Gustavo Petro, la carta de la izquierda por la Presidencia de Colombia
Exmilitante del Movimiento 19 de Abril (M-19), excongresista en cuatro legislaturas y exalcalde de Bogotá entre 2012 y 2015, Gustavo Petro es uno de los cinco aspirantes a la Presidencia de Colombia.

BOGOTÁ, Colombia
Gustavo Petro Urrego ha sido un revolucionario en todo el sentido de la palabra: se alzó en armas contra el Estado en su juventud y se acogió a un proceso de paz; luego en la institucionalidad, como congresista, sus debates siempre fueron noticia y ayudaron a abrir procesos judiciales, como el de la 'parapolítica'; y como alcalde de Bogotá, fue un férreo defensor del agua y sus políticas favorecieron a los habitantes más pobres.
Ahora, quiere llegar a la Presidencia de Colombia como el candidato de la izquierda, en momentos en que se definirá la implementación de los acuerdos de paz como uno de los retos más importantes para el país.
Nació en Ciénaga de Oro (Córdoba, norte del país) en 1960, y se graduó de economista de la Universidad Externado de Colombia, especialista en Administración Pública y en Desarrollo y Medio Ambiente.
También fue militante del Movimiento 19 de Abril (M-19), congresista en cuatro legislaturas y alcalde de Bogotá entre 2012 y 2015.
Como miembro del M-19, Petro fue clave en la firma del acuerdo de paz entre el Gobierno colombiano y ese grupo insurgente, así como en la fundación del partido político Alianza Democrática M-19, movimiento surgido tras la desmovilización de esa guerrilla y que participó en la Asamblea Nacional Constituyente de 1991, en la que se redactó la nueva Carta Magna del país.
En 2002 y 2006 fue elegido legislador tras obtener la primera y segunda votación más alta en todo el país, respectivamente.
Luego de superar un proceso de inhabilidad de 15 años para ejercer cargos públicos y una demanda contra su candidatura, el exalcalde inició su campaña electoral en julio pasado y ha llenado plazas públicas en todo el país.
A pocos días de la primera vuelta electoral en el país andino, Gustavo Petro se ubica en varias encuestas como el segundo en la intención de voto.
Sus principales propuestas, conocidas en sus redes sociales, su blog personal y en los debates presidenciales, giran en torno a la industrialización del agro colombiano, la diversificación de la economía nacional y disminución de la desigualdad social. Ha hecho énfasis en su ambición de lograr una “justicia social” y democracia real para el pueblo.
Igualmente, ha mostrado una postura que se aleja cada vez más de uno de los grandes fantasmas que acechan su figura: Venezuela.
“Colombia tiene una economía hoy semejante a la venezolana. El miedo a convertir a Colombia en una Venezuela es infundado, ya eso se produjo”, dice Petro al hacer referencia al modelo económico centrado en la “monoexportación de petróleo y carbón” que surgió tras el código minero instaurado durante el gobierno de Andrés Pastrana (1998 – 2002).
Haciendo una fuerte crítica a este sistema productivo, plantea “transitar” hacia uno que convierta a Colombia en potencia agraria y ambiental, y permita el desarrollo integral de la industria.
Sugiere la reducción de las energías fósiles y el incremento en inversión productiva, la industrialización del campo, la expansión de la universidad pública para promover la producción de ciencia y maquinaria, protección frente a las importaciones, crédito de banca pública, a la vez que hace énfasis en la “democratización de la tierra”, es decir, la eliminación del “latifundio improductivo”, entendiendo el latifundio como más de 1.000 hectáreas. Ha aclarado que no habrá expropiación, pero sí compra de tierras.
“La experiencia mundial de la industrialización muestra que, sea en EEUU, o en Rusia, sea en Europa o en China, sea en Japón o Corea, la industrialización siempre ha comenzado por una amplia reforma agraria y la modernización del campo”, agrega Petro.
Entre tanto, sostiene que “con una desigualdad como la colombiana, que se asemeja a la del apartheid de Sudáfrica, no es posible la construcción de la paz y la convivencia”.
Tal como lo hizo durante su periodo como mandatario de la capital colombiana, en materia ambiental Gustavo Petro le apostará a medidas de mitigación y adaptación al cambio climático.
Propone impulsar la producción de energías limpias y generación de cambio tecnológico; acueductos y tratamientos para el consumo de agua potable en todo el país; embalses de agua lluvia en inviernos para que sea usada para la agricultura en sequías, así como un programa de reciclaje y saneamiento básico a nivel nacional.
En materia educativa, apuesta por garantizar un sistema de educación superior universal, público y gratuito. Para ello propone multiplicar por cuatro el actual presupuesto a la educación superior y pasar de COP 3.6 billones a COP 14 billones en cinco años.
Petro también propone eliminar la segregación en la sociedad colombiana: "pondremos en marcha las reformas para alcanzar una paz definitiva con equidad y libertad, reduciendo las distintas formas de desigualdad y de discriminación social”.
Respecto al tema de la paz, Gustavo Petro se ha mostrado a favor, tanto en la implementación de los acuerdos firmados con las desmovilizadas Farc, como con el ELN.
En una reciente entrevista con el diario El Tiempo, el candidato del movimiento Colombia Humana, señaló que uno de los principales obstáculos del proceso de paz con la exguerrilla de las Farc “ha sido la resistencia de una parte importante de nuestra sociedad a asumir una actitud de reconciliación y la tendencia de actores políticos a mantener al país en guerra”.
Igualmente, criticó la falta de celeridad en los compromisos del Ejecutivo en la reincorporación a la vida civil de los excombatientes y la lucha contra las estructuras criminales y paramilitares.
Sobre el ELN, dijo que no le quedarían “sino dos opciones: ingresar, dejando las armas, a hacer parte de ese acuerdo o seguir en los campos de batalla. En este último caso, ya no estaría siguiendo los caminos políticos de Camilo Torres, sino que habría abrazado los caminos de Pablo Escobar y, como tal, serían combatidos por el Estado”.
En diferentes escenarios ha planteado la posibilidad de convocar a una asamblea constituyente, que sea el camino para materializar las reformas con las que planea convertir a Colombia en un país líder en materia agrícola e industrial. Sin embargo, aclara que la actual Carta Magna no sería modificada en su totalidad.
“No será una reforma de todo, porque la Constitución del 91 tiene ventajas en muchísimos temas. La constituyente debe ser plural, no al estilo (Nicolás) Maduro, y que sea la expresión de la sociedad colombiana”, afirmó en la misma conversación con Semana.
Entre otros puntos que ha mencionado el exalcalde de Bogotá, están renovar las vías férreas del país para que aporten a los sectores económicos y de transporte de la nación, así como fortalecer la institucionalidad pública y erradicar la corrupción.
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