LONDRES

El primer ministro británico, Keir Starmer, pidió este martes una postura “más dura” en materia de inmigración y afirmó que la migración neta es actualmente demasiado alta y que debe ser gestionada con más cuidado.

Durante su discurso en la conferencia del Partido Laborista en Liverpool, Starmer enfatizó la importancia de abordar las preocupaciones públicas, subrayando que el control de la migración es un asunto legítimo y urgente para el país.

“Siempre he aceptado que las preocupaciones sobre la inmigración son legítimas”, recordó el líder laborista y reiteró que la política del Partido Laborista es reducir la migración neta y disminuir la dependencia de Reino Unido de la mano de obra extranjera.

Destacó la frustración causada por ciertas industrias que importan trabajadores a pesar de que existe una gran cantidad de jóvenes talentosos y desempleados en el país deseosos de trabajar.

“Hay muchos ejemplos en los que los inicios de aprendizaje están disminuyendo mientras que las solicitudes de visado para las mismas habilidades están aumentando”, señaló Starmer y sugirió que se deberían proporcionar mejores oportunidades para la fuerza laboral nacional.

“Por lo tanto, seremos duros en esto”, agregó.

También abordó el tema de la migración ilegal, afirmando que debe abordarse de manera responsable y reconoció que parte de la solución del problema implicará procesar y conceder asilo a algunas personas.

“No podemos pretender que existe un proceso mágico en el que devolvemos a personas aquí ilegalmente sin aceptar que a algunas se les conceda asilo”, señaló.

Además de centrarse en la migración, Starmer vinculó el problema con el desafío más amplio de la vivienda. En este sentido, Starmer pidió que se construyan más viviendas, argumentando que cada comunidad tiene el deber de contribuir a que la propiedad de la vivienda sea un objetivo viable para la próxima generación.

Starmer tuvo cuidado de distanciar su postura sobre la inmigración de las tensiones raciales que han estallado en los últimos años, en particular después de los disturbios del verano, y subrayó que el debate sobre la inmigración no trata sobre el valor de los inmigrantes, sino sobre la restauración del control sobre el proceso.

“Se trata del control de la migración. Siempre se ha tratado del control”, indicó Starmer y argumentó que la gente ha votado sistemáticamente por un mayor control y que el Gobierno conservador les ha fallado al ofrecer un sistema de inmigración que redujo esta sensación de urgencia.

“Los conservadores les dieron exactamente lo contrario”, afirmó y describió a los conservadores como el partido del “mercado descontrolado”.

Si bien reconoció la importancia de los mercados competitivos, Starmer dijo que estas fuerzas no ofrecen naturalmente control, algo que él cree que el Gobierno debe proporcionar.

“Si quieres un país con más control, entonces eso significa un Gobierno más decisivo”, agregó y concluyó que diciendo que “recuperar el control” es fundamentalmente un argumento laborista, no solo uno definido por el Brexit.

*Traducido por Daniel Gallego.