El siguiente gobierno, a cargo de Boris Tadić (2004 - 2012), supuso un acercamiento de Serbia a la comunidad internacional y a la Unión Europea, así como la normalización de sus relaciones con otras antiguas repúblicas yugoslavas.

En 2006, Serbia se convirtió en un Estado independiente tras la disolución de la unión con Montenegro. Cuando todo parecía marchar bien, Kosovo, una provincia al sur del país con una mayoría étnica albanesa, declaró su independencia a través de un referendo en 2008.

A 11 años de este hecho, el nuevo Estado de Kosovo no es reconocido por el Gobierno serbio, pero 112 países de los 193 que pertenecen a la ONU ya lo reconocen.

Más de cinco meses de protestas

Imitando el movimiento de los Chalecos Amarillos, cada sábado 'Uno entre cinco millones' acude a las calles para pedir la renuncia de Vucic, así como el establecimiento de un gobierno libre de corrupción. Sin embargo, el apoyo que el mandatario tiene dentro de su partido también se refleja en las calles.

El presidente ha recorrido el país presentando los logros de su gestión bajo el lema 'El futuro de Serbia', llenando plazas públicas y aprovechando que los líderes opositores no han logrado traducir el descontento en un mayor apoyo popular.

Mientras genera discordias, Vucic también se ha convertido en una estrella de las redes sociales, con 20.800 seguidores en su cuenta de Instagram, abierta desde febrero, y ha logrado reunir más de 150.000 personas en cada mitin político.

Si Vucic resiste a la presión de las marchas, su mandato se extenderá hasta el 2020.

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